RETO#41 PERDONAME SILVIA. |
PERDÓNAME SILVIA
RETO#41 EL LIBRO DEL ESCRITOR.
PREMISA: Escribe una historia con lo que haría un personaje que sabe que le queda una semana de vida.
PERDÓNAME SILVIA
Me siento sobre mi cama y contemplo, mi pequeña habitación, que
contrasta con la inmensidad del espacio que está al otro lado del ventanal, por
el que se empieza a asomar el planeta en donde cumpliré la misión encargada por
mi nueva socia MS.DDAEAR, traeré a su hija frente a ella y a la OIU, la luz
roja se enciende, indicándome que la nave está casi en posición, tomo mi
COEDWIG, me levanto y camino hacia la bahía de descenso.
Los funcionarios y trabajadores, pasan de mí, están ocupados
con sus trámites y en mantener la nave funcionando, que conseguir en tiempo
record, gracias a la influencia que tiene mi ex supervisora dentro de la
organización.
Me acomodo la manga del abrigo café, mientras camino hacia
la alta y celeste figura, que me espera al final del pasillo.
—qué bueno es verte, MR.paco—.dice esbozando un pequeña sonrisa,
su cola golpea el metálico suelo.
—que quieres MS.ddaear—.digo tratando de no sonar tajante,
apenas logró hacerlo, tose con algo de fuerza, mirando un punto por encima de
mi cabeza.
—hay rumores de que ella este allí también—.dice sin darle
peso a la palabra, siento mi corazón acelerar, será que después tanto, después
de más de cien años buscándole.
—Silvia, es posible que este allí con mi hija—.suelta al fin
como si disfrutase, « talvez lo haga», de mi desesperación.
—entiendo, traeré a tu hija viva, como acordamos—.digo distanciándome
de la idea que comienza a ferrase a mi cerebro, si tengo que ser profesional es
hoy, además no quiero esperanzarme, ya he sufrido mucho por hacerlo. —entonces
cumplirás con tu trato.
—dalo por echo—.dice y no lo aguanto más, comienzo a mover
me rodeándole. —ten cuidado mi hija es un rival digno—.suelta y sus palabras se
pierden por el sonido de los motores, de las naves de despegue.
Mientras camino hacia una de estas, pasando de la gente que
me saluda, mi mente esta concentrada en otra cosa.
Me subo a la nave por la escalerilla y cierro la cabina,
comienzo a acelerar hacia la puerta del hangar, esta se cierra detrás de mí, al
tiempo que un segundo juegos de puerta se abre, hacia el vacío del espacio,
rellenado por el imponente orbe.
A donde iré.
La verdad es que cuando me describieron la características
del planeta, entendí por qué fue tan difícil hallarla, si esta hay de verdad,
incluso para la entidad R33.
El tiempo pasa allí extremadamente lento tanto que los años apenas
se traducen en días.
No parece afectarla al motor de mi vehículo, que se basa en
propulsión cuántica, un lio complicado que no sabría explicar ni cuando aún era
un hombre de ciencia y no un mercenario
Como era de esperarse los elementos de ubicación comienza a oscilar
y descontrolarse, obligándome a céntrame en el horizonte y el mar que raya con este,
sus aguas que son cristalinas.
Hay una playa a u n par de kilómetros, no es lo ideal, pero aterrizare
allí.
Las ruedas chochan con fuerza, haciendo la nave, toma doscientos
metros hacerle frenar.
Abro la cabina y siento el calor de la arena, pasando por
mis botas.
Me tomo unos minutos para revisar que la nave este funcional
y en una sola pieza.
Lo está, aun el asiento de copiloto que reviso por reflejo
involuntario como si esperase ver alguien allí.
«Llevas demasiado tiempo solo, ya te estas liando viejo».
Toso para aclárame la garganta, con el aire caliente del
lugar.
Un punto resalta a lo lejos es de color morado.
Cuando me acerco, le reconozco son las flores que crecían en
el planeta donde yo.
Donde yo solía entrenarle.
Aunque intento frenarlo un recuerdo llega a mí por
asociación con lo que veo, el recuerdo de MS.BELCEBU entrenada por mí.
El dolor comienza a subirme por el pecho como espinas,
agradezco que lo único que hay para beber sea agua salada, aunque eh logrado
superarlo ya, no quiero tentarme
Dejo que el sentimiento me llene, recordándome uno de los
consejos que le di, que si soporta lo suficiente, el dolor solo le templara, volviéndole
más fuerte.
Me tomo un par de segundos para respirar con fuerza,
diciéndome que ya está en un lugar mejor, fue una hija para mí.
Las rocas se deslizan hacia mi posición, giro con fuerza y
veo su silueta desvanecer, al dar contra los dos soles, me cubro la cara.
Desenvaino COEDWIG, para parar sus patas que como dagas, me hunde
en la arena, por la fuerza del impacto, le veo sonreír con sus afilados dientes,
en eso se parece a su madre.
—debes ser MS. CORRYN—.le suelto, apoya sus patas en mi arma
y sala a un par de metros hacia atrás.
Dejándome ver toda su marcada silueta, sus pechos se
aprietan en su escote, sus ochos ojos me guiñan diabólicamente, se abren de
golpe mostrándome sus ojos morados, sus brazos se contraen terminando en
afiladas garras oscuras.
—Y tu viejo, ¿Quién eres?—.suelta sobrada, expandiendo sus brazos,
sobre su abdomen de arácnido, que hace ver pequeña su parte superior.
—Soy tu fin, soy la oscuridad, soy MR.PACO—.digo blandiendo
mi espada, que corta el aire caliente. —entrégate pacíficamente—.la hoja cae
sobre la arena.
Ríe y arremete contra mí, es jodidamente velos, apenas pongo
la hoja entre nosotros, el golpe me hunde en la arena, pronto otro par me lanza
hacia arriba a varios metros hacia el celeste cielo.
Siento sus patas, desgarrándome la piel en espalda, a la vez
que me impulsa.
—Disfruta el paisaje—.dice con sarcasmo.
A lo lejos veo algo que rompe con la monotonía de la arena,
le echo otro vistazo, para garantizar que no sea el dolor que me hace ver cosas,
hay una casa sobre pilotes de maderas.
—Venga, no te contengas, échale una mirada—.escupe y pronto
soy propulsado hacia esta.
El impacto me quiebra las costillas, gimo por el dolor, que
se mescla con su descontrolada risa.
—vamos, arrodíllate ante mí y seré misericordiosa—.sonrió, mientras
un hilo de baba y sangre cae sobre la arena, me sujeto a la empuñadura para levantarme,
con lago de lentitud.
Erigiéndome. —eh vencido apeores que tú, niñata —.ella
sonríe con despotismo, comienza a acelerar hacia mí, con los brazos proyectados
como aguijones.
Levanto la espada con una mano y la golpeo con fuerza contra
la arena, veo tranquilo, como el suelo se comprime a mí alrededor en una ola sucesiva,
que pone de rodillas a la tipa en cunado le toca.
Por el peso de cincuenta toneladas que recibe, eso debería
se suficiente para frenarle.
