6 de abril de 2017

ELUNEY;RETO#52 EL LIBRO DEL ESCRITOR.

RETO#52 ELUNEY.

ELUNEY



PREMISA: Describe una situación cómica que transcurra en el último día del año.

ELUNEY

Han pasado veinte años desde que mi padre erradico a los últimos reptilis y sus descendientes, veinte inviernos desde que el tirano MR.COCH murió, los vestigios de la batalla se fueron extinguiendo de a pocos, pero la energía no se destruye solo transmuta, la causa de que la OIU intentase matarme antes de que naciese, pero tía BELCEBU lo impidió.

Estiro los largos bazos, hacia la oscuridad que baña mi habitación, bostezando, para terminar de levantarme, trueno los dedos, las luces se encienden.

Salto y afirmo las piernas sobre el frio concreto, comiendo a tomar algo de ropa del suelo a mí alrededor, para no bajar en pantaloncillos, mi madre lo detesta.

Termino de acomodarme las mangas de la blusa, mientras camino hacia el gran espejo que va desde el piso hasta el techo.

Los ojos de mi padre eran oscuros, los de mi madre son morados.

Los míos plateados.

Un recordatorio de la oscuridad que corre en mi interior, toso, para apartar la idea y acelero el paso, dejando la puerta atrás y bajando, por la escalera de acero, siento el frio subirme por los pies desnudos.

Así que término saltando el último par de escalones, al final del pasillo las voces de mi madre y mi tía, hacen eco.

Me froto la frente con una mano, con la otra me aliso el cabello verde.

—te acabaste el café—.suelta sosteniendo el recipiente cilíndrico y señalando a la chica frente suyo, que a pesar de verse joven ya ha vivido por más de cien años.

—era tu turno de comprarlo, Silvia—.le devuelve el gesto, sacándole la lengua, mi madre se enfurece y da pataditas al aire frete a ella.

—no mi turno fue la anterior vez—.arremete, el termo se agita en su brazo, cuando impulsa el brazo hacia adelante.

—Me vale, no quiero comprarlo—.cruza los brazos y voltea su cara en un gesto de culpa con los labios.

—demasiado café para ambas, ya estuvo—.muevo la mano y el bote se despide de mi madre y levita hasta quedar a centímetros de esta.

Ambas se plantan y me miran enojadas.

—es que ya ven como se ponen, es lo que menos necesitan hoy—.señalado un punto indeterminado entre ambas que ha relajado los brazos, bajándolos.

Pues hoy es treinta y uno de diciembre, el cumpleaños de mi padre, el ultimo día del año.

BELCEBU niega con la cáveseme encojo de hombros ya es tarde, mama ha comenzado a llorar.

Aun no logra superar la muerta de paco mi padre, le conocía bien, le amo y aun lo hace, supongo que no puedo entenderle, yo no le conocí y lo que se ahora es por lo que me cuenta mi tía, él fue un ser humano al igual que nosotras, pero eventualmente escalaria hasta lograr imponerse al mismísimo MR.COCH.

Pero duro poco, el poder término destruyéndole, ya era algo imposible, que un ser sin capacidad de regeneración como MS.BELCEBU, pudiese soportar usar un arma de infinito, más aun que lograse despertarla.

Camino hacia mamá, que se ha encogido apoyando su cabeza entre sus delgados brazos, pongo mi mano sobre su hombro con suavidad, ella levanta la mirada, veo las lágrimas caer de sus morados ojos, le aparto un mecho de cabello verde, poniéndolo detrás de su oído.

Quiere decirme algo pero al final lo ahoga con el llanto, apoya su cabeza contra mí, mi brazo, se extiende abrasándola.

—Tranquila, mama—.intertando consolarle, la chica frente a mi tose un par de veces para aclararse la garganta.

Igual que mi madre, siento le liquido sobre la piel, últimamente ha estado empeorando, hace una par de semanas empezó a toser sangre, al parecer el lugar donde la mantuvieron encerrada, estaba rodeado de oscuridad para que no lo hallasen, a la larga la exposición, termino por afectarle.

