RETO#33 ABISMAL ALCÁZAR. |
ABISMAL ALCÁZAR
RETO#33 EL LIBRO DEL ESCRITOR.
PREMISA:Realiza una historia que tenga lugar en el fondo del mar.
ABISMAL ALCÁZAR
Cuando la niebla se esfuma una pared desgastada me saluda, a
mi lado Nadia no deja de observar el lugar, como si no hubiese estado aquí
desde hace mucho, sin duda lo creería, teniendo en cuenta que este ser ha visto
estrellas morir, con un chasquido de dedos el lugar tiembla y se estremece caigo
de culo, mientras contemplo como las piedras y masilla regresan a su lugar,
cuando el proceso termina, creo que no hemos enderezado y el lugar a recuperado
su gloria anterior, ella se gira hacia mi sonriéndome.—lo siento Silvia es que
necesitaba un par de arreglos—.arqueo las cejas, pero no me mantengo enojado
por mucho, terminamos riéndonos.
—Entonces que es este lugar—.digo, sosteniéndome de su mano
y terminándome de levantar, ella hace una mueca aguantando la emoción. —adivina—.me
suelta escueta.
Termino de limpiarme la tierra
del trasero, mientras barajo las posibilidades, pero una resuena en mi mente. —el
recinto de la daga del infinito—.lo digo antes de pensarlo a profundidad.
Ella me mira con sorpresa. —el
recinto…—.se pausa y comprende mis palabras, me manda una mirada asesina.
—aguafiestas, en fin, ven te mostrare le lugar—.comienza a acelerar el paso
para tener piernas cortas es bastante rápida.
Me sorprende que no me allá
preguntado cómo lo sé, a lo mejor ni le interesa, está confiada.
—Este solía ser mi—.se golpea el
mentón buscando las palabras.—los que los humanos llaman casa de muñecas—.mantengo
esa palabra en la lengua, cuando ella abre un puerta que da a un gigantesca sala,
con luces etéreas brillando en toda la circunferencia de paredes cubierta de
grabados e imágenes que no logro entender.
—me estas jodiendo Nadia, este
lugar es gigantesco—.muevo la manos para acentuar la sensación, me detengo cuando
mi bolso comienza a resbalarse, lo acomodo, tosiendo.
Ella se ríe solamente y seguimos avanzando,
hacia el pasadizo donde continúa el lugar, a través de las ventanas puedo ver
la oscuridad de la noche, alargo el brazo, para sentir la suave y fría briza.
Abro los ojos de golpee, al chocar
contra un pared liquida, esto no es aire, es agua.
— ¿Estamos en un lago?—.pregunto
con algo de miedo mesclado con la curiosidad, no es que le tema al agua, pero
mis poderes no funcionan igual rodeada de tanto líquido, MR.PACO me explico que
es algo mental y no fisiológico, pero no lo he superado del todo.
Vi morir a una buena amiga, por
manos de la santa inquisición, los malditos le ahogaron en el rio, atándole
piedras al cuerpo, si sobrevivía era bruja, si moría, sus pecados se perdonarían,
que estúpida y retrograda forma de justicia es esa.
—no tontita, estamos en el fondo
del mar—.se rasca el cuello, como buscando las palabras. —en una galaxia distante,
este es un planeta que cree, solo es agua—.me suelta como si fuera una
minúscula tarea.
Asiento, secando mi mano contra
la tela del vestido opaco.
—venia aquí a menudo antes de
que—.su mirada se pierde en el negro océano, apoya sus manos contra la saliente
de la ventana. —MR.COCOH acabase con mi familia—suelta con asco y casi
susurrando al infinito.
Me acerco tambaleándome cuando
todo el lugar empieza a temblar, cuando mi mano le toca el hombro, el
movimiento se detiene, se gira hacia mí, veo una lágrima asomarse por sus
caramelos ojos, cuando ella nota se gira con brusquedad.
Tose con fuerza y da un gran
respiro. —aun no llegamos al lugar que quería mostrarte—.dice volviendo a andar
y yo a seguirle.
Trato de no reírme, por el
gracioso movimiento que hace con las caderas, cuando está molesta, pero al
final termino soltando un risa ahogada, ella sigue andando, a lo mejor no me a oído
o no le importa, lo cierto es que en
esto día le eche notado mas distantes, como si suspira algo que yo no.
