RETO#4 LA DICHA DE PACO. |
LA DICHA DE PACO
RETO#4 EL LIBRO DEL ESCRITOR.
PREMISA:Escribe una historia en la que salves la situación con un mayúsculo deus ex machina.
LA DICHA DE PACO
Atravieso la puerta y el sol me da con fuerza en la cara,
uso un brazo para taparme, siento el otro temblar, bajo la mirada y veo como un
texto aparece en el holograma: “LO SENTIMOS: ESTA FUERA DE RANGO PARA OTROS
SUPERHEROES”, después de eso se queda quieto.
Abro la mano un par de veces con los mismos resultados, la
frase se proyecta y queda el mapa verde, es normal, después de todo estoy a una
dimensión de distancia, «es normal, que tenga mala cobertura», rio supongo para
aliviar la presión.
—Dios de la máquina—escucho susurrar, es la voz de mi
escamosa supervisora.
Me doy vuelta, para darme cuenta que estoy en medio de un
campo cultivado, trigo al juzgar por las doradas espigas que hay, veo como la
puerta se fusiona con un marco invisible y desaparece.
—PAPA; ¿no estabas en el pueblo?—.me dice la niña frente a
mí, tiene ojos oscuros y cabello verde, lleva un traje que le llega al suelo terroso
y un puñado de una hierba desconocida en la mano, levemente cerrada.
«Pero que carajos, y no tengo hijos», antes de seguir
pensando en eso, me abrasa.
—Debemos ir al poblado ante que los ogros vengan—.dice con
tranquilidad «joder primero mutantes ahora ogros», le aparto de mí. —por donde
pequeña.
Comienza correr en
dirección contraria a mí, la sigo apenas el ritmo, supongo que he perdió mis
poderes aquí.
Saltamos un par de troncos, parecen arrancados de raíz, ya
me imagino quien lo hiso, finalmente llegamos a una precaria fortificación, de
troncos y barro, ella toca un par de veces, como una especie de señal.
Las puertas se abren y dos hombres con pecheras salen a recibirle,
uno le hace un ademan para que pase, se cierran tras ella y apuntan su lanzas
hacia mí.
Por un segundo pienso que me acribillaran, pero luego las
retraen y golpean el metal con ellas, como señal de respeto supongo. —señor,
pensamos que estaba en su casa—.dice un hombre con rulos que escapan de su
casco de cuero.
—Ya ves que no apartaos—.digo creyéndomelo, supongo que
encontrare a otro paco.
Lo hacen.—señor, que son esa extrañas ropa que viste—.Dice el
otro mientras paso a su lado. — ¿Es mágica acaso?—.añade.
Me paro en seco. — ¿Quieres averiguarlo?—.digo mirándole, niega
con la cabeza. —entonces anda a hacer tu trabajo, sigo caminando.
Hay persona a ambos
lados de lo que aparece la vía principal. —por aquí—.logro escuchar apenas, por
la gente gritando, supongo que este es el mercado, hay gente agitando pescados
y panes.
Me acerco a un puesto de orfebrería, al lado de un par de
jarrones tan alto como ella, esta mi supuesta hija.
La vuelvo a seguir no alejamos de las casa de barro apiñadas
una alado de otras, pasamos por un poso, y nos dirigimos a una residencia el
triple de grande que las otras.
Intenta empujar la pesada puerta de madera, toscamente clavada,
la ayudo colocando mi peso, finalmente sede.
La beso subir dando saltos, los escalones de barro, hacia
una habitación con una puerta metálica, la primera que veo, la empuja con una
mano y se pierde en ella.
Me toma uno segundo subir los empinados escalones, empujo la
puerta.
La niña me mira asustada, y se aferra a la pierna de un
hombre fornido y de ojos oscuros, que empuña una espada.
En dos pasos la deja atrás y la hoja, toca mi garganta. —quien
eres—.pregunta presionándola contra la piel, comienza a doler.
—es complicado de explicar—.por decirlo menos.
—tienes diez segundo par hacerlo tu cabeza rodara por el
suelo—.empuja más la hoja, siento la sangre bajar, «piensa rápido paco».