Levanto a COEDWIG después de unos segundos, cuando siento el
golpe en el corazón, mi arma es poderosa pero no puedo mantener el ataque, por
lo que tengo que hacer ráfagas rápidas o terminaría drenándome la energía
vital.
—Eso es todo—.dice levantándose temblando, hasta que logra terminan,
apoyándose en sus patas, salvo un par de rasguños luce intacta.
Necesito un par de minutos hasta que pueda volver a utilizar
el poder.
Comienzos a agitarla, lanzándole ráfagas de energía, que
rompe el aire, grita cuando le tocan.
Pero segundo después sigue de pie, avanzando hacia mí.
Empiezo a dudar si podre llevarle con vida o terminara matándome.
Comienzo a acelerar hacia ella sin importa el dolor.
Mi hoja choca contra sus patas, mi pies se empiezan a hundir
en la arena compactada, su cuerpo empieza a imponerse al mío.
Proyecto mis brazos, un golpe de energía nos propulsa en direcciones
contrarias.
Me levanto con dificultad, ella sigue tendida en la superficie,
entre nosotros la espada levita.
La llamo, veo como comienza a acercarse hacia mí.
Demasiado lento, sus patas la hacen hundirse en el terreno,
proyectándose hacia mí.
Sin mi arma soy un humano con tácticas, pero nada en
comparación con su fuerza bruta.
Mantengo mi mano proyectada, llamándole, le veo resurgir de
la tierra, pero no va suficientemente rápido.
Me preparo para el impacto de sus afiladas patas contra mi
cuerpo.
Nada, no siento el dolor, solo gruñidos, con lentitud abro los ojos, siento
como la hoja finalmente llega a mi mano, tengo que apoyarme para ver el cuadro
frente a mí.
Las cenizas brotan con cada golpe de sus encendidos puños,
le está haciendo retroceder, con la potencia de los golpes, su melena encendida.
Estoy viendo a un muerto.
Pronto MS. CORRYN es derribada por un contundente derechazo.
Su cuerpo cae con fuerza sobre la arena, el ser en allanas
esta de espalda a mí, su cráneo rodeado de llamas comienza a girarse hacia mí.
Trato de blandir la hoja, pero el dolor me pasa la factura y
caigo al suelo.
—que pasa viejito, ¿ya te cansaste?—.suelta burlona, su
llamas comienza a apagarse y la piel vuelve a cubrir los músculos, que terminan
de reaparecer.
Sus brillantes ojos morados, se me quedan viendo.
Es MS.BELCEBU.
—Sé que estás confundido, pero estoy de tu lado, quédate con
eso, vale—.dice sin dejar de sonreírme, yo solo asiento, mientras las ideas
golpean con fuerza mi cabeza.
Yo vi su cuerpo frio frente a mí, sus delgados brazos, la entidad
R33 me dijo que había muerto, la OIU me dijo que había muerto.
Las llamas empiezan a encenderse en mi interior, todo ese dolor,
todo el odio, me levantan de golpe, extiendo mi espada hacia ella.
—yo te vi morir, dame
un razón par ano rebanarte el cuello maldita impostora—.le grito, sosteniendo
le filo de la hoja contra ella, pensando en utilizar la carga por cien toneladas,
sin importar morir en el intento, no dejare que el nombre de mi aprendiz sea
manchado.
— ¿Me viste morir MR.PACO?—.dice retadora.
Lo pienso unos segundo, niego con la cabeza, ella sonríe.
—Solo viste un cuerpo, ¿Dónde fue?—.dice burlona.
—en la realidad treinta y tres—.digo en voz baja, soltando
un poco el brazo, bajando algo la hoja.
—donde rige la entidad
R33—.hace un pausa como esperando a que lo reflexione. —conoces sus habilidades.
La espada cae más y comienzo a temblar, tratando de reprimir
los recuerdos que compartimos.
—Además solo existe otra de estas—.levanta el brazo,
mostrándome el brazalete. —el otro lo tienes tu—.señala con la mano libre mi
chaqueta rasgada, sobre mi brazo que sangra descansa su par.
Mis piernas seden, la espada cae sobre el suelo, el odio da
paso al dolor que me deja casi sin fuerzas.
Sus brazos, rodean mi adolorido cuerpo, algo dentro de mi más
allá de las pruebas me dice que en verdad es ella.
«Ya arreglare las cuentas con la entidad R33».
Pero ahora estoy aquí.
Pero ahora no estoy solo.
Siento la lagrimas correr por mejillas.
—perdóname, maestro, por todo el dolor que te causo—.dice
entre lágrimas. —pero era necesario.
Mi mano lleva su cabeza contra mi hombro. «no hay nada que
perdonar».
Juntos nos ponemos de pie.
—Ella me dijo que encontraríamos a Silvia aquí—.dice adelantándose
a mis pensamientos, comenzamos a caminar hacia la puerta de madera negra.
Le echo un último vistazo a MS.CORRYN que sigue desplomada
sobre la arena.
—solo esta desmayada MR.PACO, un buen maestro me enseñó a
cumplir con mi trabajo dejando las emociones de lado—.dice calmada, en verdad a
cambiado mucho, recuerdo la agitada y alocada chica que era al principio del
aprendizaje.
No puedo evitar reírme, aunque eso agrave el dolor que siento,
ella me sigue.
Subimos con cuidado las escaleras, no puedo evitar sentir un
opresión en el pecho, al no saber si finalmente le volveré a encontrar.
O solo será otra decepción.
Deslizamos a la vez la puerta, que se abre lentamente.
Nuestros pasos resuenan en la gigantesca habitación.
Empiezo a ver con avidez de lado a lado, pero no logro ver
nada más allá de la luz que entra por la puerta.
—Permíteme—.dice mi aprendiz, crea una esfera de energía, que
acerca a su boca, parece que le susurra algo que no logro entender y comienza está
a moverse a través de toda la habitación, como buscando algo.
Hasta que empieza a desacelerar, cada vez se mueve en un
espacio más pequeño.
Hasta que finalmente se queda quieta en un punto que luce
lejano.
Comenzamos a caminar con lentitud, más por mi culpa, la
espada ha consumido más energía de la que debería y que esté llegando al límite
de mi vida, por culpa de mi arma, no ayuda.
Mientras nos acercamos, siento un peso que no se a que asociar,
como si por fin estuviese cerca de ella.
Pronto una silueta va emergiendo levemente iluminada por la
esferita.
A pesar de eso reconozco, su figura, su delgado rostro, sus
largos brazos, su cabello verde, que le tapa un poco de la cara.
Puede que después de tanto finalmente le haya hallado.
En ese momento, mis piernas reaccionan por impulso, sin
importarme el dolor de los huesos rotos, corro hasta ella.
Caigo de rodillas a su lado, mis viejos dedos sienten su piel,
esta fría.
Apoyo su cabeza contra mi hombro, le abraso, pero nada, no
responde.
He llegado demasiado tarde.
Sostengo su mano—.Perdóname Silvia.
Las lágrimas, caen sobre el cemento.
—Maestro, aun no es tarde—dice poniendo su mano sobre mi hombro,
no le miro, tengo miedo de que si le dejo un segundo desparecerá, como en
tantos sueños en los que despierto solo y vacío.
