26 de marzo de 2017

PERDÓNAME SILVIA;RETO#41 EL LIBRO DEL ESCRITOR.

RETO#41 PERDONAME SILVIA.


PERDÓNAME SILVIA



PREMISA: Escribe una historia con lo que haría un personaje que sabe que le queda una semana de vida.

PERDÓNAME SILVIA
Me siento sobre mi cama y contemplo, mi pequeña habitación, que contrasta con la inmensidad del espacio que está al otro lado del ventanal, por el que se empieza a asomar el planeta en donde cumpliré la misión encargada por mi nueva socia MS.DDAEAR, traeré a su hija frente a ella y a la OIU, la luz roja se enciende, indicándome que la nave está casi en posición, tomo mi COEDWIG, me levanto y camino hacia la bahía de descenso.

Los funcionarios y trabajadores, pasan de mí, están ocupados con sus trámites y en mantener la nave funcionando, que conseguir en tiempo record, gracias a la influencia que tiene mi ex supervisora dentro de la organización.

Me acomodo la manga del abrigo café, mientras camino hacia la alta y celeste figura, que me espera al final del pasillo.

—qué bueno es verte, MR.paco—.dice esbozando un pequeña sonrisa, su cola golpea el metálico suelo.

—que quieres MS.ddaear—.digo tratando de no sonar tajante, apenas logró hacerlo, tose con algo de fuerza, mirando un punto por encima de mi cabeza.

—hay rumores de que ella este allí también—.dice sin darle peso a la palabra, siento mi corazón acelerar, será que después tanto, después de más de cien años buscándole.

—Silvia, es posible que este allí con mi hija—.suelta al fin como si disfrutase, « talvez lo haga», de mi desesperación.

—entiendo, traeré a tu hija viva, como acordamos—.digo distanciándome de la idea que comienza a ferrase a mi cerebro, si tengo que ser profesional es hoy, además no quiero esperanzarme, ya he sufrido mucho por hacerlo. —entonces cumplirás con tu trato.

—dalo por echo—.dice y no lo aguanto más, comienzo a mover me rodeándole. —ten cuidado mi hija es un rival digno—.suelta y sus palabras se pierden por el sonido de los motores, de las naves de despegue.

Mientras camino hacia una de estas, pasando de la gente que me saluda, mi mente esta concentrada en otra cosa.

Me subo a la nave por la escalerilla y cierro la cabina, comienzo a acelerar hacia la puerta del hangar, esta se cierra detrás de mí, al tiempo que un segundo juegos de puerta se abre, hacia el vacío del espacio, rellenado por el imponente orbe.

A donde iré.

La verdad es que cuando me describieron la características del planeta, entendí por qué fue tan difícil hallarla, si esta hay de verdad, incluso para la entidad R33.

El tiempo pasa allí extremadamente lento tanto que los años apenas se traducen en días.

No parece afectarla al motor de mi vehículo, que se basa en propulsión cuántica, un lio complicado que no sabría explicar ni cuando aún era un hombre de ciencia y no un mercenario
Como era de esperarse los elementos de ubicación comienza a oscilar y descontrolarse, obligándome a céntrame en el horizonte y el mar que raya con este, sus aguas que son cristalinas.

Hay una playa a u n par de kilómetros, no es lo ideal, pero aterrizare allí.


Las ruedas chochan con fuerza, haciendo la nave, toma doscientos metros hacerle frenar.

Abro la cabina y siento el calor de la arena, pasando por mis botas.

Me tomo unos minutos para revisar que la nave este funcional y en una sola pieza.

Lo está, aun el asiento de copiloto que reviso por reflejo involuntario como si esperase ver alguien allí.

«Llevas demasiado tiempo solo, ya te estas liando viejo».

Toso para aclárame la garganta, con el aire caliente del lugar.

Un punto resalta a lo lejos es de color morado.


Cuando me acerco, le reconozco son las flores que crecían en el planeta donde yo.

Donde yo solía entrenarle.

Aunque intento frenarlo un recuerdo llega a mí por asociación con lo que veo, el recuerdo de MS.BELCEBU entrenada por mí.