Ella está muriendo.

Pasa su mano sobre la tela de la bolsa y se aparta de mí, pero dejó caer mi mano, para sujetar la suya.

—solo es una blusa, no importa—.digo con una sonrisa pequeña, pero sus ojos lucen perdidos, como si estuviese recordando algo, creo adivinar a quien. —vamos, a él no le gustaba verte triste—.digo sin saber que esperar, sus ojos se posan en mí con fuerza, asiente levemente y una pequeña sonrisa se forma en su rostro.

—eh, chica, no tienes algo que hacer—.suelta MS.BELCEBU señalando la puerta negra de madera y luego a mi madre.

—la entidad R33 hará una pequeña ceremonia, tú querías ir, lo olvidaste—.su vista se pierde nuevamente, como si estuviese en un lugar lejano, en otro tiempo, la infección no solo daño su cuerpo, su mente también fue afectada.

Sobo sus brazos con mis palmas extendidas, esperando que el contacto le devuelva a la realidad.

—vale, ELUNEY—.suelta al fin con algo de dificultad encadenando las palabras, ha regresado.

—pero es que vas a ir así—.señala mi camisa.—mira que esta toda manchada—.su dedo cae sobre la gotas de su sangre, como si hubiese sido un acontecimiento donde no tuvo nada que ver, trataría de explicarle pero no funcionaria.

Es como un interruptor cuando cae se desconecta de nosotras y cuando sube regresa la mujer que me crio, la mujer a quien quiero, mi madre.

—lo siento, es que no me di cuenta—.digo tratando ser amable, ella cruza los brazos sobre su cuerpo, como acentuando que solo fuese mi culpa.

Detrás de nosotras, sus manos se mueven y en segundo una estela de luz se forma entre ambas, de esta emerge un vestido casual con estampados de peces, es precioso.

—eh, Silvia, mira lo que eh encontrado—.señala a la ropa, mi madre se gira, su dedos se deslizan por mi palma, siendo la punta de estos lo único que nos une.

— ¿Pero de donde ha salido eso?—.le veo extender su brazo hacia su mentón que golpea rítmicamente—.no la malcríes MS.BELCEBU, déjala que planche su ropa—.suelta hilando las palabras, comprendiendo que en realidad ese pedazo de tela, fue creado y hace segundos no existía.

Una pequeña muestra de sus habilidades, las misma con la que acabo con el tirano, las mimas que le valieron el pues de senadora jefa de la OIU, tenía la buena recomendación de una diosa y el consejo le veía como la sucesora de mi padre.

Le tomo un poco acéptalo, finalmente mi madre logro convencerle, la misma mujer que ahora contempla embobada la tela entre sus manos, pero sé que en su interior aun esta la gran científica y madre que es.

—Que quieres ponerte—.le suelta, ella ladea la cabeza algo confusa.

—bueno, algo formal—.dice dudosa.

—vale, Silvia—.un segundo vestuario aparece en un mar de luz al lado del primero un conjunto de falda y blusa sin mangas.

—Puedes ponértelo—.suelta sin ánimos de ofenderle, pero lo hace mi madre se cruza de brazos y vuelve a dar pataditas al aire.

—claro que sí, no soy una niña—.MS.BELCEBU resopla poniendo los ojos en blanco, mamá toma la percha y sale de la habitación, con paso firme, dejándonos solas.

— ¿Cómo esta ella?—.pregunto sin mirarle, prefiriendo centraren mis pies descalzos, sobre la madera, muevo los dedos para distraerme en algo.

—Está empeorando ELUNEY, la entidad R33 dice que podría suceder en cualquier momento—.toso para espantar las lágrimas—así que no te enojes con ellas y pasa más tiempo junto suyo, vale—.suelta con calma esperando que me tranquilice.

Pero no es así.

—maldita sea perdí a mi padre antes de nacer y ahora mi madre, no es justo—.suelto, mientras las paredes crujen al comenzar a tambalearse.