—debemos llevarla con la entidad de la realidad treinta y
tres—.dice, quitando de a poco sus dedos, asiento, levanto en peso a mi ex
esposa.
Siento los huesos crujir, pero no me importa el dolor.
Caminamos de nuevo hacia la salida.
El sol cae sobre su pálida piel, su rostro a quedado
congelado en una sonrisa tranquila, luce igual que la última vez que le perdí.
—Vamos a mi nave—.le digo a MS.BELCEBU, pero ella niega.
—toca mi hombro—.responde escueta, ladeando su cuerpo.
—necesito que haya contacto físico para podarte llevar con
la entidad R33—.continua, le miro desconcertado, pero lo hago sin soltar a Silvia.
Apenas la toco, desparecemos de la playa y llegamos a un
espacio vacío e infinito.
—Ha pasado tiempo paco—.dice burlona, dejo caer mi brazo par
ayudarme a apoyar a Silvia, camino hacia ella, mientras el suelo se ilumina tenuemente,
resaltando su figura.
—ayúdala por favor—.digo tragándome el enojo y el orgullo.
—Vale—.me quedó asombrado por la respuesta, ella abre los abrazos,
esperando que le deje a Silvia.
Tengo miedo, no quiero sepárame de ella luche tanto para encontrarle,
volteo a ver a mi aprendiz, que ha vuelto a estar en llamas, me asiente.
La abrazo una última vez y con lentitud me separo de ella.
Antes que pueda decir algo, soy transportado a la playa de
nuevo.
La figura de MS.CORRYN esta aun par de metros, sigue
dormida.
Un sonido seco me hace voltear en dirección contraria, ente a
mi parece mi nave, incorporándose del aire.
Otro ruido, acompañado de un temblor, me deja ver como
lentamente la casa frente a mí, se contrae sobre si hasta desparecer, como si nunca
hubiese existido.
El miedo me recorre la mente, pensando en que hubiese pasado
de llegar tarde.
Sacudo la cabeza, tengo una misión que terminar.
Abro la puerta de cargada de la nave y ato las patas de la criatura,
luego de guardar mi arma, camino de regreso al interior de la nave y activo la grúa,
que comienza a remolcarla, hacia adentro.
Cuando el proceso termina, cierro las compuertas y preparo
la nave, para salir de la atmosfera.
He calculado que todo ocurrió en algo menos de un hora, pero
no tengo idea de cuánto paso halla afuera.
Comienzo a pilotear hasta romper y traspasar la barrera atmosférica,
devuelta a la nave que está en el perímetro del planeta.
Cuando llego has el embarcadero, la madre de la chica me está
esperando.
Termino de bajarme de la nave, cuando siento su espada mano
sobre mi hombro.
—esta echo, MS.DDAEAR—.el sonido hueco de las poleas transportando
la carga a un metro del suelo, desvía su atención, corre hacia su hija.
—Ahora cumple tu trato—.le grito, ella solo asiente.
Mientras las fuerzas de ataque le rodean, rio a pesar de
dolor, no tienen idea de su poder, para ello sería igual si fuesen desnudos,
sus armas no le harían un rasguño.
Yo sigo mi camino tambaleándome, no quiero que vean mi
dolor.
La verdad es que no lo hice solo, pero no tienen por qué
saberlo.
Me dejo caer sobre la cama, mientras la puerta se cierra con
fuerza, sonrió.
Por fin mi aprendiz me ha superado.
Duermo sin soñar, dejando que mi cuerpo se recupere por todo
el daño recibido, cuando despierto un incomoda duda se asoma y llena mi mente.
« ¿Si apenas puede igualar a MS.CORRYN que es mitad
reptilis, como demonios peleare contra MR.COCH?».
La duda me da vueltas como una mosca, que trato apartar torpemente,
al caminar hacia la ducha.
Dejo que agua fría limpia la sangre de mi cuerpo y anestesie
mis heridas, cierro los ojos bajo el fuerte chorro.
Las gotas golpean mi cuerpo, sin piedad.
Entonces lo sé.
Se lo que tengo que hacer para vencerle.
Debo ser más fuerte.
Me pongo los pantaloncillos, al terminar de secarme.
Miro la fecha eh estado fuera un par de meses.
Pronto será el día donde MR.COCH estará vulnerable, aunque
solo es un término el bastardo tiene la fuerza para acabar con media flota, el
solo.
—estas allí—.susurro a el viento.
—siempre eh estado aquí, cariño, soy inmortal, ¿lo olvidas?—.responde
una voz femenina. —Extrañaba hablar contigo—.remarca hablar, una pícara sonrisa
me invade al cara, sin querer.
—Conoces las armas del infinito—.pregunto escueto, debe
conocerlas después de todos fueron forjada por los dioses, dioses como ella.
—a que bien eso paco—.dice esquiva.
—necesito volverme más fuerte, apenas sobreviví a la anterior
batalla y fue con ayuda de MS.BELCEBU—.ella ríe.
—claro que si, después de todo yo también le entrene, pero
debo reconocer que hiciste un gran trabajo forjando su potencial—.suena
tranquila.
—no es mi merito, ella es perseverante, se merece ese poder,
es digna de el—.recalco.
—modesto como siempre, humilde como siempre, eso es una de
las cosas por la que te quiero, paco—.las imagen vienen a mí y debo toser para apartarlas.
—entonces me ayudaras o no—.suelto rápido para evadir ese
tema.
—tienes a COEDWIG—.dice
con lentitud como saboreando el nombre, levanto la mirada hacia mi arma, que
levita a centímetros de mí, lista para empuñarla.
—así es.
—entonces puedo ayudarte, pero en verdad es lo que quieres—.dice
con calma esperando que medite la opción, pero no tengo que meditar. —después
de todo pelaras en grupo contra MR.COCH.
Aunque es verdad eso, si algo me enseño el bastardo esa
esperar lo inesperado, no puedo confiarme.
—si en verdad quieres pagar el precio, toma la hoja, pero
cuando lo hagas no habrá vuelta atrás—.acentúa.
Mis dedos toman la empuñadura con prontitud, desaparezco.
Pronto estoy rodeado de flores malva, próximas a un bosque
que empieza a crecer, reconozco el lugar, aquí entrene con MS.BELCEBU.
En segundos, ella aparece con su marcado cuerpo,
sonriéndome.
—entonces de que quieres hablar—.dice escueta y con una
lenta sonrisa, me quedo cayado.
—vamos hombre, Silvia, no lo sabrá—.sus dedos suben por mi pecho,
produciendo cosquillas, aunque lo intento, termino riéndome.
Me concentro en mi respiración y en mi arma, le miro a los
ojos—.no eh venido para eso.
—lastimas, te lo preguntare una última ves ¿estás dispuesto
a pagar el precio?—.cruza los brazos resaltando sus pechos, asiento.
—sabes eres el segundo ser que me lo pide—. « ¿El segundo?».
—así es sabes—.se deja caer a mi lado con la espada entre
nosotros. —hace mucho un reptilis me solicito lo que tú me pides ahora, accedí,
era más joven y estúpida—.se ríe.
