RETO#3 SILVIA EN TINIEBLAS. |
SILVIA EN TINIEBLAS
RETO#3 EL LIBRO DEL ESCRITOR.
PREMISA: Imagina que eres un superhéroe con una gran fobia a la oscuridad, escribe un relato de superación.
SILVIA EN TINIEBLAS
—Eso estuvo bien—.dice Silvia pasando su mano por mi frente
y sonriendo, le devuelvo la sonrisa.
La puerta continúa abierta frente a mí, veo como sus ojos
empiezan a serrarse mientras se recuesta contra mi pecho, frota con una mano mi
pierna, cada vez más suave, espero a que se detenga y la dejo suavemente en el suelo,
para que no se despierte.
Acaricio su cabello una última vez y beso su mejilla, antes
de irme.
Comienzo a gatear hacia el portal, esperando encontrar algo
que ponerme del otro lado o que al menos no haga frio.
Cuando paso del otro lado estoy frente a un estacionamiento
rodeado de edificios, escucho el crujir de la puerta, pero me giro a velocidad
y veo como esta se fusionan con el cristal, sus bordes se iluminan y desaparecen,
como si nunca hubiese habido una puerta.
Es una vitrina de ropa, al parecer mi supervisora está al
tanto de todo, pero lo maniquíes son enormes, sus proporciones son mayores aun
humano promedio, pero estarían bien para un fisiculturista.
Además lo trajes son jodidamente ceñidos, tanto que puedo
ver los pectorales marcados de los maniquíes.
“súper ropa para el superhéroe que eres”; leo en el cristal.
«Qué más da», entro en la tienda, y un pitido avisa de mi
entrada.
—En que puedo ayudarle—dice una mujer al fondo de la habitación,
reposa sus fornidos brazos sobre el mostrador, levanto la mano para saludarla,
ella me devuelve el gesto, tranquila como si fuese algo cotidiano que hombres
desnudos entren a su local.
—por ahora solo estoy viendo—.camino lentamente viendo la
ropa disponible, saco una percha y veo que solo la parte superior del traje, es
tres veces más ancho que mi torso, suspiro y lo vuelvo aponer en su lugar.
Después de un par de intentos nada exitoso, termino por
acercarme al mostrador. —podría ayudarme no encuentro mi talla—.digo esbozando
una sonrisa.
—por supuesto llámame lilith, bien veamos—.busca algo en el
mueble y saca un aparato con una pantalla y una abertura, debajo de esta, lo
pone sobre la barra, mete la mano y saca un hisopo que luce diminuto entre sus
dedos.
Me lo alcanza.
—frótese el interior de la mejilla con eso, es importante
saber qué clase de súper poderes tiene—.asiento y llevo el hisopo a mi boca, mientras
proceso la idea, entonces en esta realidad las personas tienen súper poderes,
sonrió torpemente con el hisopo en la boca.
Ella me acerca el aparato, meto el hisopo en la abertura y
veo que este comienza a ser escaneado, cuando termina, lo acerca nuevamente
hacia ella.
—Felicidades eres un velocistas—.dice y apoya sus enormes
manos sobre el mostrador que cruje, se impulsa para levantarse, entonces noto
su verdadera altura, dos metros fácilmente.
Mi cabeza llega a la mitad de su torso musculado, remarcado
por su traje ajustado, empuja una puertecilla y se pone delante de mí.
—Por aquí—.me señala una puerta metálica con un cartelito
encima que dice: “trajes para velocistas”.
Asiento y la empujo, los traje también esta dispuestos en aparadores,
el pasadizo es suficientemente ancho para que los dos caminemos uno al lado del
otro.
—entonces que le sucedió…mueve una mano como pensando que dirá.
—paco, ese es mi nombre, digamos que atravesé un portal—.no
tengo reparo en decir esto asumiendo que si existe superhéroes, también existen
situaciones extraordinarias en esta realidad.
—sabes no creería lo común que es eso, he tenido un par de
casos solo en esta semana—.la escucho reír. —entonces paco, ¿no tiene nombre de
superhéroe?.
—no he tenido tiempo para pensar uno, me disculpo—.no lo
digo con sarcasmo, por que literalmente hace segundos estaba en una realidad
donde existían mutantes y hasta donde se no habían superhéroes.
—no se preocupe, algunos descubren sus poderes tarde en sus vidas,
no es un cambio fácil pasar de una vida ordinaria a una extraordinaria
combatiendo supervillanos, que le parece “maestro acelerador”.