Ella se aferra a la pared

—cariño, la vida no es justa, es un ser humano es parte del ciclo de su existencia—.dice sujetándose con fuerza, las cosas comienza a caer, escucho ruidos de cosas quebrándose.

—Yo también soy humana y no moriré—.le imcrepo,sin importarme que los muebles pesados empiecen a levantarse.

—Porque tienes la energía latente de dos armas del infinito y los residuos de la batalla, por eso—.dice, sus brazos comienzan a encenderse, haciendo crepitar el concreto.

Su cabello se pierde por las llamas que le comen, dejando sus huesos, retrocedo, en parte por el temblor y por verla así, había escuchado rumores por parte del resto de cadetes en mi clase, solo se transforma cuando va a pelear en serio.

—No quiero dañarte, así que cálmate—.dice iluminando toda la habitación, las hondas de calor, me hacen retroceder cayendo de culo, agito la mano y estrello el refrigerador contra su encendido ser.

Sonríala escuchar el golpe seco, pero pronto se borra, al ver al metal hacer un deformada esfera, cuando ella se abre paso.

Antes de que reacciona, siento el aire escapar de los pulmones, junto al ruido seco de las cosas cayendo, sus puño se clava en mi estomago

—la técnica, vence a la fuerza, primera lección de los cadetes, acaso la olvidaste—.suelta burlona.

Pone su huesuda mano, sobre mi hombro y desaparecemos.

Estamos flotando en la negrura del espacio, siento el frio comenzar a helar mi sangre, mi corazón late con fuerza, inútilmente para calentarme, me estoy ahogando.

—le prometí a tu padre mantenerte a salvo y si eso significa enseñarte un par de cosas, que así sea—.sus dedos comienzan a clavarse en mi piel, que pronto sede, gimo, al sentir el calor cauterizándome los músculos.

—ahora, te lo preguntare de nuevo, te vas a calmar—.asiento, forzándome a mantenerme concentrada, desaparecemos.

Cuando vuelo a sentir el aire en los pulmones, retrocedo tambaleante, sintiendo mi cuerpo regenerarse, mientras el vapor y al piel rostizada llenan el aire, MS.BELCEBU comienza a apagarse.

La OIU me acepto como cadete por su recomendación, igual que me perdono la vida cuándo se presento voluntariamente a ser mi tutora, nadie más lo hiso, después de todo si alguien podía contenerme era ella.

La luz le baña el delgado cuerpo, cuando se va deja un vestido con cola que le cae hasta los tobillos, se acomoda el pelo con ambas manos para formar una trenza, mientras un par de tacones termina de crearse frente suyo, los toma y se agacha para ponérselos.

—entonces vas a ir con esa ropa chamuscada—.suelta sin mirarme.

Bajo las mirada y veo la piel enrojecida terminándose de curar, como el vapor que termina de apagarse.

Asiento cuando el dolor me deja.

La ropa vuelve a aparecer frente a mí, me levanto impulsándome con lo brazo, sintiendo un dolor seco en el estómago, los músculos nuevos extendiéndose, tomo la percha y salgo de la habitación, que está encendida y destruida.

Subo por la escalera, sintiendo el metal caliente, hasta que casi llegó arriba, donde aparte del lugar desordenado, no hay demasiado daño.

Al final de pasadizo a una figura extendida, con medio cuerpo fuera de su habitación, es Silvia.

Corro hacia mi madre, la levanto con ambos brazos hacia mí.

—Yo lo siento, perdí el control—.pero su cabeza cae con fuerza, sin mostrar reacción.

—MS.BELCEBU—.grito y un segundo después aparece materializándose frente a mí, me aparta y apoya su oído sobre sus pechos, yo miro la escena sin entenderla.

—aún tiene pulso, solo esta desmayada—.su brazo se levanta y cae con fuerza abofeteando su delgado rostro, estoy a punto de mandarle un golpe de gravedad, cuando me echa una mirada, que me hace recapacitar.

Mis ojos se desvían de su cara, al escucharle toser, está viva.