Mi mente forma un idea de a quien e refiere.
MR.COCH también tuvo un arma del infinito.
—Claro, por qué crees, que solo la daga puede matarlo, solo
un poseedor de un arma del infinito, puede matar a otro—.dice al terminar de
leer mis pensamientos.
— ¿Cuál es el precio?—.pregunto sin saber que esperar y aun así
no me importa.
—cuando termines el ritual, la espada y tu serán uno, debido
a la cantidad de energía vital que posees y a tu incapacidad de regenerarte, solo
te quedara una semana de vida—.dice mirando sus uñas perfectamente cortadas.—¿entonces
sigues adelante?.
Asiento, no lo hago por mí, lo hago por Silvia.
Le perdí una vez, no permitiré que suceda de nuevo.
No volveré a fallar a nuestro juramento.
—Que así sea, paco—.se levanta de golpe quedando frente a
mí. —toma la espada para que suceda.
No puedo evitar temblar ala cercar mi mano al empuñadura, en
un movimiento hacia adelante la tomo.
Ciento como una corriente eléctrica me recorre la columna y
me va quemando por dentro, en segundo escala hasta ser insoportable.
Grito y siento como si mi cuerpo se despedazara.
Mi visión queda en blanco, me desmayo.
—Levántate dormilón—.dice sacudiéndome el hombro, abro los ojos
con lentitud, de inmediato el sol me quema la vista, levanto mi brazo con
fuerza para taparme.
—vaya, no creí que sobrevivirías al proceso, esta echo eres uno
con COEDWIG, ella es parte de ti y tu eres parte de ella—.dice asomándose
frente a mí y sonriéndome.
Siento su respiración y el sonido de los pájaros, así como
las gotas cayendo sobre la roca y el viento meciendo los árboles.
Los insectos removiendo la tierra.
Todos los sonidos me confunden.
—céntrate en mi voz, paco—.respiro y después de un rato
logro defender de todo ese ruido y tomar sus palabras como si fuera un muro al
que aferrarme, asiento.
—Son tus nuevos poderes, tus sentidos están extremadamente potenciado,
así como tu velocidad y fuerza—.me ayuda levantarme, le sigo. —hagamos un
prueba.
En segundo la lluvia inunda el lugar, cayendo a borbotones,
como una pared de gotas a nuestro al rededor, pero solo en un radio contenido.
Más allá de este, todo está seco.
No me sorprende, después de todo ella es una diosa.
—Golpea las gotas—.dice tranquila. —concéntrate en ellas,
hasta que se ralentice.
Asiento y fijo mi irada en ellas comienzo a apartar la pared
y de apoco se vuelven más nítidas, ahora se han convertido en una sucesión casi
infinita de esfera de agua diminuta, que están flotando casi detenidas.
—ahora golpea con el puño—.continua diciéndome.
Cierro la mano y siento los músculos tensándose su interior,
lo que me marea un poco, pero me concentro en el movimiento cuando lo tengo,
extiendo el brazo con fuerza y veo como todo vuelve a velocidad normal, desde
que la gotas se impulsa hacia adelanta, hasta que los árboles son destruidos
por el aire que mueve mi golpe
—Bravo paco—.dice felicitándome, acompañado de una palmadas
en la espalda.
Asiento y le sonrió.
Siento el poder recorriendo mi cuerpo, tensando y quemando
cada parte de mí ser.
Ahora talvez halla una oportunidad de ganarle.
—qué me dices—.volteo confundido, le veo hablar con el aire.
«Con que así se ve».
—Espera tengo mala resección por la lluvia—.cuando termina
de hablar la nubes se marchan y el sol golpea de nuevo, esta vez me cubro a tiempo,
aún tengo que terminar de acostumbrarme.
—bien, ahora si te escucho—.asiente. —vale vamos para alla—.se
gira hacia mi sonriéndome.
— ¿Qué sucede?—.digo confundido, escuchando como las palabras
bajan y regresan a su velocidad, se ríe.
—aun tienes que acostumbrarte cierto—.asiento.
—bueno, seguro lo harás—.se golpea el mentón con los dedos—espero,
nah tranquilo, lo harás ya lo he…—.se pausa como si estuviese a punto de
decirme algo que no debe.
—olvídalo, me informan que Silvia despertó, ¿Quieres venir?—.
No lo dudo y pongo mi mano sobre su hombro. —estamos en
confianza paco—.toma mi mano y la desliga hasta su cadera sin dejar de reír, desaparecemos.
Entonces le veo, de pie, sonriéndome, como si no hubiesen pasado
más de cine año, como si nada hubiese cambiado.
Cuando sus morados ojos se abren y me ve, su sonrisa se borra,
tose. — ¿Hola, quién eres?—.dice con dulzura
«Es un efecto de regresarla, apenas pude salvar su esencia, llevaba
demasiado tiempo en ese estado»—.proyecta hacia mi mente su voz la entidad R33.
—«lo más probable es que no recuerde quien eres».
Asiento, conteniendo las lágrimas, tanto esfuerzo.
«No, es el fondo, sé que me merezco esto».
—soy Harry, mucho gusto—.digo ocultando mi pesar, ya no puedo
decirle que soy paco, pues ese hombre murió hace mucho, pero talvez quede algo
de el en mí.
Ella voltea a mirar a MS.BELCEBU que asiente, le devuelve el
gesto y correr hacia mí, le extiendo la mano, peor sus brazos me rodean.
Le abraso también.
Aunque el gesto dura unos segundos, siento como si fueran horas
y no por mis nuevas habilidades.
Cuando aparta los brazos tose y se gira, frotándose las
manos. —lo siento, Harry, no sé por qué hice eso—.dice con timidez.
—Está bien, no te preocupes—.digo tratándole de tranquilizar,
una pequeña sonrisa aparece en su delgado rostro, remarcada por sus grandes
ojos.
Peor luego se pierde, como si buscase una idea, poco después
parece haberla hallado.
—esto te sonara raro, pero creo que te conozco desde hace
mucho—.dice calmada y confundida.
—talvez, me confundes con alguien—.digo lejano, no quiero
amarle y que me ame, porque solo me quedan siete días.
—Vale, entonces ¿Qué te gusta hacer Harry?—.dice con una
amplia sonrisa.
La pregunta me toma desprevenido, he pasado tanto tiempo
planificando solo y ahora con ayuda de MS.DDAEAR la muerte de MR.COCH, sobre
todo ahora que estamos a días de culminar el plan, supongo que me olvide de
vivir en el proceso.
—no lo sé, creo que lo he olvidado—.digo al fin con
sinceridad.
Ella ríe y yo también.
Ese sonido me estremece, siento como si algo regresase a mí.
—Eh, ¿por qué lloras?—.dice ladeando la cabeza.
No respondo, algo más fuerte emana de mí, algo más grande
que el temor o el dolor, algo incluso más fuerte que el odio, algo que pensé
nunca más volvería a sentir, mis brazos caen por sus hombros.
Le abraso, nuestro cuerpo se juntan y apoyo mi cabeza en su hombro,
dejando la lagrimas correr por que pronto me iré, sonriendo porque al fin le
encontré.
