RETO#38 LIBRARSE DE LA EMBRIAGUEZ. |
LIBRARSE DE LA EMBRIAGUEZ
RETO #38 EL LIBRO DEL ESCRITOR.
PREMISA: Documéntate si es preciso para hacer una descripción al detalle de un personaje que sufre una determinada adicción.
LIBRARSE DE LA EMBRIAGUEZ
La botella con el líquido amarillento daba vuelta, por el
movimiento de mi mano ha pasado un año desde que perdí a mi aprendiz, dese que perdí
a MS.BELCEBU, el día que me informaron de su muerte, algo en mí se quebró y el último
fragmento que me libraba del abismo cayó y yo me deje caer en él.
Le doy un sorbo largo y tendido, como si el líquido raspándome
garganta, me borrase el llanto y que la estúpida sonrisa, me hiciese olvidar el
dolor, todo mi dolor.
Cierro los ojos y no me detengo, a pesar de que me quema la garganta, a pesar de
respiro a medias, no me detengo hasta que el licor se acaba y dejo la botella
caer.
Hace eso en la gran y vacía habitación, me acomodo en mi trono,
que no resplandece ante tanta oscuridad, oscuridad en la que me sumerjo para no
ver en el hombre que me he convertido.
En el cobarde que me he convertido.
Mi ex esposa me ayudó a salir de un cuadro similar hace ya
tanto han pasado poco más de cien años y aun recuerdo su rostro como si fuese
la primera vez, mi cuerpo convulsiono, toso para apartar los estragos del alcohol
en mi cuerpo, pero mi mente es otra
historia, él no ha logrado afectarle.
Por qué sé que mi condena es ser incapaz de olvidar.
Recuerdo cada plática en el jardín, cada abrazo, cada beso.
Que no hacen más que hundirme en el fango de mi miseria, que
alivio de vez en ves con un trago.
Tengo dinero para comprar planetas enteros, pero de qué
sirve si estoy solo, si eh perdido todo y todos lo que a una ves ame.
A veces cierro los ojos y sueño, con el hombre que alguna vez
fui.
Con la vida que perdí.
El éxito hombre, casado con una maravillosa mujer y colega,
con la que hicimos tanto avances en nuestra área de investigación, el muchacho
inseguro que pudo creer en sus sueños a pesar de que el mundo entero le dio la espalda,
el niño que reía a menudo.
Si ese pequeño me viese ahora, que me diría, lo más seguro
es que ni siquiera me miraría.
Entonces me despierto entre lágrimas, a este vacío y frio
lugar.
Los pensamientos afloran, a pesar que trato de contenerlos,
me deslizo torpemente por mi trono, mientras el dolor regresa, para encender
mis heridas, como un viejo amigo.
Pero los músculos no me reaccionan por el alcohol, resbalo,
tropiezo.
Contra el concreto mi cabeza golpea, fuerte y seca.
Cierro mis adoloridos ojos oscuros.
—Maestro, MR.PACO—.dicen sacudiéndome.
Abro los ojos de golpe al reconocer su vos, es Silvia mi
aprendiz.
Sacudo la cabeza esos es imposible, yo vi su cuerpo frio y vacío,
flotando en la realidad treinta y tres, tuve que luchar con la entidad para que
me dejase verla, cuando finalmente me libre de ella, caí de rodillas a su lado,
sosteniendo su fría mano, como si buscara aferrarme, devolverle el alma, pero
era tarde.
Su largo y delgado brazo, pálido cayó en la nada.
Ya no estaba allí.
Debo estar soñando, «dulce mentira».
—Que sucede Silvia, estaba descansando—.le digo tranquilo,
tratando de ocultar el dolor.
—vas a venir a entrenar o no—.suelta escueta, rápidamente se
disculpa, no es necesario ya, prácticamente es un hija para mí, más que una
aprendiz.