—suena bien—.asiento.
—bueno, primero escojamos un traje y luego verificare que esté
disponible.
Ella me muestra un par de opciones, hasta que encuentro un
traje negro con un relámpago blanco en relieve, se lo muestro, ella lo sostiene
con cuidado entre sus dedos. —baya, que tiene buen ojo, si este debe ser, bueno
al fondo a la izquierda del pasillo tiene un probador, vaya para ver qué tal le
queda—.me da el traje y camino hacia allá.
Antes de entra al probador veo otra puerta metálica, que
dice “traje para psíquicos”, paso de entra allí y me pruebo el traje, para mi sorpresa
se adapta perfectamente a mi cuerpo o eso creo hasta que me doy vuelta.
Veo que me saca trasero, pero qué más da ya tengo algo de mi
talla, además todos usan ropa ceñida.
Salgo del probador, vistiendo el traje completo, veo a través
de las vitrinas personas pasar algunas son musculosas y altas como la encargada,
otras delgadas y de tamaño promedio, alguna de estas últimas pasan levitando
«deben ser los psíquicos» .
Me acomodo los guantes para calzar bien mis dedos—que tal me
queda, lilith—le digo y giro sobre mi
—Bueno si no te funciona tu carrear como superhéroe, siempre
puedes llamarme, bonito culo por cierto—.sonríe lentamente ye entrecierra los
ojos.
—sería un placer, pero no tengo tu numero—.le digo con
sarcasmo.
—ahora lo tienes—.cierra su palma sobre mi mano extendida,
cierro los ojos esperando que me truene los huesos, pero para mi sorpresa lo
hace con delicadeza, cuando la quita, un plano se proyecta desde mi guante,
tiene puntos marcados de color rojo sobre el relieve verde, un punto azul y
otro naranja.
—luces sorprendido, bueno te explico—.se agacha de tal forma
que quedamos frente a frente.—el plano verde es un mapa de la zona a la redonda,
se activa si mantienes la palma abierta como ahora, para desactivarlo solo as
un puño, los puntos rojos son los supervillanos cercanos, el punto azul eres tú
y el naranja los superhéroes que formen tu equipo por ahora yo—.me guiña uno de
sus rojos ojos.
—si me necesita solo di mi nombre y acudiré, mi turno
termina a las nueve de la noche, ya sabes podemos cenar, maestro acelerador—.paso
su dedo por mi pecho y me empuja, retrocedo un par de pasos y la veo reírse.
Le devuelvo la sonrisa, espero terminar mi misión, antes de
que llegue la noche, es una mujer atractiva, pero no es mi tipo.
Miro al holograma proyectado y noto algo nuevo un punto
blanco. — ¿Qué son los puntos blancos?—.cuando pregunto su sonrisa se borra y
se pone seria.
—Son civiles que solicitan ayuda contra un supervillano,
muéstrame—.lo hago. —está a unos trecientos metros deberás legar en un par de
segundos, presiona sobre el punto—.presiono y este aumenta de tamaño y comienza
a titilar. —el mapa te guiara hasta donde está, corre y si necesitas apoyo ya
sabes que hacer.
Asiento. —gracias lilith—.entonces comienzo correr y veo
como todo a mi alrededor se ralentiza, veo las partículas de café derramándose.
—prepárate paco tu reto será enfrentar tu peor miedo—.dice
ella, pero no me freno.
Las gotas de agua
cayendo sobre las plantas, el aleteo de una abeja, me concentro en seguir el
camino.
Me toma un par de metros detenerme del todo, me giro para
buscar a la persona, está en una intersección entre dos autos volcados,
entonces escucho la sirenas de esto, lo grito de la gente corriendo, el
crepitar del fuego incendiando los edificios cercanos, medio derrumbados.
Doy un par de pasos y me acerco.
Su cuerpo es delgado, su cabello verde le tapa la cara,
apenas se sostiene sobre el suelo, empieza na caer, acelero y la sostengo antes
de que toque el suelo, aparto el cabello empapado de sangre de su delicada cara,
es una mujer, «es Silvia».
—gracias pero debes huir, mi hermana se repondrá en breve—.me dice apenas.
—debo llevarte a un hospital—.le reprocho.
—No, pondrás en peligro a civiles, mi gemela solo me quiere
a mí—«como que gemela», el suelo tiembla.
—Tonta hermanita—escucho grita proviene de los edificios me muevo sujetándola y evito las paredes que
caen sobre nosotros, levanto la mirada.