—yo había terminado de cambiarme…—aparta a mi tía, con ambos brazos.

—qué demonios haces—.le increpa retrocediendo y tratando de incorporarse algo tambaleante, respira con fuerza cuando logra levantarse.

—está bien, ELUNEY—.dice sobándose la cara, no puedo evitar sonreír con algo de placer, es extraño que ella también quien es capaz de destruir sistemas solares enteros sin transformarse, sienta eso, se impulsa con su brazo, dando unos pasitos hacia atrás, mientras se apoya en los tacones.

Mueve los brazos, hasta que se estabiliza.

—Que haces allí parada hija, que se nos hace tarde—.yo asiento, mientras MS.BELCEBU le toma el pulso sosteniendo su muñeca, ella acepta de mala gana, paso por un lado.


Termino de acomodarme en el vestido, cuando la puerta es golpeada un par de veces.

—ya voy—.grito, suponiendo que es mi madre, la que me apresura.

«Tranquila solo vine, porque se estaban demorando», mis ojos se abren de golpe y me giro sobre mí para ver de dónde proviene la vos, pero no hay nadie más en la habitación.

«Vas a abrirme»—.continua extiendo mis brazos y atraigo las perchas de metal, que desdoblo moviendo los dedos, convirtiéndolas en afiladas agujas que proyecto a mi alrededor.

Me acerco con lentitud hacia la puerta, sin saber que esperar.

Con una mano giro el pomo, con la otra mantengo las púas listas para defender a velocidad sobre lo quesea que este allí afuera.

Su mano se agita en un saludo, la mía se cierra en un puño, pero las agujas no le impactan son detenida en poco menos de un metro que nos separa.

Me sonríe, el verde cabello le baja hasta la cadera, lleva un vestido que resalta sus gigantescos senos y marcadas caderas, extrañamente se parece a mi madre.

— ¿así tratas a tus invitados, ELUNEY?—.dice haciendo los labios en un gesto de descontento, el sonido metálico de las púas cayendo, me devuelve.

—yo lo siento entidad R33, no es común que una diosa toque a mi puerta—.le suelto irónica, ella se ríe.

—has visto a MS.BELCEBU—.asiento y antes que pueda contestarle, sujeta mi hombro, desaparecemos.

Regresamos, con ellas mirándonos sorprendidas, mama bebe algo de té con una pajilla y el brazo de mi tía están sobre su mejilla, lo aparta con rapidez.

—yo estaba midiéndole la temperatura, si eso—.dice nerviosa mirando a la diosa.

—vaya hija, no sabía que fueras tan pudorosa—.dice entre risitas, ladeo la cabeza al escuchar eso.

—así es, pequeña, soy su madre—.dice mientras mi mente trata de unir los cavos, los diplomáticos decían que nada se sabía sobre su familia, ahora veo por qué.

Comienza a acercarse a ella, meneando las caderas y abrasándola, aunque ella se resiste al final, deja caer su cabeza sobre el hombro de la diosa, con una sonrisa culposa en los labios.

—Vaya te ves hermosa—.dice mientras se gira hacia mí, sosteniendo el brazo con una mano, veo como el brillo le vuelve al rostro, es como si despertase de un mal sueño, le veo sonreír, también lo hago.

—bueno se hace tarde, al consejos ya mis invitados no le gusta esperar, entonces no vamos—.dice sin mirarnos, todas asentimos.

La diosa sujeta mi madre y mi tía a mí, desaparecemos.

Un sol a la distancia no da la bienvenida, a través del grueso vidrio del lugar donde estamos, busco con los ojos algo que le identifique, sin suerte, me encojó de hombros.

—bienvenidas, a la nave insignia de la OIU—.dice la entidad R33, sin soltar a su hija que sujeta por la mano, ella sonríe.

Me giro sobre mí, dándole la espalda a la estrella, para ver cientos de personas que nos miran, reconozco a algunas, están los cuatros directores de la corporación a la que MS.BELCEBU la compro alguno planetas, el consejo supremo que dirige la OIU está conversando tranquilamente con los antiguos directores de la corporación, hay muchas especies reunidas, comerciantes y seres reconocidos.