—MAGIA, sus dioses me mandaron—.le digo esperando que se
trague la vil mentira, lo hace.
Vacila unos segundos luego sujeta con más fuerza el arma—.pruébalo.
—me refuta.
—lo hare, pero no haga ninguna estupidez—.le digo y levanto
la mano para que el vea, extiendo la palma y el holograma se proyecta.
Da un salto hacia atrás protege a la pequeña con el brazo,
extiende la espada hacia mí, vacíala, finalmente la guarda.
—es cierto, por eso tiene mi cara y ese traje extraño, con
el símbolo de nuestros dioses, grabado en él y ese aparato místico que me has
mostrado también lo confirman—.supongo que aún no han salido de la era medieval.
Me llevo la mano para
tapar la herida, que empieza a sangrar más.
Veo como la niña extiende su mano, hacia el hombre, para
mostrarles la hierba, el asiente. —buen trabajo hija, ahora ve a jugar a la
plaza—.pasa velozmente por mi lado y desaparece tras las puerta metálica.
Cuando vuelvo la vista, le tengo frente a mí, me obligó a no
retroceder, la cicatriz sobre su ojo izquierdo le hace lucir más viejo, de lo
que somos. —póntelo sobre la herida—.me entrega el puñado, lo aprieto hasta hacerlo
una pasta y lo hago.
La sangre deja de brotar y siento frescor en la zona donde
lo he colocado.
—discúlpame por ese trato, pero últimamente los orcos han
hecho hasta lo imposible por entrar, pensé que sus magos te habían enviado.
Entonces miro la luz que entra por una abertura rectangular
en la pared, se tiñe cuando pasa por los frascos de frentes formas y tamaño,
puesto en fila sobre una repisa, contienen yerbas y animales que desconozco, este
paco de be ser un hechicero.
— ¿Eres hechicero?—.pregunto por cortesía.
—así es veo que los dioses te han dotado de un gran poder de
observación—.dice haciéndome una reverencia.
—ja, si los dioses—.«si eso te deja dormir por la noche tranquilo,
qué más da».
Digo con ironía, le explicaría la ecuaciones cuánticas y
como las realidades que ahora sé que existen interactúan mutuamente entre si
para dar sentido a resultados inicialmente caóticos, pero el pobre paco
preferiría cortarse la garganta con su espada a tener que vivir con esas ideas.
—por cierto, no tienes que hacerme reverencia, somos iguales.
—«literalmente».
—oh vale, puedes llamarme paco el hechicero máximo—.no sé por
qué ese nombre me suena, en fin ya lo recordare.
—bueno, paco hechicero máximo, dime que piensa hacer con los
ogros—.digo cambiando el peso de mi cuerpo entre mis pies.
—pues hasta ahora he dado órdenes preventivas, pero tu llegada
ha sido un llamado a atacarles con todo, después de todo que puede salir mal si
tenemos a un enviado de los dioses de nuestro lado—.creo que eh jodido la
situación.
—Espera vamos con calma, me decís que también tienen magos,
pues primero protejamos a la gente de ellos—.digo esperando que eso aplaque su
sed de venganza o lo que sea.
—Ah que inteligente propuesta, bueno podemos marcar las
paredes con símbolos protectores—.hace una pausa mirándome con sus oscuros ojos
y su cicatriz. —claro si quieres ayudarme.
—por supuesto, pero tendrá que enseñarme—.digo sonriéndole.
Asiente corre hacia los frascos y saca uno tintado de verde,
los descorcha, sumerge los dedos en el líquido espeso y comienza a mover su manos,
no logro ver lo que hace porque lo tapa con a su espalda, se detiene y aparta
hacia el tosco escritorio de madera.
Ha dibujado un círculo con una línea atravesándolo por el
medio que lo conecta con el cuadrado donde está metido, segundos después suelta
un leve brillo y luego se apaga. —ese es el símbolo—.dice señalándolo como si no
me hubiese fijado.
—Entiendo pero con ese frasquito no creo que alcance para
marcar todas las casas—.digo sarcástico.
Asiente. —no, te preocupes—.rebusca en el interior de mueble
y saca dos sacos llenos de algo, porque se agitan al golpear la madera.
