RETO#28 HARRY SINSAJO DIVERGENTE. |
HARRY SINSAJO DIVERGENTE
RETO#28 EL LIBRO DEL ESCRITOR.
PREMISA: Escoge tus tres libros favoritos y utiliza la primera palabra de cada título para hacer un relato en el que las integres.
HARRY SINSAJO DIVERGENTE
Juego con las llamas en mi mano, haciéndola desaparecer para
segundo después hacerla regresar iluminando torpemente la gruesa mesa de madera
negra, un viejo recuerdo del mundo que Harry no pudo proteger, del mundo que
MR.COCH le arrebato, la razón por la que ahora le veo secar la botella de
whisky, que antes solía beber de a tragos acompañados de hielo.
A pesar de todos los golpes marcados como cicatrices que
resaltan sus oscuros ojos, a pesar del dolor que su alma carga, a pesar de la
barba crecida y desordenada que disimulan que le conozco desde hace cien años ya,
que a veces me hace olvidar que un día fui su aprendiz.
Sé que aquel hombre destruyo y derrumbo reinos e imperios,
que quemo hasta las cenizas civilizaciones, vio morir planetas de la mano de su
coedwig, pero para el siempre fueron negocios, nunca lo hagas personal me enseño,
ahora al verlo lo dudo.
Pero todo lo que hiso, toda la muerte y atrocidades, que cometió,
fueron para proteger a su gente, a su especie, algunas veces entre murmullos y
delirios por el alcohol, me cuenta que vendió su alma para salvar a quien más amo,
pero cuando entendió que nunca la encontraría, a pesar de pisar cada una de las
cincuenta y dos realidades, extendió esa promesa a toda la humanidad, juro que
la tierra nuca seria destruida.
Todo ese dolor fue para complacer a MR.COCH, pero al igual
que algunas personas que nunca obtienen lo suficiente, para las que nuca somos
lo suficientemente buenos, era una promesa insostenibles después de todo ese
reptil es un ser de negocios y en sus negocios las promesas nunca valen.
Al final MR.PACO observo en primera fila, como su mundo al
igual que tantas veces el mismo había hecho, era condenado a volverse cenizas,
los millones de gritos se apagaron en un segundo, cuando el sol exploto.
Ese día MR.PACO renuncio, bueno eso es imposible, así que
solo se alejó, igual que yo, pero en el fondo ambos sabíamos que en algún punto
volveremos a oír su voz en taladrando nuestros cerebros.
Mi maestro tomo sus previsiones, cobro los favores que la
corporación le debía, ayudo ser el padrino de los cuatro futuros líderes de
esta y que también MS.LILITH le tuviese afecto, entre ella y el hechicero máximo,
forjaron dos brazaletes.
Lo veo brillar cuando enciendo mi delgado brazo, ahora éramos
invisibles para MR.COCH, pero no podíamos desaparecer sin más, nuevamente
MR.PACO ideo un plan, el mismo hombre que ahora babea luego de haberse quedado
dormido.
Sé que en algún lugar aún late ese genio y esa fuerza, que
ahora duermen, fuertes como su ronquidos, con el tiempo me acostumbre.
A ojos de nuestro supervisor habíamos dejado de existir, con
la ayuda de un entidad dimensional, amiga de Harry, aun hoy me sorprende saber
el alcance de sus conocidos e influencias.
Veinte años existiendo fuera del alcance de ese tirano, era
la primera vez que sentía que tenía una familia, no los bastardos que me engendraron
y me veían como un demonio, como un engendro, un fallo y una vergüenza a sus miserables
ojos.
Las llamas comienza a crecer y florece por todo mi cuerpo,
respiro y las contengo, a pesar de haber aprendido a controlar mis habilidades casi
a la perfección bajo su tutoría, aun exploto de vez en cuando cargándome una
que otra luna deshabitada.
Mas haya de verle antes como un tutor, ahora un igual,
también le veo como un padre.
Se ha ganado mi respeto y lealtad, de igual forma que él me
respeta.
Me acerco lentamente para no despertarle, con ayuda de una
flama que levita frente a mi cara, le quito la botella vacía con delicadeza de
sus dedos heridos y curados.
Me alejo unos pasos y le contemplo sereno, recostado sobre
su trono, uno de tantos recuerdos de un mundo que ya no existe, a veces me pregunto
si en sus sueños encontrara alivio, cualquiera en su posición se hubiese
suicidado en vez de cargar con tanto dolor.
Pero el también me enseño que si dejas de huir de dolor y decides
aceptarlo dejar que te queme, al final solo te hará más fuerte.