Siéntanse tranquilas de conversar, pronto comenzara la ceremonia, asiento y giro la cara para ver a mi madre junto a mi tía.

Ella me hace un ademan con la mano, para que vaya, yo asiento.

Comienzo a caminar hacia la multitud que se aleja de mí, algunos me miran con odio y otro con miedo, respiro para tranquilizarme, no quiero darle al consejo una razón para que se rompa la amnistía.

Tomo un vaso de ponche de la mesa de comidas, mientras golpeo el suelo con las sandalias de cuero, le echo un par de traguitos, viendo a toda la gente conversar, algunos se ríen, otros se disgustan.

Pronto comienzan a alejarse, alguien se abre pasa entre ellos, dejo el vaso caer.

Sus oscuros ojos me miran, lleva una cicatriz en uno, pero no importa, corro hacia él y le abraso.

—vaya, me da gusto conocerte al fin, no creí que MR.PACO tuviese una hija—.ladeo la cabeza algo confundida y me separo de él, tratando de procesar la imagen, ni mama ni mi tía, me dijeron que tuviese los brazos tatuados.

Segundo después aparece MS.LILITH que le toma del fornido brazo, completando el confuso cuadro.

—Soy el hechicero máximo y ella es mi esposa  MS.LILITH—.la gigantesca mujer me sonríe tranquila.

—vale…toso para tragarme el llanto y las lágrimas, me giro con fuerza, tomando un par de vasos, muevo la cuchara y los llenos del líquido azucarado, hago levitar los vaso.

—quieren ponche—.suelto ensayando una falsa sonrisa.

—oh, eres un psíquica—.dice sujetando con delicadeza el vaso, al igual que su esposo.

—no, yo…—.pronto un gris, miembro del consejo aparece, el grueso y musculoso, incluso comparando con al ex directora de la corporación.

—le estas causando problemas, ella—.suelta con asco, como si fuese veneno.

—vengan la ceremonia ya va a comenzar—.continua sin dejarles espacio a contestarle, se retiran pasando entre la multitud.

Me froto los brazos, sintiendo la lágrima que corre por mi mejilla, toso y comienzo a caminar, hacia adelante.


Cuando logro atravesar a todos, los aplausos comienzan, la diosa se alza, quedando el sol por sobre su cabeza, dándole un aire de grandeza mayor.

—como ya sabrán hoy es el cumpleaños de MR.PACO—.todo vitorean, camino hasta un grupo de cadetes, que rompen filas, mi vestido contrasta con su monocroma ropa, asiéndome sentir diferente, incluso con la gente, con la que paso tiempo.

—por eso hoy, habiendo pasado veinte años desde su triunfo contra el tirano, quiero cumplir el sueño que no pudo realizar, al sacrificarse por el bien de las cincuenta y dos realidades.

—pero antes unas palabras de…mientras termina de pronunciar la frase, MS.BELCEBU aparece frente a mi entre humo, me toma por el hombro, desaparecemos.

La gente está de pie mirándome, algunos bajan sus brazos y otros tosen, dejando el gigantesco lugar en silencio.

—debes dar un discurso—.suelta a mi oído

—sabes que nos e me da bien, porque no lo hace mi madre—.le digo entre dientes, tratando e o dejar de mirar al público.

«Ella no se siente bien ELUNEY, tuvo una recaída, pero logramos estabilizarle» .muevo los ojos con rapidez tratándole de hallarle, me detengo cuando le veo, en las primera filas, acompañada de un grupo médico, pronto se quiebra sobre sí.

«Al carajo el discurso». Corro hacia ella, la ayudo a levantarse, nuestras miradas se cruzan.

—estoy bien, hija, ve tranquila—.dice apenas y entrecortada, pero su boca cubierta de sangre lo niega, no quiero separarme de ella, pero me empuja con el brazo, asiento sin mucha seguridad y vuelvo al escenario, donde la diosa me mira algo nerviosa.