La otra noche, mientras veíamos anime,
me soltó un discursito emotivo de que me quiere y de que haría si me llegase a morir,
yo le repetí que eso no pasaría, llora un rato desconsolada en mi hombro,
mientras yo trataba de ocultar mi preocupación al no saber qué haría si le
llegase a pasa algo.
Creo que no hubiera espacio
suficiente en el universo para que el maldito o maldita que se atreva a dañarle
logre huir.
Respiro para calmarme cuando mis brazos
empiezan a encenderse.
Ella empuja con fuerza las puertas
dobles, otra gran sala iluminada se abre ante mí, mis ojos no sabe dónde posarse,
si en los enormes candelabros o la suntuosas sillas que siguen dispuestas
alrededor de la gigantesca mesa de madera negra.
Pero son las cincuenta y dos
puertas de madera oscura con números en oro que destacan, me pregunto hacia
donde llevaran.
Siento su suave mano, chocar
contra la mía, sujetándola, vuelvo a centrar mi mirada en ella, su mano libre apunta,
le sigo con la mirada, son dos gigantesco estandartes me toma reconocer unos
segundos quien está en uno de ellos.
Nadia lo nota y se pone en la magnífica
pose que está grabado en este.
Es ella, bueno en su forma original,
pero ella después de todo.
En el otro emblema hay un ser de la misma especie de
Nadia pero el tono de su escama es más de un tono celeste, le señalo, algo curioso,
« ¿será la tercera?».
Ella mira donde le señalo, le veo
sonreír algo tímida. —oh, ella es una vieja amiga—.remata la oración de una
forma culposa, como si no fuese solo eso, la imagen de la maga sonriéndole en
la actuación se me viene a la mente.
Pero en segundos cambia, por sus
ensangrentada cara sin vida, en los brazos de Nadia.
Sacudo la cabeza para apartar la imagen,
ya eh visto suficiente sangre.
Le veo contemplar la figura, algo
absorta, como si recordase viejos sucesos.
Por experiencia sé que es mejor
dejar el pasado olvidado, oh corremos el riesgo de que las emociones nos
controlen.
Así es, el sitio vuelve a temblar,
con fuerza, las paredes empiezan crujir, en parte por la presión del lugar
donde estamos y en parte por su rabia.
No logro dar un paso, termino
cayendo de culo, contra el suelo de roca.
—la bastarda me engaño, con un
cambiante—.suelta con odio, pero eso es bueno, porque el lugar deja de temblar.
— ¿Un qué?—.pregunto antes de
pensarlo y me sujeto al suelo, esperando otra remecida, pero pasan lo segundo y
todo sigue tranquilo.
—una especie que tiene la habilidad
de cambiar de forma, pensé que lo habías pillado, Silvia—.dice irónica y regocijándose
en su conocimiento, le echo una mirada asesina, ella solo sonríe.
—creo que llegaron a tener un
hija—.dice soltando la palabras con algo de duda.
—Bueno no es mi problema, que
cada quien busque su felicidad—.dice encogiéndose de hombros y ayudándome a levantar,
tira con fuerza.
Nuestros labios se encuentran, ella
sonríe nerviosa, siento el calor de su piel contra la mía, espero que no haya
nadie más en este lugar, mis manos bajan hasta sus caderas, su respiración se
agita.
La suyas suben deslizándose por
mis nombráoslos besos, se han convertido en mordidas.
—la daga—.suelta, separándose a
milímetro de mis labios.
—No me conozco esa Nadia, por qué
no vamos por algo más tradicional—.le suelto lentamente.
—no tarada la daga del infinito—.cuando
termina de formar la oración me separa de ella y toso, hace lo mismo nos
miramos nerviosa.
—creo que esto puede esperar, ya
sabes—.me señalo con el dedo y luego a ella, asiente y comienza a caminar rápidamente,
hacia la puerta número treinta y tres, cuando se abre, me doy de cara con el vacío,
pongo la manos en posición de defensa, patéticamente, porque de ser agua, ya me
hubiese mojado.
Su burlona risa, resuena en el lugar,
le echo una mirada asesina, damos un paso hacia adelante sin saber si caeré, pero
confió en ella.