El dolor comienza a subirme por el pecho como espinas, agradezco que lo único que hay para beber sea agua salada, aunque eh logrado superarlo ya, no quiero tentarme

Dejo que el sentimiento me llene, recordándome uno de los consejos que le di, que si soporta lo suficiente, el dolor solo le templara, volviéndole más fuerte.

Me tomo un par de segundos para respirar con fuerza, diciéndome que ya está en un lugar mejor, fue una hija para mí.

Las rocas se deslizan hacia mi posición, giro con fuerza y veo su silueta desvanecer, al dar contra los dos soles, me cubro la cara.

Desenvaino COEDWIG, para parar sus patas que como dagas, me hunde en la arena, por la fuerza del impacto, le veo sonreír con sus afilados dientes, en eso se parece a su madre.

—debes ser MS. CORRYN—.le suelto, apoya sus patas en mi arma y sala a un par de metros hacia atrás.

Dejándome ver toda su marcada silueta, sus pechos se aprietan en su escote, sus ochos ojos me guiñan diabólicamente, se abren de golpe mostrándome sus ojos morados, sus brazos se contraen terminando en afiladas garras oscuras.

—Y tu viejo, ¿Quién eres?—.suelta sobrada, expandiendo sus brazos, sobre su abdomen de arácnido, que hace ver pequeña su parte superior.

—Soy tu fin, soy la oscuridad, soy MR.PACO—.digo blandiendo mi espada, que corta el aire caliente. —entrégate pacíficamente—.la hoja cae sobre la arena.

Ríe y arremete contra mí, es jodidamente velos, apenas pongo la hoja entre nosotros, el golpe me hunde en la arena, pronto otro par me lanza hacia arriba a varios metros hacia el celeste cielo.

Siento sus patas, desgarrándome la piel en espalda, a la vez que me impulsa.

—Disfruta el paisaje—.dice con sarcasmo.

A lo lejos veo algo que rompe con la monotonía de la arena, le echo otro vistazo, para garantizar que no sea el dolor que me hace ver cosas, hay una casa sobre pilotes de maderas.

—Venga, no te contengas, échale una mirada—.escupe y pronto soy propulsado hacia esta.
El impacto me quiebra las costillas, gimo por el dolor, que se mescla con su descontrolada risa.

—vamos, arrodíllate ante mí y seré misericordiosa—.sonrió, mientras un hilo de baba y sangre cae sobre la arena, me sujeto a la empuñadura para levantarme, con lago de lentitud.

Erigiéndome. —eh vencido apeores que tú, niñata —.ella sonríe con despotismo, comienza a acelerar hacia mí, con los brazos proyectados como aguijones.

Levanto la espada con una mano y la golpeo con fuerza contra la arena, veo tranquilo, como el suelo se comprime a mí alrededor en una ola sucesiva, que pone de rodillas a la tipa en cunado le toca.

Por el peso de cincuenta toneladas que recibe, eso debería se suficiente para frenarle.

Levanto a COEDWIG después de unos segundos, cuando siento el golpe en el corazón, mi arma es poderosa pero no puedo mantener el ataque, por lo que tengo que hacer ráfagas rápidas o terminaría drenándome la energía vital.

—Eso es todo—.dice levantándose temblando, hasta que logra terminan, apoyándose en sus patas, salvo un par de rasguños luce intacta.

Necesito un par de minutos hasta que pueda volver a utilizar el poder.

Comienzos a agitarla, lanzándole ráfagas de energía, que rompe el aire, grita cuando le tocan.
Pero segundo después sigue de pie, avanzando hacia mí.

Empiezo a dudar si podre llevarle con vida o terminara matándome.

Comienzo a acelerar hacia ella sin importa el dolor.

Mi hoja choca contra sus patas, mi pies se empiezan a hundir en la arena compactada, su cuerpo empieza a imponerse al mío.

Proyecto mis brazos, un golpe de energía nos propulsa en direcciones contrarias.