—Pongámonos en ello—.suelto y brinco de la silla de metal, su
cuerpo ágil me sobrepasa en segundos y comienza acorrer al exterior de la cueva,
en polo manga cero y pantanosillos igual que yo.
Empiezo a sentir frio, veo como el vapor sale de mi boca y se
condensa.
—si tienes frio, trabaja más duro—.me grita Silvia a unos cien
metros ya de mí, recordándome lo que le enseñe, llevamos un par de año en este
planeta, pero el tiempo es relativo ,en el exterior tan solo han pasado unas
semanas.
La verdad es que inicialmente la acepte por petición de MR.COCH, me
negué, diciéndole que yo no soy tutor, pero amenazo con acabar con la tierra,
así que acepte, pero ahora es una decisión de la cual no me arrepiento.
La traje a este lugar para que logre sobrevivir a las elecciones,
ya que el resto de concursante tenían un nivel altísimo en comparación a cómo empezó
ella, necesitaba tiempo, solo eso.
Ahora ha alcanzado un nivel competitivo, pero si quiere sobrevivir
debe superarse.
Siento como mi cuerpo se enciende, al acelerar y alcanzarle, ella sonríe.
El resto del paseo la pasamos parejos, no detenemos al terminar de
correr diez kilómetros, ahora estamos en los bosques, cuyo suelo está cubierto
por flores de color malva, creando una alfombra magenta al mezclarse con los
arbustos.
Me dejo caer sobre el suelo, respirando algo agitado.
—que pasa viejito, ya te cansaste—.suelta burlona y sentándose a
un metro de mí, le echo una mirada asesina, pero solos se ríe.
Sabe que sería incapaz de dañarle.
Eso trae algo de paz a mi atormentada conciencia, tanto dolor,
tanta muerte, recuerdo que el alcoholismo me duro seis meses luego de que Silvia
despareciese, no quiero pensar que sería de mi si también le perdiese.
—ponte a entrenar—.suelto escueto levantándome de golpe y caminando
en dirección contraria.
— ¿A dónde vas MR.PACO?—.dice soltando el aire.
—a estirar la piernas—.me giro para verle asentir y comenzar a
hacer flexiones.
Comienzo a correr alejándome de ella, dejando que el cálido aire
me llene los pulmones.
Ha progresado bastante ahora es capaz de entrenar cinco veces más
duro que cualquier competidor.
Pero no es suficiente.
Llevo media hora corriendo, cuando finalmente llego a una explanada,
rodeada de árboles, me giro sobre mí por costumbre más que otra cosa.
Me siento sobre el pasto y cierro los ojos, para llamar a la
entidad de la realidad treinta y tres.
«Grato los ojos que te ven paco»—.suelta burlona, su risa me
estremece por un segundo, está cerca, demasiado.
Abro los ojos y una mujer está frente a mí, la blusa se sujeta sus
enormes caderas y pechos, ella tose, me pongo de pie y le miro a los morados
ojos.
«Se parece tanto a ella».
Toso para apartar la sensación, de saber que talvez nunca vuelva a
verle.
Aunque hay cientos de cosas de que hablar, una resuena por encima
del bullicio, que es mi cabeza.
— ¿La has encontrado?—.suelto, arrastrando las palabras, sintiendo
el palpitar de mi corazón.
Pero ella solo atina a negar con la cabeza, sacudiendo el verde cabello,
de un lado a otro.
—he hablado con la OIU y tampoco saben nada de ella puede que
este…
—No te atrevas—.levanto el brazo de golpe y le apunto, sin medir
mis palabras, sin medir su poder, pero ella solo sonríe con algo de tristeza.
—puede que algo contenga su energía, impidiéndome sentirle y a la
OIU encontrarle—.dice moviendo los ojos, buscando las palabras, suspiro y abajo
el brazo, ella asiente.
Sacudo la cabeza, buscando los otros temas que parecen ya apagados.
