RETO#23 FLORECE MS.TÂN. |
FLORECE MS.TÂN
RETO#23 EL LIBRO DEL ESCRITOR.
PREMISA:Comienza un relato con: “Nada, no le queda nada”.
FLORECE MS.TÂN
—Nada, no le queda nada—.pobre idiota, se agacha y con la
luz del televisor, logra meter la cinta VHS en este, es la veinteava ves que
mira su puto matrimonio, se lleva una cerveza a su arrugados labios, le da un buen
trago, mientras el feliz y esbelto hombre besa a su esposa, una lagrima corre
por su viejo rostro, baja la cerveza y la deja a lado suyo, está en bóxer y
polo manga cero.
Pobre alma solitaria y triste, son mis preferidas, me lamo
los labios, y contemplo un poco más su sufrimiento.
Le veo llorar hasta quedarse dormido, al lado del cadáver de
su esposa.
La cinta llega a su final y no se rebobina, bañando la
desordenada sala con una luz azul.
«Pobre e insignificante humano»—.rio. —«al menos morirá
feliz».
—Cariño, paco, que has quedado dormido—.digo sacudiéndole el
hombro, disfruto su cara de incredibilidad al despertar y contemplarme a mí y a
él, sus ojos mira con asombro sus brazos sin arrugas, ha vuelto a ser joven.
—Has tenido un mal sueño—.el asiente, sintiendo el cabello
en su cabeza, mientras lo soba, bosteza y me sonríe.
«No lo sabes idiota, pero acabas de firmar tu sentencia de muerte,
pero por ahora disfruta».le devuelvo el gesto.
Alargo mi brazo, Entrelazo sus dedos entre los míos. —que
quieres hacer—.digo mordiéndome la lengua en el proceso, y pasando nuestras
manos por su pierna, el me sonríe bobamente.
Giro mis ojos, al sentir los pensamientos de la mujer a
quien estoy reemplazando.
—me disculpas un segundo, amor—.el me aprieta la mano, pero
con un movimiento algo brusco logro zafarme.
Camino por el pasadizo, hasta la única puerta de color
celeste, «es un color raro», agito la uñas decoradas frente a su cara, para apartar
la idea.
Ella comienza a despertarse, cuando fuerzo la puerta de un
golpe.
Disfruto su expresión de horror y confusión, al ver a una
copia suya mirarla dese el marco de la puerta.
Rápidamente se repliega hacia atrás, tapándose con las
sabanas su bonito cuerpo desnudo.
Agito la mano y el cobertor sale despedido.—no tienes por
qué tapate conozco tu cuerpo a la perfección—.le sonrió macabramente, quiere gritar,
pero par hacerlo necesitaría aire.
Y ahora que la tengo levitando sobre la cama y apretando su
garganta dudo que pueda hacerlo.
La someto contra el suelo, suelta un gritito de dolor, pero
termina colapsándose, su ojos se apagan por la falta de oxígeno y se desmaya.
«Se una buena chica y quédate tranquila». Sonrió.
Cuando regreso a la sala, tipo se está llevando una cerveza a
la boca, supongo que desde aquí inicio esa costumbre.
Bordeo el sofá, cuando me ve apaga y televisor y de palmea
la pierna, cubierta por un grasiento Jean.
Camino, agitando las caderas, «que disfrute antes de morir»,
él sonríe lentamente.
Me siento sobre su pierna quedando de lado hacia él, me
volteo para mirarlo, acaricia mi cabello. — ¿Nota lago distinto?—.le pregunto
sensualmente, sabiendo la repuesta, utilice el antiguo tono malva de mis ojos,
cuando aún era un cascaron.
Niega con la cabeza, sus ojos están en otro lugar, por
debajo de mi barbilla, tengo que darle crédito a su esposa, tiene buen cuerpo.
— ¿Entonces qué quieres hacer?—.me pregunta en un tono seductor,
mientras se agacha para dejar la cerveza en el piso, sin dejar de mirarme, el
vidrio trina suavemente contra el concreto.
—Ver televisión—.digo irónica y pasándole la mano por la
cabeza.
Pero el tarado no capta el mensaje y enciende el aparato.
—qué bueno, sabes ahora comienza el maratón de las
persecuciones más trepidantes captadas en video—.dice fingiendo la voz,
abriendo los ojos, apartando la vista de mí y enfocándose en la pantalla.
Palmea el asiento a su lado, mientras le volumen de la
ruedas chillando y maldiciones aumenta.
Pongo los ojos en blanco, finalmente me siento.
—Voy por una botanas, ¿quieres algo?—.pregunta escueto.