Me levanto con dificultad, ella sigue tendida en la superficie, entre nosotros la espada levita.
La llamo, veo como comienza a acercarse hacia mí.

Demasiado lento, sus patas la hacen hundirse en el terreno, proyectándose hacia mí.

Sin mi arma soy un humano con tácticas, pero nada en comparación con su fuerza bruta.

Mantengo mi mano proyectada, llamándole, le veo resurgir de la tierra, pero no va suficientemente rápido.

Me preparo para el impacto de sus afiladas patas contra mi cuerpo.


Nada, no siento el dolor, solo  gruñidos, con lentitud abro los ojos, siento como la hoja finalmente llega a mi mano, tengo que apoyarme para ver el cuadro frente a mí.


Las cenizas brotan con cada golpe de sus encendidos puños, le está haciendo retroceder, con la potencia de los golpes, su melena encendida.

Estoy viendo a un muerto.

Pronto MS. CORRYN es derribada por un contundente derechazo.

Su cuerpo cae con fuerza sobre la arena, el ser en allanas esta de espalda a mí, su cráneo rodeado de llamas comienza a girarse hacia mí.

Trato de blandir la hoja, pero el dolor me pasa la factura y caigo al suelo.

—que pasa viejito, ¿ya te cansaste?—.suelta burlona, su llamas comienza a apagarse y la piel vuelve a cubrir los músculos, que terminan de reaparecer.

Sus brillantes ojos morados, se me quedan viendo.

Es MS.BELCEBU.
—Sé que estás confundido, pero estoy de tu lado, quédate con eso, vale—.dice sin dejar de sonreírme, yo solo asiento, mientras las ideas golpean con fuerza mi cabeza.

Yo vi su cuerpo frio frente a mí, sus delgados brazos, la entidad R33 me dijo que había muerto, la OIU me dijo que había muerto.


Las llamas empiezan a encenderse en mi interior, todo ese dolor, todo el odio, me levantan de golpe, extiendo mi espada hacia ella.

—yo te vi  morir, dame un razón par ano rebanarte el cuello maldita impostora—.le grito, sosteniendo le filo de la hoja contra ella, pensando en utilizar la carga por cien toneladas, sin importar morir en el intento, no dejare que el nombre de mi aprendiz sea manchado.

— ¿Me viste morir MR.PACO?—.dice retadora.

Lo pienso unos segundo, niego con la cabeza, ella sonríe.

—Solo viste un cuerpo, ¿Dónde fue?—.dice burlona.

—en la realidad treinta y tres—.digo en voz baja, soltando un poco el brazo, bajando algo la hoja.

—donde rige  la entidad R33—.hace un pausa como esperando a que lo reflexione. —conoces sus habilidades.

La espada cae más y comienzo a temblar, tratando de reprimir los recuerdos que compartimos.

—Además solo existe otra de estas—.levanta el brazo, mostrándome el brazalete. —el otro lo tienes tu—.señala con la mano libre mi chaqueta rasgada, sobre mi brazo que sangra descansa su par.

Mis piernas seden, la espada cae sobre el suelo, el odio da paso al dolor que me deja casi sin fuerzas.

Sus brazos, rodean mi adolorido cuerpo, algo dentro de mi más allá de las pruebas me dice que en verdad es ella.

«Ya arreglare las cuentas con la entidad R33».

Pero ahora estoy aquí.

Pero ahora no estoy solo.

Siento la lagrimas correr por mejillas.

—perdóname, maestro, por todo el dolor que te causo—.dice entre lágrimas. —pero era necesario.

Mi mano lleva su cabeza contra mi hombro. «no hay nada que perdonar».

Juntos nos ponemos de pie.

—Ella me dijo que encontraríamos a Silvia aquí—.dice adelantándose a mis pensamientos, comenzamos a caminar hacia la puerta de madera negra.

Le echo un último vistazo a MS.CORRYN que sigue desplomada sobre la arena.

—solo esta desmayada MR.PACO, un buen maestro me enseñó a cumplir con mi trabajo dejando las emociones de lado—.dice calmada, en verdad a cambiado mucho, recuerdo la agitada y alocada chica que era al principio del aprendizaje.