Le tomo de la mano y saltamos
hacia el abismo.
Pero no caemos, flotamos en el vacío.
—ya viene—.suelta señalando un
punto indeterminado.
No sé qué esperar, el suelo
comienza cambiar de tonalidad hacia un rosado cálido combinado con naranja, a
lo lejos s contemplo una figura, cuyo rasgos se van definiendo a lo largo que
se acerca.
Mierda, es como yo, un poco mejor
dotada, pero como yo al final.
Cuando está a un par de metros
sonríe y nos saluda.
«maldita sea mira le tamaño de
esos pechos», toso y me centro en sus ojos morados y el largo cabello verde que
le baja hasta la altura de la cintura que hace juego con su blusa holgada y los
pantaloncillos color azul, que terminan en su largas y delgadas piernas.
—hola Silvia—.dice escueta y con
un gran sonrisa.
—Como carajos sabes mi nombre—.ella
le echa un miradita a Nadia, que se ruboriza.
—no le has explicado Nadia, que mal,
bueno no hay problema yo te explico—.dice acercándose hacia y girándose hasta
que su brazo me envuelve y comenzamos a caminar apartándonos de Nadia, volteo a
mirarle, ella siente, es suficiente, sigo caminando.
—versa, tú eres una de la
cincuenta y dos versiones de Silvia que existen una para cada realidad—.ladeo
la cabeza algo confundida, ella ríe bajito.
—oh, lo siento veras—.hace aparecer
una figura de papel de la nada esta resplandece en una aura multicolor—.cada ser
tiene cincuenta y dos versiones de sí mismo en las realidad, esparcido en
ellas—.la figurita muta y se multiplica, cada copia es distinta peor mantiene
algunos rasgo de la original.
—En tu caso el rasgo que se mantiene,
es el cabello verde y los ojos morados, el resto cambia—.su cuerpo se aprieta y
el mío, entonces cientos los cambios que dice ella, me echa una miradita como
si supiese mis pensamientos.
—oh, bueno, eso es algo elevado,
recuerda que hay publico leyéndonos—.tose, como si me hubiese dicho algo que no
debía. —digo publico viéndonos—.señala hacia atrás, se referirá Nadia, en fin, me encojo de hombros,
restándole importancia a la idea.
—pero de todas formas te agradezco
por incluirme en tus fantasías—.maldita sea a leído mis pensamientos, me encojo
y ruborizo, mientras ella se echa a reír.
—en fin, el punto es que todas
las realidades están relacionadas y ahora algo esta rompiendo ese equilibro—.sur
risa se ha detenido y se ha puesto seria, su vos lo refleja.
— ¿El qué?—.pregunto sin sentir
el peso de mi duda.
—una de nuestras versiones, esa
asimilando al resto de sus pares, al viajar por las realidades—.dice sin
mirarme.
—Eso es malo—.digo seria.
No me responde, al menos no con palabras,
me muestra como un de los muñequitos de papel empieza a asimilar a otros, entonces
obtienes sus habilidades y características.
—si nos toma a todas será imparable,
pero ya está creando un gigantesco desequilibrio en la fuerza—.hace una pausa
mientras borra lo muñequitos del lugar. —han venido por la daga cierto—.asiento,
tratando de asimilar los concepto que acaba de contarme.
«Me pregunto si ya abra asimilado
a la mujer que vi en el apartamento de la elfa».
Su mano se ha deslizado, ahora me
sujeta de la cadera, la verdad se siente bien, la sensación se me pasa cuando
veo la cara de Nadia, resulto ser celosa.
La chica a mi lado sonríe y aparta
el brazo, de inmediato Nadia me toma de la mano y le saca la lengua,
infantilmente.
Me rio, ambas me Miran, pero no
me interesa, yo sigo en lo mío.
Le veo mover las manos y pronto
un rectángulo de oscuridad emerge frente a ella, separa los brazos y una delgada
línea de energía aparece dividiéndole en dos, cuando la partes se separan.
Una esfera de energía resalta,
junta los brazos y entrelaza los dedos, haciendo un pequeño giro con un par de ellos,
la esfera se quiebra.
La daga del infinito, aparece.
Es una elaborada pieza de una
materia indescriptible, con un mango de plata y oro, cuyas líneas se entrelazan
hasta formar una amalgama, que sujeta la hoja.