—Son estómagos de baca, los usamos para transportar los
brebajes en grandes cantidades—.cuando termina de decirlo, mete lo dedos en la
abertura del órgano y los saca empapado del líquido verde, una gota gruesa cae
hacia el escritorio.
Se acerca sostenido ambas y me ofrece una, la sostengo con ambas
manos, mientras el me muestra como colocármela a modo de mochila, con una tira
echa de tendones que pasa por su pecho, hago lo mismo.
Para mi sorpresa el líquido que contiene tiene un aroma frutal,
pensé que olería a algo en descomposición, pasa por mi lado y cuando está en el
marco de la puerta me hace una señal para que le acompañe.
Ambos bajamos con algo de dificultad los escalones, cerramos
las pesadas puertas, el dibuja un rombo sobre esta, me explica que es de
protección así nadie que no sea el podrá entrar, empiezo a entender por qué no han
desarrollado su tecnología, tienen la magia para hacer la tareas difíciles y
hasta donde veo resulta más eficiente.
Cuando Llevamos unas cincuenta puertas marcadas nos detenemos
para comer, caminamos hacia un puesto de comida improvisada, no sentamos sobre
los troncos cortados, paco hechicero máximo pide un caldo espeso, lleno de vísceras
cocidas y fideos gruesos.
Pido lo mismo al encargado, cuando lo pruebo ciento el caldo
aceitoso y sustancioso calentar lentamente mi boca, es delicioso, agradezco que
la cuchara de madera sea grande.
—Esta bueno, eh, paco hechicero máximo—.le digo codeándolo.
—está bien, pero yo preparo mejores—.el encargado le manda
una mirada mortal y él se la devuelve, este agacha la cabeza, talvez recodo que
no es buena idea amenazar al jefe del lugar sobre todo si es un hechicero.
—Entonces, seguramente hay una señora de paco—.le digo
codeándolo más fuerte, su sonrisa se borra y se trasforma en una expresión de seriedad,
baja los ojos.
—Hubo una, pero los orcos le mataron—.escupe con asco y
dolor la palabra orcos. —Dejando a mí hija huérfana—.hace una pausa y lanza el
tazón, el encargado lo coge justo antes de que caiga hacia el suelo terroso.
—por eso quiero acabar con ellos; para proteger a mi pueblo—.sus
intenciones son nobles, pero conozco esa mirada, quiere venganza, lo sé bien,
pase meses buscando a esa maldita criaturas que se llevaron a Silvia.
Lo máximo que logre encontrar es que su rastro químico, no
concordaba con nada que se encontrara en mi realidad, que debían venir de otro lado,
en parte por eso acepte estos retos, pero mi escamosa supervisora no lo sabe,
espero.
Y si esas parece no importarle demasiado, después de todo
cuando tienes el poder para borrar una realidad a voluntad, los problemas
humanos se vuelven insignificantes, aparto la idea como el cuenco de mí, porque
empiezo a sentir el veneno del odio correr por mi sangre.
Esta vez el encargado no tiene suerte y caer al suelo destrozándose.
Paco sonríe y yo le sigo, nos reímos.
—Debiste ponerle un hechizo e protección al cuenco—.le digo,
me lanza una mirada asesina para luego reírse y mandarme una palmada.
Seguimos pintado puertas, hasta que los sacos están vacíos, hasta
donde se aquí hay doscientas familias tras las improvisadas murallas.
Volvemos, a la casa de paco, hay una niña esperando en el marco
de la puerta, se ha quedado dormida con los brazos rodeándole la cabeza, la
levanta con suavidad para no despertarle, quita el hechizo con un movimiento de
mano, entramos.
Me indica un cuero de algún animal, que lo eche en el suelo,
lo hago y el deja a su hija sobre él, le tapa con una manta que tiene grabado
el símbolo de la puerta.
Saca una espada con su funda y me la lanza, me la ato al
redor de la cintura, cierra la puerta de metal y la sella tras de sí, bajamos
al patio interior.
Donde encendemos una hoguera, nos sentamos sobre el suelo,
iluminados solamente por las llamas que crepitan.