PERDÓNAME SILVIA
Me siento sobre mi cama y contemplo, mi pequeña habitación, que
contrasta con la inmensidad del espacio que está al otro lado del ventanal, por
el que se empieza a asomar el planeta en donde cumpliré la misión encargada por
mi nueva socia MS.DDAEAR, traeré a su hija frente a ella y a la OIU, la luz
roja se enciende, indicándome que la nave está casi en posición, tomo mi
COEDWIG, me levanto y camino hacia la bahía de descenso.
Los funcionarios y trabajadores, pasan de mí, están ocupados
con sus trámites y en mantener la nave funcionando, que conseguir en tiempo
record, gracias a la influencia que tiene mi ex supervisora dentro de la
organización.
Me acomodo la manga del abrigo café, mientras camino hacia
la alta y celeste figura, que me espera al final del pasillo.
—qué bueno es verte, MR.paco—.dice esbozando un pequeña sonrisa,
su cola golpea el metálico suelo.
—que quieres MS.ddaear—.digo tratando de no sonar tajante,
apenas logró hacerlo, tose con algo de fuerza, mirando un punto por encima de
mi cabeza.
—hay rumores de que ella este allí también—.dice sin darle
peso a la palabra, siento mi corazón acelerar, será que después tanto, después
de más de cien años buscándole.
—Silvia, es posible que este allí con mi hija—.suelta al fin
como si disfrutase, « talvez lo haga», de mi desesperación.
—entiendo, traeré a tu hija viva, como acordamos—.digo distanciándome
de la idea que comienza a ferrase a mi cerebro, si tengo que ser profesional es
hoy, además no quiero esperanzarme, ya he sufrido mucho por hacerlo. —entonces
cumplirás con tu trato.
—dalo por echo—.dice y no lo aguanto más, comienzo a mover
me rodeándole. —ten cuidado mi hija es un rival digno—.suelta y sus palabras se
pierden por el sonido de los motores, de las naves de despegue.
Mientras camino hacia una de estas, pasando de la gente que
me saluda, mi mente esta concentrada en otra cosa.
Me subo a la nave por la escalerilla y cierro la cabina,
comienzo a acelerar hacia la puerta del hangar, esta se cierra detrás de mí, al
tiempo que un segundo juegos de puerta se abre, hacia el vacío del espacio,
rellenado por el imponente orbe.
A donde iré.
La verdad es que cuando me describieron la características
del planeta, entendí por qué fue tan difícil hallarla, si esta hay de verdad,
incluso para la entidad R33.
El tiempo pasa allí extremadamente lento tanto que los años apenas
se traducen en días.
No parece afectarla al motor de mi vehículo, que se basa en
propulsión cuántica, un lio complicado que no sabría explicar ni cuando aún era
un hombre de ciencia y no un mercenario
Como era de esperarse los elementos de ubicación comienza a oscilar
y descontrolarse, obligándome a céntrame en el horizonte y el mar que raya con este,
sus aguas que son cristalinas.
Hay una playa a u n par de kilómetros, no es lo ideal, pero aterrizare
allí.
Las ruedas chochan con fuerza, haciendo la nave, toma doscientos
metros hacerle frenar.
Abro la cabina y siento el calor de la arena, pasando por
mis botas.
Me tomo unos minutos para revisar que la nave este funcional
y en una sola pieza.
Lo está, aun el asiento de copiloto que reviso por reflejo
involuntario como si esperase ver alguien allí.
«Llevas demasiado tiempo solo, ya te estas liando viejo».
Toso para aclárame la garganta, con el aire caliente del
lugar.
Un punto resalta a lo lejos es de color morado.
Cuando me acerco, le reconozco son las flores que crecían en
el planeta donde yo.
Donde yo solía entrenarle.
Aunque intento frenarlo un recuerdo llega a mí por
asociación con lo que veo, el recuerdo de MS.BELCEBU entrenada por mí.
El dolor comienza a subirme por el pecho como espinas,
agradezco que lo único que hay para beber sea agua salada, aunque eh logrado
superarlo ya, no quiero tentarme
Dejo que el sentimiento me llene, recordándome uno de los
consejos que le di, que si soporta lo suficiente, el dolor solo le templara, volviéndole
más fuerte.
Me tomo un par de segundos para respirar con fuerza,
diciéndome que ya está en un lugar mejor, fue una hija para mí.
Las rocas se deslizan hacia mi posición, giro con fuerza y
veo su silueta desvanecer, al dar contra los dos soles, me cubro la cara.
Desenvaino COEDWIG, para parar sus patas que como dagas, me hunde
en la arena, por la fuerza del impacto, le veo sonreír con sus afilados dientes,
en eso se parece a su madre.
—debes ser MS. CORRYN—.le suelto, apoya sus patas en mi arma
y sala a un par de metros hacia atrás.
Dejándome ver toda su marcada silueta, sus pechos se
aprietan en su escote, sus ochos ojos me guiñan diabólicamente, se abren de
golpe mostrándome sus ojos morados, sus brazos se contraen terminando en
afiladas garras oscuras.
—Y tu viejo, ¿Quién eres?—.suelta sobrada, expandiendo sus brazos,
sobre su abdomen de arácnido, que hace ver pequeña su parte superior.
—Soy tu fin, soy la oscuridad, soy MR.PACO—.digo blandiendo
mi espada, que corta el aire caliente. —entrégate pacíficamente—.la hoja cae
sobre la arena.
Ríe y arremete contra mí, es jodidamente velos, apenas pongo
la hoja entre nosotros, el golpe me hunde en la arena, pronto otro par me lanza
hacia arriba a varios metros hacia el celeste cielo.
Siento sus patas, desgarrándome la piel en espalda, a la vez
que me impulsa.
—Disfruta el paisaje—.dice con sarcasmo.
A lo lejos veo algo que rompe con la monotonía de la arena,
le echo otro vistazo, para garantizar que no sea el dolor que me hace ver cosas,
hay una casa sobre pilotes de maderas.
—Venga, no te contengas, échale una mirada—.escupe y pronto
soy propulsado hacia esta.
El impacto me quiebra las costillas, gimo por el dolor, que
se mescla con su descontrolada risa.
—vamos, arrodíllate ante mí y seré misericordiosa—.sonrió, mientras
un hilo de baba y sangre cae sobre la arena, me sujeto a la empuñadura para levantarme,
con lago de lentitud.
Erigiéndome. —eh vencido apeores que tú, niñata —.ella
sonríe con despotismo, comienza a acelerar hacia mí, con los brazos proyectados
como aguijones.
Levanto la espada con una mano y la golpeo con fuerza contra
la arena, veo tranquilo, como el suelo se comprime a mí alrededor en una ola sucesiva,
que pone de rodillas a la tipa en cunado le toca.
Por el peso de cincuenta toneladas que recibe, eso debería
se suficiente para frenarle.
Levanto a COEDWIG después de unos segundos, cuando siento el
golpe en el corazón, mi arma es poderosa pero no puedo mantener el ataque, por
lo que tengo que hacer ráfagas rápidas o terminaría drenándome la energía
vital.