También que al final todos terminan pagando las consecuencias
de sus actos y para eso hay que estar vivo.
Por eso no ha matado a MR.COCH, porque aunque el bastardo
crea que es inmortal e invulnerable, MR.PACO encontró su debilidad y me ha confiado
su plan, por si muere antes de concretarlo o como ahora está demasiado borracho
como para caminar.
Busco en mi bolso de algodón el aparato para tele
transportarme otro obsequio de la corporación, debo visitar a Nadia, ella es pieza
fundamental de nuestro plan, ya que es la última heredera de la ubicación de la
daga del infinito, ella es uno de los tres miembros de su especia masacrada por
MR.COCH en vano, ya que no obtuvo nada.
Ella me quiere, no lo busque pero paso, entonces recuerdo
que son solo negocios y que debo hacer cualquier cosa con tal de obtener esa
arma porque a veces asemos cosas horribles por aquellos que queremos.
Además no puedo dejar de odiarla en algún grado ya que pertenece
a la familia de MR.COCH y ella junto al otro miembro vivo de los reptilis, no hicieron
nada por detenerle.
La ultima ves que nos vimos, me explico que era por ser divergente,
ya que entendía que si bien MR.COCH era un hijo de puta titano, era un fuerza
de la naturaleza necesaria, pero que un así guarda la daga del infinito por si
se salía de control.
Que define ella con salirse de control no tengo la menor idea,
digo idiota mato a tus padres y al resto de tu especie, pongo los ojos en
blanco, centro la mirada cuando encuentro el objeto extiendo mi palma con llamas
bordeándola y presiono, la caja metálica que resplandece.
Buscando le fijador, escondido en forma de collar, se lo regale
en nuestra anterior cita, me prometió que siempre lo llevaría consigo y por mi
bien eso espero, aunque ahora no me mataría no me agrada la idea de terminar
flotando en el vacío del espacio.
Frente a mí se abre un portal o mejor dicho escucho a un
abrirse, reconozco el sonido ronco que producen, camino un par de pasos y siento
una leve descarga eléctrica por el cuerpo.
La luz me da de frente, tardo unos segundos en acostumbrarme,
después de todo acabo de estar en penumbras, un zumbido metálico me centra y
dirijo la recién recuperada visión hacia un marcador en el centro de lo que
parece ser un claro.
Entonces noto que frente mí y a los lados hay varias
personas todas sobre plataformas metálicas, bajo la miradas, yo también lo
estoy.
—no te muevas—.me giro para ver de dónde viene la vos,
pertenece a una chica que me sonríe algo burlona sus ojos son oscuros, no, son
de color caramelo un tono inusual, «céntrate Silvia». —hasta que termine la
cuenta atrás. Concluye sonriendo menos, el cabello opaco le cae por ambos lados
hasta la altura de los pechos, que están protegidos por un traje que se amolda
su cuerpo como una segunda piel plateada y algo reflectante.
—Entonces que—.pregunto refiriéndome a que hacer después.
—primero prométeme que seremos aliadas—.dice lanzándome un
miradita familiar, aunque no sé de dónde.
“doce, once, diez…”.dicta imperturbable el reloj.
—Vale—.digo a la vez que asiento.
—Ahora a matarlos a todos y ganar estos juegos—.dice sin problemas,
como si sus palabras no significasen la muerte de otro ser.
El pitido hace estruendo y pienso velozmente que como me enseño,
la vida es una lucha por sobrevivir y yo quiero vivir así que hare lo
necesario.
Tiro mi bolso y comienzo a correr.
Mientras las llamas brotan de mí ser, en segundos Silvia ha
desaparecido.
—me presento soy MS.BELCEBU
y he venido a por sus almas, comiencen a rezar—.se siente bien romper el
cascaron, sobre todo ahora que controlo mis poderes, antes era como ser alguien
más.
Todos huyen despavoridos excepto la chica, que se queda a mi
lado, aludiendo, como si disfrutase de esto.
Proyecto bolas de energía frente a mí y las dispersos, me
quedo quieta y dejo que hagan su trabajo, no importan cuanto corran se irán acercando
y cuando les toquen absorberán su energía y me la darán a mí.
Veo como patéticamente uno corre en zig zag, adiós, tomo su energía,
sonreiría si tuviera músculos con que hacerlo.
Un par de mujeres se esconden entre los árboles que bordean
la arena, adiós, con los años eh aprendido que cada ser tiene una energía diferente
como una esencia o sabor, supongo que si fuera jugos sabrían a piña.
—Oh que guay MS.BELCEBU, eres genial—.dice echándome porra, pero
que le pasa a esta chica, acaso piensa que esto es un espectáculo disfrutable,
yo solo lo hago por necesidad.