—se cómo acabar con MR.COCH—.digo al final, de una serie de
suspiros, mirando mi brazo una última ves y viendo el brazalete resplandecer.
Sus ojos se abren, lo que resalta su delicada cara.
—Con la daga del infinito—.señalo el aire a mi alrededor, como si
ese preciado objeto estuviese frente a mí y no sabe dónde.
—Has perdido el juicio, esa arma es solo una leyenda, inventada
por los dioses antiguos. —se frota las cejas, porque todo el mundo le dice
viejos dioses a los reptiles es algo que no entiendo, pero sé que no es solo
una leyenda, aunque aún tengo que ubicarla sé que existe.
—fue forjada por los elfos—.solo logro que arquee las cejas.
—bueno si logras hallarla en buena hora, pero sino tienes planes más
realista, entonces me voy—.se gira y me da la espalda, comienza a alejarse y desvanecerse.
—Hay algo mas—.se detiene y vuelve a materializarse.
—El lobo de lava; FENRIR—.termino de soltar las palabras. —sabemos
que su saliva es el veneno más letal que existe en las cincuenta y dos realidades
eso podría atontar a MR.COCH o al menos impedir su efecto de regeneración—.se
voltea y me sonríe.
—Si logramos utilizarla en él, podría morir o ser sometido al
menos, sabemos que no es inmune al fuego o
a la energía—.se acerca hacia mí.
—pero como le encontraremos, su padre le ha escondido muy bien—.dice
nerviosa y colocando su mano en mi hombro.
—puedes hablar con él, están al mismo nivel—.insistiéndole y
tratando de zafarme de ella, pero no lo logro y recuerdo su fuerza, solo nos
acercamos más.
—hay reglas que no puedo quebrar, si él no quiere decirme donde está
su hijo, no lo hará—.nuestro rostro se aproximan, trato de pensar en mi anillo
de plata, «es tan parecida».
—por qué te contienes paco, sé que pasas la noche llorando por esa
mujer, por tu ex esposa—.suelta como si la palaba fuese venenosa. —eres el
primero en negárseme, tanto la quieres—.pregunta acercando sus labios a los míos.
La verdad es que sí, pero también en que he pasado demasiado
tiempo a solas, mi corazón se acelera.
Nuestros labios se juntan, en un beso, que ponto se vuelve apasionado.
Siento su piel contra la mía, llenando los vacíos, sus manos se
aferran a mis hombros, casi dañándolos, pero no me importa.
Siento su reparación es mi cara, es cálida.
Mi mano se deslizan por su espalda haciéndola temblar y estremecer,
hasta detenerse en sus caderas, que empiezo a frotar.
Su lengua se desliza, humedeciéndome el interior de las mejillas,
con un dulce y picante sabor.
Ya no quiero pensar en ella o en el dolor que he causado.
Ahora solo es su cuerpo y el mío.
No le importa que yo sea un mortal y ella una diosa.
Pronto nuestros dedos juguetean, no reímos lentamente.
Sus senos aun suben y bajan, tratando de normalizar su respiración,
nuestras manos están juntas, como un puente nos une, ambos echados sobre el pasto,
dejando que el frio de la tierra, nos calme.
Sudados, agitados, pero por un segundo felices.
Me bajo el polo, ella se abotono la blusa, sin dejar de reír, sin dejar
yo de reír.
Dejo que esa agradable sensación me recorra el cuerpo, respiro profundo
sabiendo que en un par de horas talvez este llorando, que talvez el mundo se
vaya al carajo, sabiendo que talvez nunca la encuentra, pero ahora puedo sonreír.
Se apoya en sus brazos, para sentarse.
—sabes, pensare en, lo que me dijiste, ya volveremos a hablar
paco—.recalca hablar con una picara sonrisa, rio para mí.
Le veo desvanecer, hasta que el peso de su mano en la mía ya no está
y me quedo sujetando el aire.