—Eso es todo—.dice levantándose temblando, hasta que logra terminan,
apoyándose en sus patas, salvo un par de rasguños luce intacta.
Necesito un par de minutos hasta que pueda volver a utilizar
el poder.
Comienzos a agitarla, lanzándole ráfagas de energía, que
rompe el aire, grita cuando le tocan.
Pero segundo después sigue de pie, avanzando hacia mí.
Empiezo a dudar si podre llevarle con vida o terminara matándome.
Comienzo a acelerar hacia ella sin importa el dolor.
Mi hoja choca contra sus patas, mi pies se empiezan a hundir
en la arena compactada, su cuerpo empieza a imponerse al mío.
Proyecto mis brazos, un golpe de energía nos propulsa en direcciones
contrarias.
Me levanto con dificultad, ella sigue tendida en la superficie,
entre nosotros la espada levita.
La llamo, veo como comienza a acercarse hacia mí.
Demasiado lento, sus patas la hacen hundirse en el terreno,
proyectándose hacia mí.
Sin mi arma soy un humano con tácticas, pero nada en
comparación con su fuerza bruta.
Mantengo mi mano proyectada, llamándole, le veo resurgir de
la tierra, pero no va suficientemente rápido.
Me preparo para el impacto de sus afiladas patas contra mi
cuerpo.
Nada, no siento el dolor, solo gruñidos, con lentitud abro los ojos, siento
como la hoja finalmente llega a mi mano, tengo que apoyarme para ver el cuadro
frente a mí.
Las cenizas brotan con cada golpe de sus encendidos puños,
le está haciendo retroceder, con la potencia de los golpes, su melena encendida.
Estoy viendo a un muerto.
Pronto MS. CORRYN es derribada por un contundente derechazo.
Su cuerpo cae con fuerza sobre la arena, el ser en allanas
esta de espalda a mí, su cráneo rodeado de llamas comienza a girarse hacia mí.
Trato de blandir la hoja, pero el dolor me pasa la factura y
caigo al suelo.
—que pasa viejito, ¿ya te cansaste?—.suelta burlona, su
llamas comienza a apagarse y la piel vuelve a cubrir los músculos, que terminan
de reaparecer.
Sus brillantes ojos morados, se me quedan viendo.
Es MS.BELCEBU.
—Sé que estás confundido, pero estoy de tu lado, quédate con
eso, vale—.dice sin dejar de sonreírme, yo solo asiento, mientras las ideas
golpean con fuerza mi cabeza.
Yo vi su cuerpo frio frente a mí, sus delgados brazos, la entidad
R33 me dijo que había muerto, la OIU me dijo que había muerto.
Las llamas empiezan a encenderse en mi interior, todo ese dolor,
todo el odio, me levantan de golpe, extiendo mi espada hacia ella.
—yo te vi morir, dame
un razón par ano rebanarte el cuello maldita impostora—.le grito, sosteniendo
le filo de la hoja contra ella, pensando en utilizar la carga por cien toneladas,
sin importar morir en el intento, no dejare que el nombre de mi aprendiz sea
manchado.
— ¿Me viste morir MR.PACO?—.dice retadora.
Lo pienso unos segundo, niego con la cabeza, ella sonríe.
—Solo viste un cuerpo, ¿Dónde fue?—.dice burlona.
—en la realidad treinta y tres—.digo en voz baja, soltando
un poco el brazo, bajando algo la hoja.
—donde rige la entidad
R33—.hace un pausa como esperando a que lo reflexione. —conoces sus habilidades.
La espada cae más y comienzo a temblar, tratando de reprimir
los recuerdos que compartimos.
—Además solo existe otra de estas—.levanta el brazo,
mostrándome el brazalete. —el otro lo tienes tu—.señala con la mano libre mi
chaqueta rasgada, sobre mi brazo que sangra descansa su par.
Mis piernas seden, la espada cae sobre el suelo, el odio da
paso al dolor que me deja casi sin fuerzas.
Sus brazos, rodean mi adolorido cuerpo, algo dentro de mi más
allá de las pruebas me dice que en verdad es ella.
«Ya arreglare las cuentas con la entidad R33».
Pero ahora estoy aquí.
Pero ahora no estoy solo.
Siento la lagrimas correr por mejillas.
—perdóname, maestro, por todo el dolor que te causo—.dice
entre lágrimas. —pero era necesario.
Mi mano lleva su cabeza contra mi hombro. «no hay nada que
perdonar».
Juntos nos ponemos de pie.
—Ella me dijo que encontraríamos a Silvia aquí—.dice adelantándose
a mis pensamientos, comenzamos a caminar hacia la puerta de madera negra.
Le echo un último vistazo a MS.CORRYN que sigue desplomada
sobre la arena.
—solo esta desmayada MR.PACO, un buen maestro me enseñó a
cumplir con mi trabajo dejando las emociones de lado—.dice calmada, en verdad a
cambiado mucho, recuerdo la agitada y alocada chica que era al principio del
aprendizaje.
No puedo evitar reírme, aunque eso agrave el dolor que siento,
ella me sigue.
Subimos con cuidado las escaleras, no puedo evitar sentir un
opresión en el pecho, al no saber si finalmente le volveré a encontrar.
O solo será otra decepción.
Deslizamos a la vez la puerta, que se abre lentamente.
Nuestros pasos resuenan en la gigantesca habitación.
Empiezo a ver con avidez de lado a lado, pero no logro ver
nada más allá de la luz que entra por la puerta.
—Permíteme—.dice mi aprendiz, crea una esfera de energía, que
acerca a su boca, parece que le susurra algo que no logro entender y comienza está
a moverse a través de toda la habitación, como buscando algo.
Hasta que empieza a desacelerar, cada vez se mueve en un
espacio más pequeño.
Hasta que finalmente se queda quieta en un punto que luce
lejano.
Comenzamos a caminar con lentitud, más por mi culpa, la
espada ha consumido más energía de la que debería y que esté llegando al límite
de mi vida, por culpa de mi arma, no ayuda.
Mientras nos acercamos, siento un peso que no se a que asociar,
como si por fin estuviese cerca de ella.
Pronto una silueta va emergiendo levemente iluminada por la
esferita.
A pesar de eso reconozco, su figura, su delgado rostro, sus
largos brazos, su cabello verde, que le tapa un poco de la cara.
Puede que después de tanto finalmente le haya hallado.
En ese momento, mis piernas reaccionan por impulso, sin
importarme el dolor de los huesos rotos, corro hasta ella.
Caigo de rodillas a su lado, mis viejos dedos sienten su piel,
esta fría.
Apoyo su cabeza contra mi hombro, le abraso, pero nada, no
responde.
He llegado demasiado tarde.
Sostengo su mano—.Perdóname Silvia.
Las lágrimas, caen sobre el cemento.
—Maestro, aun no es tarde—dice poniendo su mano sobre mi hombro,
no le miro, tengo miedo de que si le dejo un segundo desparecerá, como en
tantos sueños en los que despierto solo y vacío.
—debemos llevarla con la entidad de la realidad treinta y
tres—.dice, quitando de a poco sus dedos, asiento, levanto en peso a mi ex
esposa.