—Tu sabes lo que quiero—.le sonrió lentamente, lanzándole
otra indirecta, el asiente, pero en vez de acercarse se leja hasta desaparecer
por el pasadizo.
Entonces me quedo sola viendo accidentes, muertes y decapitaciones,
todo mesclado y bellamente ensalzado por el fuego que lo envuelve todo.
Al menos es un programa entretenido, suspiro.
Cuando regresa sostiene dos boles unos con maní y pasa, en
el otro hay hojuelas de papas fritas.
Me acerca el ultimo, alargo el brazo y lo tomo, le sonrió, llevándome
un puñado a la boca.
Lo detesto, pero parece que este cuerpo lo disfruta, me
llevo otro puñado, mientras que el come de uno e uno la botana.
“en unos minutos regresamos, ahora unos comerciales”. Dice
el barbudo presentador sosteniendo el gran micrófono, encasillado en su traje
de color chillón.
Pronto pasan un comercial de repelente para insecto, que
muestra a una típica familia feliz y plástica, sonriéndole a la cámara
falsamente.
«Por qué la gente es tan falsa» .me llevo otro puñado a la
boca y mastico.
—crees que necesitamos repelente—.pregunta sin quitarlos
ojos de la pantalla.
«Lo dudo si casi nuca salimos»—.suspiro y me corrijo. — «Sales
con ella». —no lo creo, amor—.le digo dulcemente ocultando mis oscuras intenciones.
Cuando pasa la tanda de comerciales, seguimos viendo el programa,
de ves envés se lleva la cerveza a la boca hasta que la acaba, el programa
tiene sus momentos, aparecen un par de cadáveres y no puedo evitar, reír, a
pesar de que me llevo las manos a la boca.
—Es extraño no recordaba que te gustara este programa—.me dice,
sin mirarme y llevándose la botana a la boca.
—Ya sabes, las personas cambian—. «Y vaya que lo hacen».
Digo sonriéndole, el asiente y caya, mientras un auto da varias vueltas de
campanas para terminar incendiado y volteado, el conductor sale corriendo en llamas,
pelea un par de metro pero finalmente cae fulminando en el suelo, cuando las
ambulancia llegan solo encuentran un amasijo de metal y cerca de este una
mescla de goma y piel, fundidos por el calor.
El medico vomita, sobre su compañero, a lo mejor tenía un estomago
débil, yo miro de frente, mientras como las hojuelas, hacen un primer plano al cadáver,
sus cuencas oculares están vacías, seguramente sus ojos se derritieron por el calor,
termino de masticar y escucho el crujir de la papitas.
Cojo el mando y apago la televisión, el me mira
desconcertado.
Paso mi mano con los dedos extendidos, sujetando su cabello,
fuerzo su cabeza hacia atrás y lo beso, le veo cerrar los ojos por le placer,
sus mansos se deslizan hasta mis caderas.
Aparto mis labios, lo suficiente. —acabas de entregarme tu
alma—.el respira con fuerza, tiene las manos ocupadas.
Cierro los ojos y comienzo a proyectar los apéndices, que comienzan
pequeñas, pero pronto rasgan mi blusa y se deslizan hacia el suelo, rectando
hacia él.
Escucho un grito sordo, abro los ojos, cuando siento el
suelo contra mi piel.
El bastardo me ha empujado.
—en serio quieres correr—.suspiro y me pongo de pie, él está
acelerando por el pasillo.
Proyecto mis tentáculos y le tomo por la piernas, haciéndolo
caer de bruces.
—eres un demonio—pregunta a gritos mientras le arrastro
hacia mí.
—No idiota, soy mucho peor—.está a un metro de mí, le
levanto y empiezo a envolverlo, su cuerpo se trasluce a través de la luz
multicolor, congelándolo en un grito seco.
Regresamos al presente, en la humedad y destruida sala, el
televisor aun proyecta la luz azul.
Ha vuelto a ser viejo.
—Escúchame, siempre habrá algo que perder, así que no tientes
al destino—.hago una pausa saboreando su miedo a través de los apéndices. —ya
ves lo que pasa.
—cierto que maleducada—.un líquido viscoso corre por el
interior de los tentáculos, su cuerpo comienza a deshacerse.
Cuando termino, retraigo mis apéndices y dejo caer el
esqueleto que se vuelve cenizas al tocar el suelo, comienzo a reír.
Termino de absorber los apéndices, que desparecen contra mi
piel chamuscada, estaba cansada de fingir ser alguien más.
Contemplo el montoncito de tierra que quedo del viejo—que maleducada,
puedes llamarme MS.TÂN—.sonrió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
HOLA;RECUERDA:comentar siempre con respeto y compostura;así estaré encantado de leerte :)