Una figura se acerca hacia nosotras parece estar en una
esfera morada de energía, tiene los brazos extendidos, cuando toca el suelo al
esfera desaparece, levantando un poco de polvo y escombros.
Dejo a Silvia en el suelo, suavemente, para ver mejor a la
otro mujer que es un copia casi exacta suya, tiene le largo cabello verde y sus
hermosos ojos morados, pero algo más un enorme par de pechos, resaltados por su
ajustado traje de color escarlata.
—eh, estúpido viejo, deja de mirármelas, mi cara está aquí
arriba—.dice señalando con sus delgados dedos.
—ya, pero ahora no quiero verte la cara—.digo con sarcasmo,
sonrió, aunque Silvia de mi realidad era perfecta a mis ojos, un cambio nunca
viene mal.
Entonces siento una fuerza apretando mi cuello, y el aire se
me escapa, obligándome a levantar la mirada, la veo sonreír con malicia.
Mueve sus manos y me acerco hacia ella. —te iba a matar rápido,
pero ahora sufrirás, viejo—.dice lamiéndose los labios.
—viejo sí, pero también maestro acelerador—.sujeto su mano
antes que logre pestaña y la hago vibrar a la velocidad suficiente para sentir
como su huesos crujen, me lanza contra el edificio, caigo al lado de Silvia.
—Solo extiende lo inevitable—.dice cerrando en puño la mano
buena. —llámame Silvia en tinieblas. —no puedo evitar echar un carcajada,
aunque me arrepiento por el dolor en las costillas, «es, el nombre más estúpido
que he oído para un supervillano».
Levanta su brazo con la palma extendida y veo una esfera
formarse a nuestro alrededor es grisácea, pero translucida, todo parece
detenido en el exterior.
—Matarte con mi manos sería un favor, morirás en una
pesadilla imposible de salir—.su voz rebota en la esfera y todo se oscurece.
Estoy en medio de una oscuridad absoluta, extiendo mi brazo
y siento a Silvia, pero no le veo, «maldita sea», empiezo a sentir como la oscuridad
me aplasta y me hace bolita.
Golpeo, pateo, pero nada, no siento nada debajo mío, quiero
salir de aquí antes que ellos lleguen, no maldita se paco cálmate.
Le escucho crujir y arrastrarse cerca de mí. —MALDITOS, NO
LA PERDERE DE NUEVO—.alargo el brazo y sujeto a Silvia, la atraigo hacia mí y
la abraso, como si mi cuerpo fuese un escudo, uno que no permitiera que le toquen,
que le aparten, que se la lleven.
Comienzo a hiperventilarme, empiezo a recordar, no quiero,
pero ya no estoy en el vacío.
Estoy en nuestra cama y ella duerme a mi lado, las luces
están apagadas, solo la tenue luz de la noche que entre por la ventana, ilumina
lo suficiente, para distinguir a grandes rasgo una cosa de la otra.
Escucho un golpe seco en la planta de abajo, no le doy importancia,
entonces siento una mano en mi hombro, abro los ojos de golpe y veo una figura
media sentada a mi lado.—paco, ternemos que irnos de aquí—.me dice Silvia, se oye
agitada, enciende la lámpara sobre la mesita.
Escucho un segundo golpe más fuerte y luego otro, algo se
arrastra por la escaleras, me levanto de golpes y aseguro la puerta, tiro la lámpara
y pongo la mesita contra la manija, la luz de la lámpara queda dividida por la pantalla,
así que enciendo las luces.
No estamos solos, sombras fluctuantes nos rodean, intento golpearlos
pero mi brazo trapaza, pasan de mí, la quieren a ella.
—PACO—.grita y yo me abalanzo sobre la formas pero solo les atravieso,
le sujetan y grita más, la cubren en una masa amorfa y oscura.
Veo la oscuridad cerrarse sobre su ojo, dilatado, trato de tomarla,
pero una mano gigante emana del bulto y me golpea en la boca del estómago y me lanza
contra la pared.
Ciento la sangre caer de mi nariz, toso y mi mano se llena
de sangre, mi vista empieza a cerrarse, me obligo a levantarme logro llegar a
duras penas y golpeo, mientras voy perdiendo la conciencia.
Me devuelven el golpe y lo único que veo es la oscuridad
desaparecer con ella, sus gritos perduran casi un minuto, gateo buscándola,
pero caigo de bruces sobre el suelo, lloro antes de desmayarme.