Siento los huesos crujir, pero no me importa el dolor.
Caminamos de nuevo hacia la salida.
El sol cae sobre su pálida piel, su rostro a quedado
congelado en una sonrisa tranquila, luce igual que la última vez que le perdí.
—Vamos a mi nave—.le digo a MS.BELCEBU, pero ella niega.
—toca mi hombro—.responde escueta, ladeando su cuerpo.
—necesito que haya contacto físico para podarte llevar con
la entidad R33—.continua, le miro desconcertado, pero lo hago sin soltar a Silvia.
Apenas la toco, desparecemos de la playa y llegamos a un
espacio vacío e infinito.
—Ha pasado tiempo paco—.dice burlona, dejo caer mi brazo par
ayudarme a apoyar a Silvia, camino hacia ella, mientras el suelo se ilumina tenuemente,
resaltando su figura.
—ayúdala por favor—.digo tragándome el enojo y el orgullo.
—Vale—.me quedó asombrado por la respuesta, ella abre los abrazos,
esperando que le deje a Silvia.
Tengo miedo, no quiero sepárame de ella luche tanto para encontrarle,
volteo a ver a mi aprendiz, que ha vuelto a estar en llamas, me asiente.
La abrazo una última vez y con lentitud me separo de ella.
Antes que pueda decir algo, soy transportado a la playa de
nuevo.
La figura de MS.CORRYN esta aun par de metros, sigue
dormida.
Un sonido seco me hace voltear en dirección contraria, ente a
mi parece mi nave, incorporándose del aire.
Otro ruido, acompañado de un temblor, me deja ver como
lentamente la casa frente a mí, se contrae sobre si hasta desparecer, como si nunca
hubiese existido.
El miedo me recorre la mente, pensando en que hubiese pasado
de llegar tarde.
Sacudo la cabeza, tengo una misión que terminar.
Abro la puerta de cargada de la nave y ato las patas de la criatura,
luego de guardar mi arma, camino de regreso al interior de la nave y activo la grúa,
que comienza a remolcarla, hacia adentro.
Cuando el proceso termina, cierro las compuertas y preparo
la nave, para salir de la atmosfera.
He calculado que todo ocurrió en algo menos de un hora, pero
no tengo idea de cuánto paso halla afuera.
Comienzo a pilotear hasta romper y traspasar la barrera atmosférica,
devuelta a la nave que está en el perímetro del planeta.
Cuando llego has el embarcadero, la madre de la chica me está
esperando.
Termino de bajarme de la nave, cuando siento su espada mano
sobre mi hombro.
—esta echo, MS.DDAEAR—.el sonido hueco de las poleas transportando
la carga a un metro del suelo, desvía su atención, corre hacia su hija.
—Ahora cumple tu trato—.le grito, ella solo asiente.
Mientras las fuerzas de ataque le rodean, rio a pesar de
dolor, no tienen idea de su poder, para ello sería igual si fuesen desnudos,
sus armas no le harían un rasguño.
Yo sigo mi camino tambaleándome, no quiero que vean mi
dolor.
La verdad es que no lo hice solo, pero no tienen por qué
saberlo.
Me dejo caer sobre la cama, mientras la puerta se cierra con
fuerza, sonrió.
Por fin mi aprendiz me ha superado.
Duermo sin soñar, dejando que mi cuerpo se recupere por todo
el daño recibido, cuando despierto un incomoda duda se asoma y llena mi mente.
« ¿Si apenas puede igualar a MS.CORRYN que es mitad
reptilis, como demonios peleare contra MR.COCH?».
La duda me da vueltas como una mosca, que trato apartar torpemente,
al caminar hacia la ducha.
Dejo que agua fría limpia la sangre de mi cuerpo y anestesie
mis heridas, cierro los ojos bajo el fuerte chorro.
Las gotas golpean mi cuerpo, sin piedad.
Entonces lo sé.
Se lo que tengo que hacer para vencerle.
Debo ser más fuerte.
Me pongo los pantaloncillos, al terminar de secarme.
Miro la fecha eh estado fuera un par de meses.
Pronto será el día donde MR.COCH estará vulnerable, aunque
solo es un término el bastardo tiene la fuerza para acabar con media flota, el
solo.
—estas allí—.susurro a el viento.
—siempre eh estado aquí, cariño, soy inmortal, ¿lo olvidas?—.responde
una voz femenina. —Extrañaba hablar contigo—.remarca hablar, una pícara sonrisa
me invade al cara, sin querer.
—Conoces las armas del infinito—.pregunto escueto, debe
conocerlas después de todos fueron forjada por los dioses, dioses como ella.
—a que bien eso paco—.dice esquiva.
—necesito volverme más fuerte, apenas sobreviví a la anterior
batalla y fue con ayuda de MS.BELCEBU—.ella ríe.
—claro que si, después de todo yo también le entrene, pero
debo reconocer que hiciste un gran trabajo forjando su potencial—.suena
tranquila.
—no es mi merito, ella es perseverante, se merece ese poder,
es digna de el—.recalco.
—modesto como siempre, humilde como siempre, eso es una de
las cosas por la que te quiero, paco—.las imagen vienen a mí y debo toser para apartarlas.
—entonces me ayudaras o no—.suelto rápido para evadir ese
tema.
—tienes a COEDWIG—.dice
con lentitud como saboreando el nombre, levanto la mirada hacia mi arma, que
levita a centímetros de mí, lista para empuñarla.
—así es.
—entonces puedo ayudarte, pero en verdad es lo que quieres—.dice
con calma esperando que medite la opción, pero no tengo que meditar. —después
de todo pelaras en grupo contra MR.COCH.
Aunque es verdad eso, si algo me enseño el bastardo esa
esperar lo inesperado, no puedo confiarme.
—si en verdad quieres pagar el precio, toma la hoja, pero
cuando lo hagas no habrá vuelta atrás—.acentúa.
Mis dedos toman la empuñadura con prontitud, desaparezco.
Pronto estoy rodeado de flores malva, próximas a un bosque
que empieza a crecer, reconozco el lugar, aquí entrene con MS.BELCEBU.
En segundos, ella aparece con su marcado cuerpo,
sonriéndome.
—entonces de que quieres hablar—.dice escueta y con una
lenta sonrisa, me quedo cayado.
—vamos hombre, Silvia, no lo sabrá—.sus dedos suben por mi pecho,
produciendo cosquillas, aunque lo intento, termino riéndome.
Me concentro en mi respiración y en mi arma, le miro a los
ojos—.no eh venido para eso.
—lastimas, te lo preguntare una última ves ¿estás dispuesto
a pagar el precio?—.cruza los brazos resaltando sus pechos, asiento.
—sabes eres el segundo ser que me lo pide—. « ¿El segundo?».
—así es sabes—.se deja caer a mi lado con la espada entre
nosotros. —hace mucho un reptilis me solicito lo que tú me pides ahora, accedí,
era más joven y estúpida—.se ríe.
Mi mente forma un idea de a quien e refiere.
MR.COCH también tuvo un arma del infinito.