No puedo evitar reírme, aunque eso agrave el dolor que siento, ella me sigue.

Subimos con cuidado las escaleras, no puedo evitar sentir un opresión en el pecho, al no saber si finalmente le volveré a encontrar.

O solo será otra decepción.

Deslizamos a la vez la puerta, que se abre lentamente.

Nuestros pasos resuenan en la gigantesca habitación.


Empiezo a ver con avidez de lado a lado, pero no logro ver nada más allá de la luz que entra por la puerta.

—Permíteme—.dice mi aprendiz, crea una esfera de energía, que acerca a su boca, parece que le susurra algo que no logro entender y comienza está a moverse a través de toda la habitación, como buscando algo.

Hasta que empieza a desacelerar, cada vez se mueve en un espacio más pequeño.

Hasta que finalmente se queda quieta en un punto que luce lejano.


Comenzamos a caminar con lentitud, más por mi culpa, la espada ha consumido más energía de la que debería y que esté llegando al límite de mi vida, por culpa de mi arma, no ayuda.

Mientras nos acercamos, siento un peso que no se a que asociar, como si por fin estuviese cerca de ella.

Pronto una silueta va emergiendo levemente iluminada por la esferita.

A pesar de eso reconozco, su figura, su delgado rostro, sus largos brazos, su cabello verde, que le tapa un poco de la cara.

Puede que después de tanto finalmente le haya hallado.

En ese momento, mis piernas reaccionan por impulso, sin importarme el dolor de los huesos rotos, corro hasta ella.

Caigo de rodillas a su lado, mis viejos dedos sienten su piel, esta fría.

Apoyo su cabeza contra mi hombro, le abraso, pero nada, no responde.

He llegado demasiado tarde.

Sostengo su mano—.Perdóname Silvia.

Las lágrimas, caen sobre el cemento.

—Maestro, aun no es tarde—dice poniendo su mano sobre mi hombro, no le miro, tengo miedo de que si le dejo un segundo desparecerá, como en tantos sueños en los que despierto solo y vacío.

—debemos llevarla con la entidad de la realidad treinta y tres—.dice, quitando de a poco sus dedos, asiento, levanto en peso a mi ex esposa.

Siento los huesos crujir, pero no me importa el dolor.

Caminamos de nuevo hacia la salida.

El sol cae sobre su pálida piel, su rostro a quedado congelado en una sonrisa tranquila, luce igual que la última vez que le perdí.

—Vamos a mi nave—.le digo a MS.BELCEBU, pero ella niega.

—toca mi hombro—.responde escueta, ladeando su cuerpo.

—necesito que haya contacto físico para podarte llevar con la entidad R33—.continua, le miro desconcertado, pero lo hago sin soltar a Silvia.


Apenas la toco, desparecemos de la playa y llegamos a un espacio vacío e infinito.

—Ha pasado tiempo paco—.dice burlona, dejo caer mi brazo par ayudarme a apoyar a Silvia, camino hacia ella, mientras el suelo se ilumina tenuemente, resaltando su figura.

—ayúdala por favor—.digo tragándome el enojo y el orgullo.

—Vale—.me quedó asombrado por la respuesta, ella abre los abrazos, esperando que le deje a Silvia.

Tengo miedo, no quiero sepárame de ella luche tanto para encontrarle, volteo a ver a mi aprendiz, que ha vuelto a estar en llamas, me asiente.

La abrazo una última vez y con lentitud me separo de ella.


Antes que pueda decir algo, soy transportado a la playa de nuevo.

La figura de MS.CORRYN esta aun par de metros, sigue dormida.

Un sonido seco me hace voltear en dirección contraria, ente a mi parece mi nave, incorporándose del aire.

Otro ruido, acompañado de un temblor, me deja ver como lentamente la casa frente a mí, se contrae sobre si hasta desparecer, como si nunca hubiese existido.

El miedo me recorre la mente, pensando en que hubiese pasado de llegar tarde.

Sacudo la cabeza, tengo una misión que terminar.