Eh vuelto, la verdad siento que nunca Salí, de esta puta oscuridad,
la escucho sollozar, algo tira de ella, «paco no la pierdas de nuevo».
Intento tirar, pero eso es más fuerte, le escucho reír culturalmente
y me la arrebatan.
La carcajadas se ralentizan, hasta parecer un eco sórdido,
tengo súper velocidad, si me muevo lo suficientemente rápido podría producir
suficiente energía para reventar la burbuja.
Siento acelerar mi brazo y piernas, aunque no las vea, el
sonido sigue igual de lento, por lo que ahora debo estar en mach 4, la oscuridad,
todo es oscuridad, empiezo a desacelerar, «esta bes no», me obligo a centrarme
y a vencer al puñetero e hijo de puta miedo.
—SOY MAESTRO ACELERADOR, ESPERO QUE TE GUSTE LA VELOCIDAD,
PUTA NICTOFOBIA—.acelero con todas mis
fuerza y escucho su risas cesar, está sufriendo, acelero más, mach 5 velocidad hipersónica,
sonrió.
El aire empieza a electrificarse, continuo hasta que la energía
es tal, que la paredes crepitan cada vez más fuertes, espero que se rompa pronto
o terminaremos ahogándonos.
Empiezo a respirar con dificultad, cuándo finalmente la barrera
se rompe y veo el mundo exterior.
Me muevo, hacia ella, viendo como su cara empieza a formar
el gesto de sorpresa, la impacto con ambas manos y todo vuelve a velocidad
normal.
Su cuerpo como un bloque atraviesa el edificio que se
derrumba sobre ella, «mierda no eh medido mi fuerza».
Giro hacia atrás y la veo toser, la sangre cae sobre el
pavimento. —hospital—.digo al holograma esperando que me muestre algo, lo hace,
acelero y la llevo hasta el más cercanos.
Los doctores no tardan en atenderla, cuando termina la operación,
su cabeza esta vendada, la acompaño hasta su cama y me quedo hay hasta que se duerme.
Escucho un revuelo y me levanto de la silla plástica, hacia
los gritos.
Miro por la rejilla de la ventana hacia el corredor principal,
hay una gran cantidad de superhéroes fornidos y altos escoltando hay una mujer,
que cojea, su traje escarlata brilla por las luces artificiales «es Silvia en
tinieblas».
—YA SALDRE DE AQUÍ, TODOS SE VAN AJODER, ME ESCUCHAN SOBRE
TODO MAESTRO ACELERAODR, TE ENCONTRARE MALDITO BASTARDO—.me quedo pasmado, reacciono
cuando ya se han llevado y miro a Silvia durmiendo tranquilamente.
Me acerco a ella y tomo su mano con suavidad para no despertarla.
—paco ya has cumplido tu reto, debes pasar a la siguiente
realidad—.me dice su vos incorpórea.
—que pasara con Silvia—.pregunto acariciando su mano.
—estará un temporada en la cárcel probablemente…oh te
refiere a la otra Silvia bueno ella estará bien, ya sabes seguramente le darán
otra identidad y eso—.suspira. —Pero ya, paco tienes que irte—.dice
reprochándome.
—Dame un segundo—.le digo y extiendo
la palma, se abre el holograma. —LILITH—.el punto naranja comienza a titilar.
—Que pasa paco, digo maestro acelerador,
te has animado con lo de la cena, me gustas el filete de ternera a término
medio—.dice sensualmente.
—no eso lilith, quiero pedirte un
favor—.digo con tranquilidad.
—vale que quieres, pequeño—.me
responde lentamente.
—Bueno, te has enterado lo de la
supervillana Silvia en tinieblas, pues sucede que tiene una hermana gemela y
quiero que le protejas—.digo sin saber que esperar.
—no lo sé, que me ofreces—.dice
pensativa.
—Bueno una gran cena, soy un excelente
cocinero—.digo con superioridad.
—vale, trato echo.
Le doy la ubicación del hospital, ella
me pide algo llama identificador de persona, que es un número que tienen aquí
para identificar a los superhéroes y supervillanos, lo busco un rato, hasta que
me doy cuenta que está en la parte posterior de la cama de hospital, se lo
dicto.
Minutos después llega, igual que el
portal.
—debo irme, lilith, confió en ti—.digo
sosteniendo su mano, bueno poniendo mi mano sobre la suya.
—vale paco, pero no te olvides me
debes una cena—.le sonrió y comienzo a caminar hacia el portal, pensado en donde
estará, Silvia de mi realidad.
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