—Claro, por qué crees, que solo la daga puede matarlo, solo
un poseedor de un arma del infinito, puede matar a otro—.dice al terminar de
leer mis pensamientos.
— ¿Cuál es el precio?—.pregunto sin saber que esperar y aun así
no me importa.
—cuando termines el ritual, la espada y tu serán uno, debido
a la cantidad de energía vital que posees y a tu incapacidad de regenerarte, solo
te quedara una semana de vida—.dice mirando sus uñas perfectamente cortadas.—¿entonces
sigues adelante?.
Asiento, no lo hago por mí, lo hago por Silvia.
Le perdí una vez, no permitiré que suceda de nuevo.
No volveré a fallar a nuestro juramento.
—Que así sea, paco—.se levanta de golpe quedando frente a
mí. —toma la espada para que suceda.
No puedo evitar temblar ala cercar mi mano al empuñadura, en
un movimiento hacia adelante la tomo.
Ciento como una corriente eléctrica me recorre la columna y
me va quemando por dentro, en segundo escala hasta ser insoportable.
Grito y siento como si mi cuerpo se despedazara.
Mi visión queda en blanco, me desmayo.
—Levántate dormilón—.dice sacudiéndome el hombro, abro los ojos
con lentitud, de inmediato el sol me quema la vista, levanto mi brazo con
fuerza para taparme.
—vaya, no creí que sobrevivirías al proceso, esta echo eres uno
con COEDWIG, ella es parte de ti y tu eres parte de ella—.dice asomándose
frente a mí y sonriéndome.
Siento su respiración y el sonido de los pájaros, así como
las gotas cayendo sobre la roca y el viento meciendo los árboles.
Los insectos removiendo la tierra.
Todos los sonidos me confunden.
—céntrate en mi voz, paco—.respiro y después de un rato
logro defender de todo ese ruido y tomar sus palabras como si fuera un muro al
que aferrarme, asiento.
—Son tus nuevos poderes, tus sentidos están extremadamente potenciado,
así como tu velocidad y fuerza—.me ayuda levantarme, le sigo. —hagamos un
prueba.
En segundo la lluvia inunda el lugar, cayendo a borbotones,
como una pared de gotas a nuestro al rededor, pero solo en un radio contenido.
Más allá de este, todo está seco.
No me sorprende, después de todo ella es una diosa.
—Golpea las gotas—.dice tranquila. —concéntrate en ellas,
hasta que se ralentice.
Asiento y fijo mi irada en ellas comienzo a apartar la pared
y de apoco se vuelven más nítidas, ahora se han convertido en una sucesión casi
infinita de esfera de agua diminuta, que están flotando casi detenidas.
—ahora golpea con el puño—.continua diciéndome.
Cierro la mano y siento los músculos tensándose su interior,
lo que me marea un poco, pero me concentro en el movimiento cuando lo tengo,
extiendo el brazo con fuerza y veo como todo vuelve a velocidad normal, desde
que la gotas se impulsa hacia adelanta, hasta que los árboles son destruidos
por el aire que mueve mi golpe
—Bravo paco—.dice felicitándome, acompañado de una palmadas
en la espalda.
Asiento y le sonrió.
Siento el poder recorriendo mi cuerpo, tensando y quemando
cada parte de mí ser.
Ahora talvez halla una oportunidad de ganarle.
—qué me dices—.volteo confundido, le veo hablar con el aire.
«Con que así se ve».
—Espera tengo mala resección por la lluvia—.cuando termina
de hablar la nubes se marchan y el sol golpea de nuevo, esta vez me cubro a tiempo,
aún tengo que terminar de acostumbrarme.
—bien, ahora si te escucho—.asiente. —vale vamos para alla—.se
gira hacia mi sonriéndome.
— ¿Qué sucede?—.digo confundido, escuchando como las palabras
bajan y regresan a su velocidad, se ríe.
—aun tienes que acostumbrarte cierto—.asiento.
—bueno, seguro lo harás—.se golpea el mentón con los dedos—espero,
nah tranquilo, lo harás ya lo he…—.se pausa como si estuviese a punto de
decirme algo que no debe.
—olvídalo, me informan que Silvia despertó, ¿Quieres venir?—.
No lo dudo y pongo mi mano sobre su hombro. —estamos en
confianza paco—.toma mi mano y la desliga hasta su cadera sin dejar de reír, desaparecemos.
Entonces le veo, de pie, sonriéndome, como si no hubiesen pasado
más de cine año, como si nada hubiese cambiado.
Cuando sus morados ojos se abren y me ve, su sonrisa se borra,
tose. — ¿Hola, quién eres?—.dice con dulzura
«Es un efecto de regresarla, apenas pude salvar su esencia, llevaba
demasiado tiempo en ese estado»—.proyecta hacia mi mente su voz la entidad R33.
—«lo más probable es que no recuerde quien eres».
Asiento, conteniendo las lágrimas, tanto esfuerzo.
«No, es el fondo, sé que me merezco esto».
—soy Harry, mucho gusto—.digo ocultando mi pesar, ya no puedo
decirle que soy paco, pues ese hombre murió hace mucho, pero talvez quede algo
de el en mí.
Ella voltea a mirar a MS.BELCEBU que asiente, le devuelve el
gesto y correr hacia mí, le extiendo la mano, peor sus brazos me rodean.
Le abraso también.
Aunque el gesto dura unos segundos, siento como si fueran horas
y no por mis nuevas habilidades.
Cuando aparta los brazos tose y se gira, frotándose las
manos. —lo siento, Harry, no sé por qué hice eso—.dice con timidez.
—Está bien, no te preocupes—.digo tratándole de tranquilizar,
una pequeña sonrisa aparece en su delgado rostro, remarcada por sus grandes
ojos.
Peor luego se pierde, como si buscase una idea, poco después
parece haberla hallado.
—esto te sonara raro, pero creo que te conozco desde hace
mucho—.dice calmada y confundida.
—talvez, me confundes con alguien—.digo lejano, no quiero
amarle y que me ame, porque solo me quedan siete días.
—Vale, entonces ¿Qué te gusta hacer Harry?—.dice con una
amplia sonrisa.
La pregunta me toma desprevenido, he pasado tanto tiempo
planificando solo y ahora con ayuda de MS.DDAEAR la muerte de MR.COCH, sobre
todo ahora que estamos a días de culminar el plan, supongo que me olvide de
vivir en el proceso.
—no lo sé, creo que lo he olvidado—.digo al fin con
sinceridad.
Ella ríe y yo también.
Ese sonido me estremece, siento como si algo regresase a mí.
—Eh, ¿por qué lloras?—.dice ladeando la cabeza.
No respondo, algo más fuerte emana de mí, algo más grande
que el temor o el dolor, algo incluso más fuerte que el odio, algo que pensé
nunca más volvería a sentir, mis brazos caen por sus hombros.
Le abraso, nuestro cuerpo se juntan y apoyo mi cabeza en su hombro,
dejando la lagrimas correr por que pronto me iré, sonriendo porque al fin le
encontré.
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HOLA;RECUERDA:comentar siempre con respeto y compostura;así estaré encantado de leerte :)