Que ahora flota ante mí, Nadia me
hace una seña, alargo el brazo temblorosa.
Le toco y desaparece ante mí,
volviéndose energía que entra en mi piel
y se siente como un cosquilleo eléctrico.
Amabas me miran expectantes y sorprendidas
como si esperasen algo.
Solo siento una electricidad magnética
que me recorre las vértebras cuando llega hasta arriba de mi columna.
Me quiebro por el dolor, siento
como si me despedazaran por dentro y me volviesen a mar.
Caigo al suelo, ve a Nadia
corriendo hacia mí antes de desmallarme.
Empiezo a oír ruido sordos, que lentamente
se trasforman en algo entendible, que rebota en mi cabeza haciendo eco. —está
despertando—.dice alguien que logro identificar como Nadia.
—entonces ha sobrevivido—.responde
una vos femenina.
Mi visión comienza a aclararse,
cuando lo hace, noto dos cosas.
La primera sigo en la realidad vacía
y la segunda estoy desnuda.
—que sucedió—.pregunto torpemente,
tratando de sobarme la cabeza, sin éxito es como si hubiese nacido de nuevo y
tuviese que re acostumbrarme a usar mi cuerpo.
Nadia me ayuda asentarme. —eres
la daga del infinito—.contesta escueta, sin saber el peso de sus palabras.
Un millón de ideas se agolpan en
mi cabeza, mareándome.
—Silvia céntrate en mi—.suelta mi
igual, me esfuerzo por hacerlo. —eres la primera en sobrevivir al proceso de fusión,
quédate con eso. —asiento con lentitud.
—Ahora formas parte de la daga
del infinito y la daga del infinito forma parte de ti, en otras palabras eres
el único ser en los cincuenta y dos realidades con la capacidad de borrar algo de la existencia,
reescribiendo la realidad para que nuca haya existido, lo que decidas
exterminar—.dice y trato de ordenar mis ideas.
Pero la carga es demasiada y
vuelvo a desmayarme.
El tiempo que sigue que para mí
han sido semanas, transcurre entre periodos de estar inconsciente, cuando estoy
despierta, Nadia y la mujer que coincidentemente se llama Silvia, resulto ser
un ser de realidad es decir es omnisciente en esta realidad, me explican e instruyen
en el uso de mis poderes.
Que se suman a los que ya tenía como MS.BELCEBU.
También entiendo la verdadera
dimensión de Silvia de la realidad uno que está asimilando al resto de sus
pares, aumentando sus poderes.
Nadia descubrió que ella es la
hija de su ex amiga y el cambiante.
Silvia omnisciente ha logrado
detectar su esencia en el confín de una de las realidades, pero no a explicado
que no representa un riego, ya que fue contenido.
Aunque no sé si esa palabra se exacta,
entendiendo ahora que puede fluctuar entre géneros.
Sobre la otra reptilis no sabemos
nada, a l parecer se está ocultando, según nos dijo ella porque le matarían si
la llegasen a encontrar, ya que su especia, la misma a la que pertenece Nadia,
prohíbe procrear con otra especie.
Más allá del ámbito moral que
puedan tener, se basan en que la mescla de especies resultaría en un ser
inestable de gran poder.
Resultante de esta es Silvia de la realidad uno.
Después de otro lapso de tiempo
que atribuiría a un par de semanas, amabas concuerdan en que estoy lista para
acabar con MR.COCH de ser necesario.
Espero que lo sea.
Cuando salimos, la puerta se
cierra tras de nosotras, devolviéndonos al salón donde empezamos.
Pero no estamos solas.
—me presento soy MS.TÂN y eh
venido a cumplir la voluntad de mi supervisor MR.COCH—.dice la mujer que reconozco
de inmediato, la misma que temblaba frente al cadáver de MS. Galadriel.
Se encontraba hacia delante, a la
par que su ropa se rasga, dejando su espalda desnuda a la vista, que comienza a
hervir, como si algo quisiera brotar de su interior.
Lo hace y son tentáculos.
De inmediato Nadia truena lo dedos,
cuando los apéndices se disparan hacia nosotras.
Caemos sobre la arena caliente,
el sol me da de golpe en la cara, pero no nos detenemos Nadia toma mi mano y comenzamos
a correr.