Un par de hombres se han perdido más allá de los árboles,
hacia la hierba baja, las esferas les siguen de cerca.
—Oh chica en llamas se te van a escapar—.dice con tristeza y
asiéndome ojitos.
—de eso nada, mira—.segundos después desaparecen en una nube
de cenizas.
Pero entonces veo a un viejo que corre a rastras, pronto cae
de rodillas por el cansancio, la esfera se acerca rauda, por un segundo quiero detenerle,
puedo hacerlo, «mira Silvia, míralo de frente hazte responsable de tus actos», dirijo
mi cadavérica mirada hacia él y le observo desaparecer.
—por que traen a un viejo a una lucha por sobrevivir, está
en desventaja de fuerzas—.suelto al aire.
—por que traen a los jóvenes a una lucha por supervivencia,
están en desventaja de conocimientos y tácticas—.responde burlona, tomando mi pregunta,
solo asiento.
Ella sonríen ampliamente viendo a todos caer y morir, hasta
que solo quedamos las dos, me giro hacia ella, tiene los ojos bien abiertos
resaltando su delgado rostro, por un segundo ciento que he visto antes esa
mirada y esos ojos.
—alguien tiene que ganar, no te contengas, odio cuando se
contiene, es decir cómo puedes tener miedo de ti mismo, vamos no te contengas,
estoy lista—.abre los brazos y expone sus pechos al terminar su discursito.
«Solo son negocios, Silvia» me repito y acerco mis huesudas
manos a su tenue rostro.
—Tranquila, será rápido—.pero no muestra miedo, está feliz,
es extraño.
Cierro mis palmas y veo su rostro volverse cenizas, su
cuerpo cae y se deshace ante de poder tocar el suelo.
Me he quedado sola.
Contemplo el sereno terreno, que no parece reflejar la
matanza que ocurrió hace poco, a veces me pregunto si los mundos serian mejores
si no hubiese seres en ellos, aparto la mirada porque temo parecerme a MR.COCH.
Me siento, mientras voy apagándome y la piel vuelve a aflorar,
siento la grama en mi cuerpo desnudo, sonrió por las cosquillas, mirando
tontamente mis piernas.
Doy un rápido vistazo aún tengo el brazalete.
Me levanto hacia mi bolso, a menos de un metro de la
superficie metálica.
Lo tomo y me lo pongo, sintiendo el rose de la tela.
Escucho una risita, me giro sobre mí. —que guay, por eso te
quiero Silvia—.recita una voz incorpórea.
Segundo después frente a mí una gran explosión de energía
ocurre rasgándome los brazos con los que me protejo la cara, los bajo y siento
como sanan, ventajas de no poder morir.
Una esfera tenue de luz algo marrón se proyecta y en el
centro de esta, como si fuera un pastel, huesos, órganos y finalmente su
escamosa piel caramelo, al igual que sus profundos ojos me miran, su legua bífida
se proyecta en una sonrisa de sus afilados dientes.
Es Nadia.
Termina de descender a centímetros de mí y me echa una
mirada de arriba abajo, no sé por qué esto me ruboriza, después de todo no es
la primera vez que estoy desnuda frente a otro ser.
—Me da gusto verte Silvia, sobre todo así—.pone su delgada y
alargada mano sobre mi hombro, siento el rose de su escamas contra mi piel y la
presión de su garras sobre esta.
— ¿Tú eras la chica?—.acerca su rostro hacia mí, empiezo a
buscar la palabras. —es decir mi aliada—.escupo tratando de disimular mi nerviosismo.
—claro, tontita, puedo regresar a esa forma si te siente cómoda
o cambiar hacia otra forma, solo tiene que decirme que cosas te gustan—.dice regodeándose,
niego con la cabeza sin saberlo bien.
Me empuja suavemente y me lanza un guiño, su cuerpo se ha bañado
de una luz algo marrón, que forma su silueta, pronto comienza a transformarse, hasta
parecer más humana.
La chica, mi aliada, aparece nuevamente frente a mí.
—Ya ves, así te siente más cómoda—.dice burlona, en el fondo
tiene razón, pero ahora deberé recordarme,
que la dulce mujer frente a mi es capaz de modificar la realidad a su antojo o
eso cree ella, sonrió mirando mi bolso, mejor dicho lo que contiene.
Ella me devuelve la sonrisa. —puedes ponerte el traje—.digo tratando
de apartar la mirada e su cuerpo no porque me averígüense, sino porque temo que
esto deje de ser estrictamente por negocios.