—Entonces como son los ogros—.le digo con genuina curiosidad.
—son seres crueles y abominables, sediento de sangre—.dice
llevando su manos al fuego para calentarlas.
—ya, me refiero físicamente—.digo aclarando mi pregunta.
—Bueno, miden dos metros, son corpulentos, tontos como una
piedra pero lo compensan con una descomunal fuerza y tiene colmillos afilados—.dice
mirando un punto indeterminado en la oscuridad.
—aparte de la magia, tienen alguna arma—.vuelvo a preguntar.
—mazos de madera, solamente, pero su piel gruesa lo compensa
protegiéndolos de nuestras espadas.
—Quiero preguntarte, los dioses te han dicho algo de la
elegida—.dice girándose hacia mí, el fuego le ilumina media cara, haciendo
lucir intimidante por su cicatriz.
—Tienes que ser más específico, hay mucho elegidos—.digo
sarcástico y apunto hacia arriba.
Al cielo lleno de estrellas, si el supiera que cada estrella
tiene un sistema planetario asociado con potenciales especies inteligentes como
nosotros, que talvez seres de múltiples ojos y tentáculos, estén viendo el
mismo cielo que nosotros desde su extravagante planeta.
De nuevo me obligo a callar, repitiéndome la imagen mental,
de él cortándose la garganta ante esa idea, aun son jóvenes, hablando en término
de civilización, talvez algún día estén listos para esa clase de noticia.
—oh claro, bueno la leyendas
que no han transmitido nuestros ancestros, dice que un día una diosa atravesara
un portal, que será tan alta como un ogro pero ella tendrá la fuerza de mil de ellos,
que será más bella que cualquier mujer y que cuando llegue finalmente viviremos
un periodo de paz y goce para nuestra gente.
Esa descripción me suena a alguien que conozco, claro a
lilith, pero ella está a una realidad de distancia, teniendo en cuenta que
mágicamente llegue, que me asegura que peleara por esta gente.
—por favor, dime que has oído de ella, los orcos se ha
estado reproduciendo sin cesar, no superan cien a uno y nuestras defensas no
soportaran un ataque combinado, por favor tráela hacia nosotros.
—en verdad quisiera…
—hazlo con ese artefacto que los dioses te enviaron—.niego
con la cabeza, él se levanta de golpe, para caer de rodillas ante mí y me toma
de las manos cerrándolas entre las suyas.
—Si esa es la decisión de los dioses que puedo hacer, pero
por favor llévate a mi pequeña, sálvala, no soportaría perderla—.dice y veo su cara
ablandarse con las lagrima que corren por sus mejillas.
Nunca entenderé el cariño que siente los padres por su hijos,
porque Silvia y yo nunca los tuvimos, siempre lo dejamos a un segundo plano,
nuestro trabajo era nuestra vida, no me estoy quejando, pero hubo días en lo
que deseaba tener un hijo o una hija para enseñarle todo lo que se.
Pero también agradezco no tenerlo, porque ahora un pequeño o
pequeña paco está sufriendo desconsoladamente, con su padre perdido entre
dimensiones buscando a su madre también desaparecida.
Pero este hombre, me obligo a no apartar la mirada, este
hombre ha perdido a su esposa como yo y además si lo orcos atacan también perderá
a su hija.
Si hay algo a mi alcance que pueda hacer para tratar de
evitar eso, tengo que hacerlo.
Me levanto. —ponte de pie hechicero máximo, no ruegues, yo
también se lo que es perder a quien amas—.lo hace sin soltarme las manos.
—Entonces lo harás, invocaras a la diosa—.dice tratando de sonreír.
—no exactamente, tengo un idea es alocada y no hay ninguna
seguridad en que funcione, pero si logra suceder, tú tiempo de paz para tu gente,
para tu hija, llegara.
—es una esperanza, eso es mucho más de lo que teníamos antes
de que llegaras.
En teoría y me digo solo en teoría debería existir una versión alternativa O.I.U
organización intergaláctica unida, si la hay deberían tener métodos de contacto
para los planetas y especies asociadas a este.