Sujeto mi bolso contra mi cuerpo
y aumentamos la velocidad, temiendo a lo que sé que le teme un reptilis, sobre
todo sabiendo ahora el alcance de su poder y si fuera poco de lo que eh
adquirido yo.
Pero no tengo a preguntar, sus dedos
vuelve a tronar y cambiamos a otro
lugar, volvemos al anfiteatro donde disfrutamos del show de la elfa, pero ahora
no es de noche, un par de soles iluminan con fuerza el lugar estamos en el
centro del escenario.
Su brazo está temblando y sus
ojos están buscando algo que no está allí.
—Cálmate Nadia—.le suelto, porque
ya me está poniendo nerviosa.
—Viene por mí—.logra solar
alargando las palabras.
—pero tranquilízate, tus poderes
son gigantescos y yo te puedo ayudar—.le digo tratando de calmarle, logro que
su respiración se desacelere.
—solo una reptilis puede matar a
otro—.suelta girándose sobre sí misma y soltándome la mano.
Entonces ato los cabos y
comprendo su nerviosismo.
—Tienes que matarme—.me suelta
escueta y yo le echo una mirada de confusión y miedo.
—De ninguna manera Nadia, siempre
hay otra solución—.digo firme, además de que estoy jodidamente en contra de la
idea.
—Crees que yo quiero esto no,
Pero es la única solución—.sacude la cabeza apartando las ideas, pero más bien
como si las buscase.
—ya sabes que tiene la capacidad
de asimilar a otros seres, viste los tentáculos ,cierto—.me recalca esto, como
si no estuviese segura de que lo que vio fuese real, asiento y suspira.
—Si absorbe mis habilidades, será
imparable—.dice ahogando un grito nervioso.
—pero podemos matarle con la daga
del infinito—.me señalo, pero ella niega, vuelvo a repetir el gesto como si no
lo hubiese pillado, pero sigue sin aceptarlo.
Entonces le sujeto por los hombros,
pero sigue temblando, respiro y le abofeteo un par de veces, hasta que se
centra.
—joder, Nadia por qué no, sabes
que soy capaz, ya controlo lo poderes a un nivel aceptable—.ella tose y respira
un par de veces, se ha tranquilizado.
—lo he pensado, pero si acabas
con ella, MR.COCH sabrá que lo hiciste, por lo tanto sabrá que tenemos la daga
del infinito y perderemos la única ventaja—.ladeo la cara al escuchar su nombre,
pero no lo descarto.
No me da tiempo a responder, cuando
una risa malvada se acerca hacia nosotras, volteo y le veo.
Su cuerpo se mueve extrañamente,
su mirada desviada y sonrisa macabra, conjugan con el enorme par de tentáculos
que sobresalen de su cuerpo, esta media desnuda pero no le importa.
Ahora entiendo que no importa a
donde huyamos, siempre no encontrara.
Estoy entre la espada y la pared,
entre lo que siento por Nadia y completar mi misión.
No quiero perderle pero tampoco
puedo morir, no ahora, no así.
Asiento con lágrimas en los ojos
y desaparecemos.
Contemplo las altas montañas que
bordean el valle color magenta, reconozco el lugar, aquí fue donde Harry me
entreno.
La luz de los soles me baña con
su calidez, por un segundo quiero perderme en ella, distanciarme de lo que hare,
pero me obligo a mirarla.
A mirar al único ser que llegue a
amar.
Nadia me sonríe, algo nerviosa.
Acerco las manos y sujeto su cabeza
entre ellas, acercándola hacia mí.
Sintiendo sus latidos, su olor,
su esencia una última vez.
—es necesario—.me dice tranquila,
yo asiento, entre lágrimas.
—no dolerá—.suelto como si eso
aliviase la situación.
Todo se detiene, el sonido del bosque,
el aire chochando y silbando contra las rocas, solo somos nosotras.
Levanto su cara hacia mí, ella
pone sus manos contra mis mejillas y la beso.
Hasta que ciento el sabor a
cenizas en la boca.
Nadia ha muerto.
Me quedo allí de rodilla contemplando,
las partículas que se pierden en la brisa, pensando en que ahora es libre, como
si esa idea aliviase mi dolor.