De nuevo solo.
La dulzura, la sonrisa se va desvaneciendo, igual que el mundo que
se trona sombras.
Despierto a mi vacío imperio, otra vez.
Me seco las lágrimas de la cara.
Me apoyo sobre mis manos y torpemente me levanto.
Proyecto el brazo, tanteando lo que este frente a mí, hasta que
doy con una superficie plana y dirá.
Extiendo las palma es la mesa de madera negra, un recordatorio del
mundo que no pude proteger.
Acelero el paso, buscando otra botella.
Rogando porque este allí, no me paro hasta que mis dedos chocan
contra el vidrio, sacudo la mano, para poder tomarla.
La golpeo contra mi pecho, toso.
Desenrosco la tapa y con mano temblorosa la acerco a mi labios,
mientras los recuerdo me golpean, sus gritos, su dolor, mi gente, mi especie.
El líquido comienza a deslizarse por mis labios, mientras la
figura dantesca de la tierra explotando a mis ojos y la maldita risa de
MR.COCH, regodeándose en su satisfacción, golpean como martillos mi cabeza.
«Eres mejor que esto», suelto la botella, que se quiebra al tocar
el suelo, cuando escucho la olvidada vos en mi interior.
Mi cuerpo convulsiona, por el dolor, el alcohol la marea de
pensamientos que vienen a mí.
Caigo sobre mis rodillas ahogando un grito.
«Mira en lo que te convertiste», replica y una mano fría y huesuda
sostiene mi mentón con fuerza, clavando sus garras en mi piel.
—mira en lo que te convertiste—.me grita y la luz llena el lugar,
a la vez que mi cara es aprisionada por sus garras, cierro los ojos por el miedo
y el malestar hacia la luz.
Una fuerza, me obliga a levantarme o terminara clavándome los
dedos en la garganta
Cuando logro abrir los ojos, una confusa figura se alza frente a mí.
—no tienes que reclamarme, hice lo que me pediste, recorrí las cincuenta
y dos realidades—.escupo, al sentir la presión aumentando contándome el
aire—sin encontrarla, no te falle, me falle—.digo con el poco aire que me queda,
mi cuerpo golpea el suelo.
El dolor del vidrio incrustado en mi piel, quema con lava,
despertándome.
Muevo los ojos, de un lado a otro, buscándola, cuando no la
encuentro en la iluminada habitación, atribuyo la visión a algún delirio por las
copas.
Con menos torpeza logro levantarme y comienzo a quitarme los
fragmentos del brazo, que duelen mas al salir.
Me giro a velocidad, cuando el golpeteo resuena, en la pesada
mesa.
No lo soñé, el ser que me embarco en este infierno, con su
escamosa cara y afilados dientes, esta allí, mirando con superioridad.
Mi supervisora esta frente a mí.
Con su celeste mano, golpea la mesa, a la que ahora me sostengo,
sin mucha gracia.
El mundo me da vueltas, vomito.
—terminaste—.suelta dignamente, termino de secarme al baba con el
brazo sano, mientras que el otro aun adolorido me mantiene centrado, solo asiento,
mareándome algo en el proceso.
—Cuando estabas embriagado, me preguntaste a que vine—.se mira las
garras. —Te lo repito, por si estabas demasiado borracho para recordarlo—solo
le miro, no tengo fuerza para odiarle.
—seamos franco, has sido un pendejo cobarde que se entregó al
alcohol para huir de dolor y tus responsabilidades—.suelta escueta, no tengo
fuerzas para odiarle por decirme la verdad o para contradecirle.
Apoya sus garras contra la madera y se yergue, sus escamas
celestes brillan un poco por las luces.
—Sentémonos—.truena los dedos y una silla aparece frente a ella,
es de acero, hace otro movimiento y se disgusta. —siéntate por favor—.me sonríe
con sus afiliados dientes, para disimular su enojo, le sonrió, el brazalete
sigue trabajando, me siento con brusquedad, mejor dicho me dejo caer sobre el
asiento.