Abro la puerta de cargada de la nave y ato las patas de la criatura, luego de guardar mi arma, camino de regreso al interior de la nave y activo la grúa, que comienza a remolcarla, hacia adentro.

Cuando el proceso termina, cierro las compuertas y preparo la nave, para salir de la atmosfera.

He calculado que todo ocurrió en algo menos de un hora, pero no tengo idea de cuánto paso halla afuera.


Comienzo a pilotear hasta romper y traspasar la barrera atmosférica, devuelta a la nave que está en el perímetro del planeta.

Cuando llego has el embarcadero, la madre de la chica me está esperando.

Termino de bajarme de la nave, cuando siento su espada mano sobre mi hombro.

—esta echo, MS.DDAEAR—.el sonido hueco de las poleas transportando la carga a un metro del suelo, desvía su atención, corre hacia su hija.

—Ahora cumple tu trato—.le grito, ella solo asiente.

Mientras las fuerzas de ataque le rodean, rio a pesar de dolor, no tienen idea de su poder, para ello sería igual si fuesen desnudos, sus armas no le harían un rasguño.

Yo sigo mi camino tambaleándome, no quiero que vean mi dolor.

La verdad es que no lo hice solo, pero no tienen por qué saberlo.


Me dejo caer sobre la cama, mientras la puerta se cierra con fuerza, sonrió.

Por fin mi aprendiz me ha superado.

Duermo sin soñar, dejando que mi cuerpo se recupere por todo el daño recibido, cuando despierto un incomoda duda se asoma y llena mi mente.

« ¿Si apenas puede igualar a MS.CORRYN que es mitad reptilis, como demonios peleare contra MR.COCH?».

La duda me da vueltas como una mosca, que trato apartar torpemente, al caminar hacia la ducha.

Dejo que agua fría limpia la sangre de mi cuerpo y anestesie mis heridas, cierro los ojos bajo el fuerte chorro.

Las gotas golpean mi cuerpo, sin piedad.

Entonces lo sé.

Se lo que tengo que hacer para vencerle.

Debo ser más fuerte.


Me pongo los pantaloncillos, al terminar de secarme.

Miro la fecha eh estado fuera un par de meses.

Pronto será el día donde MR.COCH estará vulnerable, aunque solo es un término el bastardo tiene la fuerza para acabar con media flota, el solo.

—estas allí—.susurro a el viento.

—siempre eh estado aquí, cariño, soy inmortal, ¿lo olvidas?—.responde una voz femenina. —Extrañaba hablar contigo—.remarca hablar, una pícara sonrisa me invade al cara, sin querer.
—Conoces las armas del infinito—.pregunto escueto, debe conocerlas después de todos fueron forjada por los dioses, dioses como ella.

—a que bien eso paco—.dice esquiva.

—necesito volverme más fuerte, apenas sobreviví a la anterior batalla y fue con ayuda de MS.BELCEBU—.ella ríe.

—claro que si, después de todo yo también le entrene, pero debo reconocer que hiciste un gran trabajo forjando su potencial—.suena tranquila.

—no es mi merito, ella es perseverante, se merece ese poder, es digna de el—.recalco.
—modesto como siempre, humilde como siempre, eso es una de las cosas por la que te quiero, paco—.las imagen vienen a mí y debo toser para apartarlas.

—entonces me ayudaras o no—.suelto rápido para evadir ese tema.

—tienes a  COEDWIG—.dice con lentitud como saboreando el nombre, levanto la mirada hacia mi arma, que levita a centímetros de mí, lista para empuñarla.

—así es.

—entonces puedo ayudarte, pero en verdad es lo que quieres—.dice con calma esperando que medite la opción, pero no tengo que meditar. —después de todo pelaras en grupo contra MR.COCH.

Aunque es verdad eso, si algo me enseño el bastardo esa esperar lo inesperado, no puedo confiarme.

—si en verdad quieres pagar el precio, toma la hoja, pero cuando lo hagas no habrá vuelta atrás—.acentúa.

Mis dedos toman la empuñadura con prontitud, desaparezco.