—claro pero primero un abraso—.trato de negarme, pero se lanza
contra mí, nuestro cuerpo chocan, siento su calor, suelta un risa nerviosa
cuando roso su brazo.
Toso y le aparto, ahogando una sonrisa boba, ella siente y
se viste, después de bañarse en luz.
Ahora le traje le queda más entallado, le lanzó una mirada
asesina. —QUE solo hice algunas modificaciones—.dice excusándose, mientras
lleva sus manos abiertas de arriba abajo recalcando estas, no se refiere a la
ropa.
— ¿Puedo cambiar de nuevo si deseas?—.niego, no quiero que
me ponga más difícil el asunto.
—bueno hay algo que quiero enseñarte—.dice un poco tímida,
jugando con sus manos, le miro expectante esperando que sea la ubicación del
arma.
Truena los dedos y el campo desaparece, en su lugar un
gigantesco edificio que se proyecta hacia el gris cielo, nos saluda.
Hace un movimiento y entramos en él, el vestíbulo es amplio
y adornado, el sonido de un ascensor me centra, nos subimos en él, y ella me
indica que marque la planta cien, asiento, pongo mi dedo sobre el botoncito, la
puerta cerrándose y el movimiento lo confirman.
Pasamos poco más de un minuto subiendo, acompañadas de la
musiquita rítmica típica de un ascensor, ella mueve el peso entre sus pies, yo
juego con mis manos, algo nerviosa.
Cuando la puerta se abren, siento el viento rugir más allá
por la translucida pasarela, que termina
en uno enormes soportes metálicos con un cable entre estos.
—Es un tirolesa, nos llevara al lugar que quiero que veas—.dice
ansiosa y confirmando mi pensamiento.
Nos acercamos, trato de mantener la mirada al frente, camino
algo rígida, ella me lleva de la mano, me ayuda a ponerme los arneses.
—lista—.pregunta sin esperar respuesta comienzo a acelerar dando
medio giro en el aire, estoy descendiendo.
Siento el viento golpear contra mi rostro, que empieza a enfriarse,
el sonido del viento a velocidad me ensordece un poco acompañando del metal
calentándose y friccionando con el arnés.
El viaje dura un par de minutos, en medio del trayecto
cierro los ojos, para disfrutar de la sensación, lentamente los abro a medida,
que desacelero y llego hasta la superficie con suavidad.
—entonces te gusto—.pregunta Nadia, que seguramente se ha transportado
con un movimiento de manos, asiento de todas formas disimulando mi enojo,
cuando me quita los arneses, camino un poco temblorosa hasta que recupero la
fuerza.
Grandes pilares se alzan y dan paso arcos de piedra y concreto,
sobre estos se sostiene una red de metal que sirve de apoyo al techo corrugado.
Siento el suelo irregular bajo mis pies, está compuesto de
piedras pequeñas mescladas con cemento.
Frente a nosotros hay un riel vacío, por el que seguramente
paria un tren, eso es estamos en un estación de tren, pero cual, me giro
buscando una señal, hasta que la encuentro el nombre es algo extraño y contiene
un fracción, no recuerdo haber visto eso antes.
Me encojo de hombros y continuo siendo llevada de la mano de
Nadia.
—Tenemos que ir por allí—.dice entre risitas, sigo su dedo
pero da a un enorme pilar.
—Hay alguna puerta del otro lado del pilar—.pregunto desconcertada,
ella niega con la cabeza sonriendo y se echa a correr intento frenarme, pero ay
es tarde.
Cierro los ojos, pero no siento el golpe, solo un sonido
extraño como el de los portales.
—Puedes mirar miedosa—.remarca esta palabra burlona, lo hago,
frente a mi hay una puerta de madera negra, con su nombre en letras plateadas, miro
hacia lo lados pero es la única entrada el resto es una interminable pared
clara.
— ¿Qué es este lugar?—.pregunto esperando que diga el lugar
donde descansa la daga.
—Mi cuarto de juegos—.dice con picardía mesclada con
timidez, me codea jugando con sus manos, me tambaleo. —quiero saber si nuestra
relación va en serio—.me suelta rápidamente y agacha la mirada.
—yo, bueno, Nadia—.tartamudeo sin saber que responder, «son
negocios Silvia, has lo necesario», tomo aire y asiento. —va enserio Nadia.
—Que guay por eso te quiero—.se acerca y soba su cuerpo
contra mi brazo, un ligero temblor me recorre, toso para apartar la sensación.
—entonces, segura que quieres entrar—.asiento sin saberlo en
serio, con qué demonios me encontrare hay adentro, ella pone la delgada mano
sobre el pomo, sonriéndome malvadamente.
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