—algo de tomar—.pregunta con cortesía, me llevo los dedos al mentón,
que aun duele por sus garras. —nada de alcohol, paco—.dice como adelantándose a
mi petición.
—una taza de té negro, está bien—.digo al fin.
Pronto una tasa levita frente a mí, la tomo con toda la delicadeza
que puedo, acerco el oscuro líquido a mis labios, por un segundo veo mí
demacrado reflejo, las ojeras y los ojos vidriosos, dándome un pésimo apesto,
junto al cabello alborotado las barbas
descuidadas.
Tomo un trago considerable, dejando que sabor amargo, pero
delicioso me llene la boca.
Pero solo se mescla con los residuos del alcohol, dándole un sabor
desagradable, igualmente lo trago, ella sonríe pequeñamente, mientras le da un
sorbo a su taza.
Su cola se agita, al lado de sus largas y torneadas piernas.
Toso para alejar el pensamiento, acompañado de otro sorbo de té.
—Necesito que hagas un trabajo—.dice a de apoco entre sorbitos, e
inmediato niego con la cabeza.
—ya bes como termino el último trabajo—.le digo sarcástico, golpeando
la tasa con el platito. Sintiendo el sabor que empieza a imponerse al alcohol.
—busca a otro.
—Crees que no le he hecho, pero solo tú tienes las habilidades, te
pagare—.me rio y ella me mira confundida.
—mira esta lugar, el puto planeta donde estamos es mío y crees que
necesito tus monedas—.le suelto superior, ella se para golpe, arrojando la tasa
contra el piso, resquebrajándola, truena los dedos y mueves las manos.
Yo sorbo mi te tranquilo.
—Terminaste—.le suelto, devolviéndole la gracia. —Siéntate, vale—.lo
duda per finalmente lo hace.
—Que quieres—.dice sin dejar de mover las manos.
—para ya quieres, no quiero nada, no hay nada que puedas darme—.trato
e no sonar frio, pero lo hago.
—Por favor—.dice lentamente como si las palabras le quemasen. —si
no me ayuda mataran a mi hija.
—si es un reptilis como tú, no hay necesidad ayudarle, que mueva
las manos y ya—.digo con desdén.
—la OIU esta tras ella, igual MR.COCH—.dejo caer la tasa cuando un
golpe de odio me golpea la columna.
Toso para asimilar, pero la tasa en el suelo, no ayuda.
Una sonrisa de superioridad se forma en su alargada cara. —se lo
que te hiso, tráeme a mi hija y te ayudare a matarlo—.suelta con asco, como si
hubiese lago más que su hija en juego o que haya perdido algo más que ella.
—porque tan cooperativa, es más que tu hija cierto—.digo
suponiendo un par de cosas.
Ella me evita la mirada.
—Si vamos a trabajar juntos debes ser sincera—.añado, ella tose
secamente.
—Ha matado a una buena amiga—.dice pasando los ojos de un lado a otro,
parece nerviosa.
—MR.COH en persona, entonces debe haberla liado bien—.le digo
apoyándome en las rodillas, él te me ha quitado algo de resaca, acompañado del
dolor púnzate que va disminuyendo.
—No fue el, fue…. —.aparta las palabras como si temiese decirlas.
—Tengo un par de condiciones—.digo pasando del tema.
—Ya veremos—.me suelta como si tuviese el control de la situación,
pero esta vez no.
—no es una negociación cariño, primero me traerás la baba de FENRIR,
segundo encontraras a Silvia, tercero regresaras la tierra y a los humanos en
ella—.con cada palabra siento que me vuelven las fuerzas, al final termino con
el brazo levantado señalándole, sin importarme ya su poder.
Si se pasa de lista puedo rebanarle con mi arma.