Pronto estoy rodeado de flores malva, próximas a un bosque que empieza a crecer, reconozco el lugar, aquí entrene con MS.BELCEBU.

En segundos, ella aparece con su marcado cuerpo, sonriéndome.

—entonces de que quieres hablar—.dice escueta y con una lenta sonrisa, me quedo cayado.
—vamos hombre, Silvia, no lo sabrá—.sus dedos suben por mi pecho, produciendo cosquillas, aunque lo intento, termino riéndome.

Me concentro en mi respiración y en mi arma, le miro a los ojos—.no eh venido para eso.

—lastimas, te lo preguntare una última ves ¿estás dispuesto a pagar el precio?—.cruza los brazos resaltando sus pechos, asiento.

—sabes eres el segundo ser que me lo pide—. « ¿El segundo?».

—así es sabes—.se deja caer a mi lado con la espada entre nosotros. —hace mucho un reptilis me solicito lo que tú me pides ahora, accedí, era más joven y estúpida—.se ríe.

Mi mente forma un idea de a quien e refiere.

MR.COCH también tuvo un arma del infinito.

—Claro, por qué crees, que solo la daga puede matarlo, solo un poseedor de un arma del infinito, puede matar a otro—.dice al terminar de leer mis pensamientos.

— ¿Cuál es el precio?—.pregunto sin saber que esperar y aun así no me importa.

—cuando termines el ritual, la espada y tu serán uno, debido a la cantidad de energía vital que posees y a tu incapacidad de regenerarte, solo te quedara una semana de vida—.dice mirando sus uñas perfectamente cortadas.—¿entonces sigues adelante?.

Asiento, no lo hago por mí, lo hago por Silvia.

Le perdí una vez, no permitiré que suceda de nuevo.

No volveré a fallar a nuestro juramento.

—Que así sea, paco—.se levanta de golpe quedando frente a mí. —toma la espada para que suceda.

No puedo evitar temblar ala cercar mi mano al empuñadura, en un movimiento hacia adelante la tomo.

Ciento como una corriente eléctrica me recorre la columna y me va quemando por dentro, en segundo escala hasta ser insoportable.

Grito y siento como si mi cuerpo se despedazara.

Mi visión queda en blanco, me desmayo.


—Levántate dormilón—.dice sacudiéndome el hombro, abro los ojos con lentitud, de inmediato el sol me quema la vista, levanto mi brazo con fuerza para taparme.

—vaya, no creí que sobrevivirías al proceso, esta echo eres uno con COEDWIG, ella es parte de ti y tu eres parte de ella—.dice asomándose frente a mí y sonriéndome.

Siento su respiración y el sonido de los pájaros, así como las gotas cayendo sobre la roca y el viento meciendo los árboles.

Los insectos removiendo la tierra.

Todos los sonidos me confunden.

—céntrate en mi voz, paco—.respiro y después de un rato logro defender de todo ese ruido y tomar sus palabras como si fuera un muro al que aferrarme, asiento.

—Son tus nuevos poderes, tus sentidos están extremadamente potenciado, así como tu velocidad y fuerza—.me ayuda levantarme, le sigo. —hagamos un prueba.

En segundo la lluvia inunda el lugar, cayendo a borbotones, como una pared de gotas a nuestro al rededor, pero solo en un radio contenido.

Más allá de este, todo está seco.

No me sorprende, después de todo ella es una diosa.

—Golpea las gotas—.dice tranquila. —concéntrate en ellas, hasta que se ralentice.

Asiento y fijo mi irada en ellas comienzo a apartar la pared y de apoco se vuelven más nítidas, ahora se han convertido en una sucesión casi infinita de esfera de agua diminuta, que están flotando casi detenidas.

—ahora golpea con el puño—.continua diciéndome.

Cierro la mano y siento los músculos tensándose su interior, lo que me marea un poco, pero me concentro en el movimiento cuando lo tengo, extiendo el brazo con fuerza y veo como todo vuelve a velocidad normal, desde que la gotas se impulsa hacia adelanta, hasta que los árboles son destruidos por el aire que mueve mi golpe

—Bravo paco—.dice felicitándome, acompañado de una palmadas en la espalda.