—unas palabras de ELUNEY la hija de paco y Silvia, todo tuyo cariño—.da un paso al costado, saludo bobamente con la mano, tratando de hacer, tiempo, buscando las palabras.

«Si tuviese más tiempo talvez, pero no lo tengo, así que debo adaptarme». Respiro con fuerza.

—mi padre fue un gran hombre…—.digo sin creerlo, no porque no fuese asesino porque yo no hablo así, «dilo como lo sientes cariño, con el corazón». Asiento hacia la diosa.

—mi padre, tuvo un sueño, un convicción, que lo mantuvo vivo a través del dolor y el miedo—.la gente comienza a mirarme, dejando de murmurar.

—él quería encontrar a la mujer que amaba, mi madre, Silvia—.mi brazo se extiende hacia ella inconscientemente, le veo sonreír, pero dura poco, vuelve a toser con fuerza, los médicos le sostienen.

—no se rindió, no desistió, le tomo más de cien años, la gente le dijo que era imposible, que estaba loco, que mejor se rindiese, pero no le importo, el había echo un juramento y lo cumpliría o moriría intentándolo—.los cadetes comienza agolpear sus escudos, que resuenan como tambores de guerra.

—mi padre, el hombre que prefería morir antes que se, el hombre que logro lo imposible—.el vitoreo comienza llenar la sala, las manos se alzan.

Ciento la lagrimas correr por mi cara, las dejo. —MI PADRE, fue un gran hombre, VIVA MR.PACO.

—VIVA.MR PACO—.resuena como un gigantesco eco que se disuelve en el aplauso de todos, mi madre sonríe.

Sonríe hasta que las convulsiones le hacen temblar y caer.

Corro entre los apuso y gritos de felicitación.

Le tomo, mientras los médicos intentan devolverla, haciendo presión sobre su pecho, sus ojos comienzan a apagarse.

Mis lágrimas caen sobre su mejilla, me estremezco al sentir su mano, la tomo, entrelazando mis dedos entre los suyos, llevando su cuerpo contra el mío, acercándola, tratando de aferrarme a ella, a mi madre.

—no importa lo que pase…—.tose con fuerza, mi majillas que se mancha en su sangre, no importa la mantengo cerca, para oírle.

—mama por favor no te…—.sus dedos tembloroso soba la otra mejilla, siento el calor escapando de su cuerpo.

—el destino intentara ponerte de rodillas, te dirán que es imposible, que es mejor no soñar, por que saldrá lastimada—.su vos se entrecorta, respira con fuerza y rapidez.

—pasara y muchas veces pero en ese momento recuerda que…—.deslizo mi brazo, para minimizar los espasmos, que comienzan a crecer.

—recuerda que lo haces porque lo amas, recuerda que eres nuestra hija…su reparación se entrecorta, mis lagrimas se deslizan por mi cara y por la suya, juntándose con la sangre.

—cuando sientas que no puedes dar un paso más, cuando sientas que dolor y el miedo golpean tu alma, mantén la frente en alto y levantarte, recuerda que nosotros te amamos.

Su voz se va perdiendo hasta desaparecer, sostengo a mi madre junto a mí, mientras el aire escapa de sus pulmones y las convulsiones cesan.

Algo se quiebra en mí, siento el fuego crecer hasta ser un incendio, siento su mano en mi hombro, desaparecemos.

—este es un lugar seguro, deja que el dolor te llene, no lo contengas, porque si resiste lo suficiente te hará más fuerte, palabras de un gran hombre—.mi cabeza cae contra su ser.

Grito, sintiendo la energía salir, grito, no quiero pensar en nada, no quiero entender que he quedado sola, frente a un mundo que me odia.

—todo estará bien—.dice por encima de mis gritos, de mi llanto.


Han pasado tres meses, camino hacia la casa donde vivieron mis padres, MS.BELCEBU me espera, en la acera, su brazo se extiende hacia mí, nos abrasamos.