Se ha quedado muda, sonrío con superioridad, talvez sea la primera
vez que alguien le habla así a un reptilis.
—sabes que dos de esas cosas son imposibles, pero hare el intento,
pero primero trame a mi hija, sana y salva, o no habrá trato—.dice también levantándose
y empequeñeciéndome en el proceso, aun así mantengo mis postura.
—que así sea.
Caminamos el uno hacia el otro y estrechamos las manos, asintiendo.
Las semanas siguientes comienza con ella, manteniéndome sobrio,
los primeros días fueron un infierno pero ya me estoy reponiendo.
La información que recibo es gigantesca, en parte me fuerza a
estar sobrio, porque de estar tomado, no me las creerías.
Primero que la hija de la reptilis es mitad de su especie y mitad
de otra desconocida, que inicialmente pensaba que era parte cambiante, pero
resulta que no.
En fin son sus líos.
El punto es que la bastarda, fue ocultada durante bastante tiempo
hasta que finalmente MR.COCH les hayo y se la llevo.
Pero era más de lo que pudo morder, armo un jaleo en el
psiquiátrico que se había montado, al parecer absorbió a Silvia en tinieblas,
no me alegro por que es la hermana de ella, pero al menos no era inocente.
Se encargó además de asimilar a varias de las Silvias de otras realidades,
por desgracia el lugar se perdió en el tiempo y solo tenemos viejos registros,
nada que nos lleve a su ubicación.
Segundo que MR.COCH mando a matar a su hija llamada Nadia, la
misma que sabía la ubicación de la daga del infinito, no puedo evitar sentirme
culpable por la muerte de MS.BELCEBU, yo la mande a sacarle información, todo
por una venganza personal.
Y que conseguí, matarle y perder nuestra mejor oportunidad para
matar al tirano.
Aunque no es el único motivo de su odio resulta, que él se cargó a
la toda su especie dejándolas solo a ellas con vida.
Puedo decir que MS.DDAEAR y yo tenemos una aceptable relación de
trabajo.
—venga paco, mirad, parece que mi pequeña esta en ese sistema
solar—.dice señalando la pantalla que flota a un par de metros de ella, que se
levanta de golpe de la silla de acero, señalando un punto en el video que comienza
a correr.
Me acerco esperando ver a un ser bípedo con escamas, pero solo es
una toma nocturna de un lugar nevado, aparece que es par te de una noticia, a
lo lejos se ve algo andando entre las sombras, fuera de la luz de la cámara.
“—la imágenes que verana continuación son reales—.suelta el
presentador acomodándose el corbatín mientras saluda a la audiencia con sus
tres brazos libres, sus ojos verdes resaltan su carisma.
—la policía nos ha notificado que al parecer está estrechamente
relacionado con la desaparición de nuestra científica líder—.hace un pausa y
golpea los palees sobre su mesa, para dar dramatismo. —Silvia—.añade y una
imagen se muestra a su lado en un mujer con dos pares de ojos morados y el
cabello verde recortado.”
—Es la Silvia de la realidad cuarenta—.dice, volviéndose a sentar,
asiento.
“—bueno le dejamos con el video—.la cámara se aleja del conductor
y el video vuelve a estar en grande.”
Pasa medio minuto hasta que un sonido gutural rompe el ruido seco
de la nieve cayendo y el viento soplando con fuerza, algo comienza a acercarse
por la nieve.
Una imponente figura se llegue, la luz mantiene la sombra de su
marcada silueta.
Veo una delgada extremidad golpeando la nieve, luego otra y otro
par.
Ocho en total, como una araña.
En un segundo, el ser se abalanza sobre la cámara, lo último que
capta son su ojos mirando, luego la imagen tiende a estática.
Pero el sonido sigue, Un sonido metálico inunda el lugar, como una
puerta rompiéndose, luego los gritos y ruegos.
—no es un amor—.suelta MS. DDAEAR con una sonrisa de
satisfacción.
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