Asiento y le sonrió.

Siento el poder recorriendo mi cuerpo, tensando y quemando cada parte de mí ser.

Ahora talvez halla una oportunidad de ganarle.

—qué me dices—.volteo confundido, le veo hablar con el aire.

«Con que así se ve».

—Espera tengo mala resección por la lluvia—.cuando termina de hablar la nubes se marchan y el sol golpea de nuevo, esta vez me cubro a tiempo, aún tengo que terminar de acostumbrarme.

—bien, ahora si te escucho—.asiente. —vale vamos para alla—.se gira hacia mi sonriéndome.

— ¿Qué sucede?—.digo confundido, escuchando como las palabras bajan y regresan a su velocidad, se ríe.

—aun tienes que acostumbrarte cierto—.asiento.

—bueno, seguro lo harás—.se golpea el mentón con los dedos—espero, nah tranquilo, lo harás ya lo he…—.se pausa como si estuviese a punto de decirme algo que no debe.

—olvídalo, me informan que Silvia despertó, ¿Quieres venir?—.

No lo dudo y pongo mi mano sobre su hombro. —estamos en confianza paco—.toma mi mano y la desliga hasta su cadera sin dejar de reír, desaparecemos.


Entonces le veo, de pie, sonriéndome, como si no hubiesen pasado más de cine año, como si nada hubiese cambiado.

Cuando sus morados ojos se abren y me ve, su sonrisa se borra, tose. — ¿Hola, quién eres?—.dice con dulzura

«Es un efecto de regresarla, apenas pude salvar su esencia, llevaba demasiado tiempo en ese estado»—.proyecta hacia mi mente su voz la entidad R33. —«lo más probable es que no recuerde quien eres».

Asiento, conteniendo las lágrimas, tanto esfuerzo.

«No, es el fondo, sé que me merezco esto».

—soy Harry, mucho gusto—.digo ocultando mi pesar, ya no puedo decirle que soy paco, pues ese hombre murió hace mucho, pero talvez quede algo de el en mí.

Ella voltea a mirar a MS.BELCEBU que asiente, le devuelve el gesto y correr hacia mí, le extiendo la mano, peor sus brazos me rodean.

Le abraso también.

Aunque el gesto dura unos segundos, siento como si fueran horas y no por mis nuevas habilidades.

Cuando aparta los brazos tose y se gira, frotándose las manos. —lo siento, Harry, no sé por qué hice eso—.dice con timidez.

—Está bien, no te preocupes—.digo tratándole de tranquilizar, una pequeña sonrisa aparece en su delgado rostro, remarcada por sus grandes ojos.

Peor luego se pierde, como si buscase una idea, poco después parece haberla hallado.

—esto te sonara raro, pero creo que te conozco desde hace mucho—.dice calmada y confundida.

—talvez, me confundes con alguien—.digo lejano, no quiero amarle y que me ame, porque solo me quedan siete días.

—Vale, entonces ¿Qué te gusta hacer Harry?—.dice con una amplia sonrisa.

La pregunta me toma desprevenido, he pasado tanto tiempo planificando solo y ahora con ayuda de MS.DDAEAR la muerte de MR.COCH, sobre todo ahora que estamos a días de culminar el plan, supongo que me olvide de vivir en el proceso.

—no lo sé, creo que lo he olvidado—.digo al fin con sinceridad.

Ella ríe y yo también.

Ese sonido me estremece, siento como si algo regresase a mí.

—Eh, ¿por qué lloras?—.dice ladeando la cabeza.

No respondo, algo más fuerte emana de mí, algo más grande que el temor o el dolor, algo incluso más fuerte que el odio, algo que pensé nunca más volvería a sentir, mis brazos caen por sus hombros.

Le abraso, nuestro cuerpo se juntan y apoyo mi cabeza en su hombro, dejando la lagrimas correr por que pronto me iré, sonriendo porque al fin le encontré.

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