—Entonces este era el regalo de la diosa—.digo mientras siento las lágrimas, volver, que ya no son nada en comparación al inicio, agradezco que al corporación el allá cedido un par de sistema a mi tía, aunque de ellos ya no queda nada, se destruyeron por mi dolor.

—mi madre, tenía un juramento con tu padre, el savia que tirano destruiría su mundo en cualquier momento, así que acudió con el anciano y ella a solicitarles que le protegieran hasta que fuese seguro—.su palma frota mis brazos, siento su calor.

—ellos accedieron, la diosa se llevó a la tierra y sus habitantes, a la realidad treinta y tres donde ella reside, el anciano por su aparte creo una copia de la tierra, pero que carecía de vida—.apoyo mi cabeza contra ella, agradezco que sea más alta, siento la brisa calidad de la tierra, estamos solas en el vecindario que ella compro.

—pero no podía haber testigo, así que le borro ese recuerdo, tú padre cargo todos estos años con el peso de creer ver a su mundo reducirse a cenizas, pero era necesario—.asiento con lentitud.

—cuando MR.COCH fue derrotado y su imperio desbaratado, dejo un clima seguro que se afianzo en esto veinte años, además de tratado con la OIU para que quite todo rastro de interacción con los humanos—.su brazo se proyecta hacia delante.

—mantuvieron esta zona del universo segura y aislada de toda amenaza, hasta que los humanos vuelvan a estar listos—.da un gran respiro, levanto la vista para encontrarme con su morados ojos, ella me sonríe, tranquila.

—estas segura de que quieres hacer esto—.pregunta encendiendo su brazo.

—Sí, es lo que mama quería—.las lagrimas regresan con fuerza cuando recuerdo, que ella siempre quiso volver a este mundo, no pudo hacerlo mientras estaba viva, así que espero esto sea algo simbólico, para poder cumplir su última voluntad.

Una esfera de fuego se proyecta hacia la casa, segundos después empieza a arder, las lágrimas corren por mi mejilla, abraso a MS.BELCEBU con fuerza, ella soba mi cabello.

—Todo estará bien, cariño—.su cabeza cae sobre la mía, mientras el calor comienza a llegarme desde la casa ahora en llamas y siendo consumida por esta.

—le jure a tu madre y a tú madre protegerte, eso hare—.respiro con fuerza para aclararme la garganta, tratando de salir un poco del torbellino de ideas que es mica besa.

—sabes que no pueda, la OIU espera un error mío, para cazarme y matarme, lo sabes MS.BELCEBU—.digo entre cortada por el llanto.

—Lo sé, tranquila, ellos me han estado presionando para que acepte a alguien que me suceda, por si llega a pasarme algo—.ríe sin querer, es verdad en este punto solo su madre, podría hacerle frente.

Extiende sus brazo separándome de ella, el crepitar de la madera encendiéndose, me hace girar, dándole la espalda, pronto vuelve a abrazarme, yo sigo mirando el fuego devorar lo últimos retaso de mis padres en la tierra.

Quemando todo lo que algunas ves quise.

—Si aceptas ser mi aprendiz, no podrán tocarte—.su mano, acaricia mi pelo.

Allí estoy yo de pie entre el camino recorrido por de mis padres que cae en cenizas y mi propio camino que se yergue a una repuesta, cierro los ojos con fuerza.

«Recuerda que lo haces porque lo amas, recuerda que eres nuestra hija». Resuena en mi interior.

Mi brazo se desliza sobre su cuerpo serrándose en un abraso, de nuestro seres juntos, miro al fuego que crece con fuerza, llevándose los recuerdos que compartieron paco y Silvia, mis padres, en sus cenizas hacia el infinito, hacia la llama de la eternidad.

Las lágrimas cesan, levanto la mirada, para verle a los ojos, que me recuerdan a mi madre, asiento. —lo Hare, seré tu aprendiz, MS.BELCEBU—.su rostro se ilumina en una sonrisa, siento que las partes de mi alma vuelven a juntarse, recordándoles, sonrió.

FIN.

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