—maldita bastarda—.suelta el engendro
que se acerca, me levanto de golpe.
El dolor es consumido por mi
odio.
En un segundo las llamas inundan
el lugar, en un segundo me vuelvo MS.BELCEBU.
La lagrimas se evaporan por la temperatura
aumentando, los árboles se desintegran, la tierra se quiebra, las rocas
explotan.
Su sonrisa se borra.
Camino hacia ella envuelta en llamas,
por un segundo veo miedo en sus ojos y siento un pecaminoso placer por ello.
—soy el dolor, soy la venganza,
SOY TU MUERTE—.me abalanzo contra ella.
Quiebro sus tentáculos como si
fueran de caramelo, no me detengo ante el dolor, la furia es más fuerte, me mantiene
de pie, la lava ha comenzado a aflorar llevándose todo a su paso.
La escucho gritar, mientras la
sujeto contra el magma, ahogándola en este.
Saco la mano que resplandece por
las partículas extremadamente calientes, pensando que ya todo acabo.
Un apéndice me golpea lanzándome
a varios metros, diciéndome que no.
Caigo de lleno sobre el magma,
que para mí es como una ducha.
Muevo las manos y formo columnas
a mí al rededor.
Un esqueleto maltrecho se levanta,
sostenido por sus apéndices, pronto como un pastel, las capas de musculo, carne
y piel, vuelven a formarse.
—puedes matar a un reptilis, puedes
matar a un cambiante, pero no a mi yo soy la perfección, arrodíllate ante mí y
tu muerte será rápida—.suelta con un vos de ultratumba.
Sonrió y le lanzo las columnas de
lava, pero ella sigue avanzando, es más acelera el paso.
Proyecta un tentáculo hacia mí,
lo freno a penas con un muro de lava, luego otro y otro, hasta que mi defensa
se quiebra y me dan de lleno
Penetrando mi cuerpo, siento como
si me succionara el alma, lucho por zafarme, pero solo consigo que se hundan más.
—Que pasa la pequeñita se cansó
de pelear—.dice burlona acercando su cara hacia mí.
Sus labios se encuentran con mis dientes,
logro morderle.
Siento su palma golpear con tal
fuerza que el fuego se apaga un segundo por el aire que desprende le movimiento.
—Lucha eso lo ha divertido—.sus
huesos desparecen en su piel, para forma una gran y macabra sonrisa.
Parece una araña sacada del mismo
infierno, al alejarse su cuerpo se sostiene en el aire apoyada en el magma, ya
no le molesta.
Mi fuerzas flaquean, mis brazos
se sueltan, como si ya no lo controlasen, le veo regodeándose, al asimilar mi
energía.
Las llamas comienzan a apagarse.
Con un quejido lastimero, cierro
los ojos y trato de recordar algún lugar feliz, algún lugar donde pueda escapar
lejos del dolor, que me recuerdo que en el fondo aun esta esa niña asustada, la
que intente ocultar levantando muro de determinación, muros que finalmente se
están desmoronando.
Pero solo logro ver el vacío del espacio,
un lugar negro e inerte, donde van a morir, los seres.
Empiezo a sentir el frio helándome
los huesos, mis llamas se están acabando.
He fracasado, le he fallado a
MR.PACO, a Nadia y lo que más me duele a mí misma.
El reinado de terror y tiranía de
MR.COCH será perpetuado.
Todo queda en silencio, dejo de sentir
las garras succionándome la vida, su macabra risa se apaga, ciento que floto.
Hasta que un ligero sentimiento
de vacío y soledad se apodera de mí.
Pero no se va, se mantiene, ya debería
haber muerto.
Abro los ojos, ya no estoy en ese
quemado mundo, sino flotando, el mar de puntos brillantes me lo confirma.
No estoy muerta, estoy en el
espacio flotando.
Me concentro en mi interior
intentado avivar la llama, que crepita débil, la alimento con mi dolor, pero
solo logro que crezca un poco, entonces respiro con el poco aire que me queda
en los pulmones.
Empiezo a recordar Nadia, las
cosas que pasamos, el amor que compartimos.
La llama, se vuelve un incendio,
que me llena y enciende mi cuerpo, que ahora resplandece como una pequeña
antorcha.
La fuerza regresa hacia mí.
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