En mi realidad este se basaba en la variación oscilatoria de
los átomos de carbono, como frecuencia de mensaje, así que utilizando la tecnología
del holograma, para tener la tecnología que lograría recoger y enviar la señal,
cambiándolo con la magia de paco para amplificarla, talvez pueda emitir una
señal de socorro, usando el holograma como punto de rastreo.
Le explico la idea en términos simple y que es lo que
necesita que haga al hechicero máximo.
No ponemos de acuerdo.
Le ayudo a bajar todos los frascos con pociones, con cuidado
de no despertar a su hija que duerme tranquila, sin saber que posiblemente esta
noche decidirá el destino de su pueblo.
El comienza a dibujar intricada figuradas geométricas sobre
la tierra, con diversos colores, alrededor de la fogata, le explique que
necesitaría algo que contuviera la explosión de energía y la canalizara lo
máximo posible, esto para que el alcance sea el suficiente para lograr
atravesar la barrera atmosférica.
Desde hay oscilaría a una velocidad cercana a la luz hacia
cualquiera que pueda escuchar, nuestro pedido de socorro.
Por mi parte, después de chamuscarme un par de vece las
puntas de los dedos, logro modificar el artefacto lo suficiente para que emita
una señal, el problema es que solo tenemos una oportunidad.
Cuando toque el fuego este explotara, asumimos el riesgo de
la potencial descarga lumínica que se proyectara alertando a los ogros
alrededor.
—Aún podemos arrepentirnos—.le digo sabiendo que si no funciona,
será una sentencia de muerte para todos.
—Los ogros siempre vendrán, pero hoy tenemos la posibilidad
de detenerles para siempre—.pone su mano sobre el artefacto y ambos lo lanzamos
al fuego.
La explosión es inmediata, barias burbujas se forma para contenerla,
pasan uno segundo hasta que un potente haz de luz resplandece iluminando la noche,
como una aurora volear, ha funcionado está electrificando la atmosfera para
potenciarse.
Ahora hay que esperar quien viene primero, si nuestra ayuda
o nuestra muerte.
Los ogros llegan primero.
Salimos de la casa, nos quedamos frente al portón, la sella,
para proteger a su hija, desenvainamos nuestras espadas, dispuestos a pelear.
—Si esta es mi última noche, será un honor pelear a lado de
un enviado de los dioses—.dice sonriéndome, le devuelvo la sonrisa, estoy
jodido pero me niego a rendirme.
Las murallas ceden, por el peso de sus cuerpo, chocando uno
tras otros, entran al pueblo como una estampida.
Iluminada por las bolas de fuego que encienden las casas
como cerillos, los soldados tratan de repelerles, pero son fácilmente superados,
la gente grita y trata de escapar.
Algunos pobres diablos son devorados por las bestias, corren
con suerte otro corren en llamas.
El hechicero máximo, comienza a lanzar hechizos para
mantener el perímetro de la residencia.
Yo agito la espada con profesionalismo como si lo hubiese hecho
de toda la vida, supongo que es un efecto residual de estar en esta dimensión.
Logro cortar un par de dedos, veo su sangre espesa
desparramarse, los cadáveres se amontonan a nuestro alrededor, el resto
comienza a trepar para llegar hasta nosotros.
Empujo a paco hacia arriba y luego el me jala para subir
encima de la paredes, desde hay seguimos peleando.
Veo como una decena de ellos se dirige a velocidad para impactar
las paredes exteriores, Entonces el techo tiembla, caemos, sobre burbujas de energía
que nos protegen.
Volvemos a pelear al ras del suelo.
Un bastardos e nos escapa y comienza a subir las escaleras,
voy detrás de él y paco me sigue, le atacamos con magia y espadazo, pero no se detiene,
logra quebrar la puerta de metal.
Antes de finalmente caer, pronto todos sus hermanos le
siguen y comienza a subir por la escalera, tratamos de repelerlos pero
lentamente nos hacen retroceder, hasta la habitación donde duerme la pequeña.
El fuego de los edificios ilumina levemente el cuarto, lo
suficiente para dar y evitar golpes.
Estoy contra la pared, golpean la hechicero con fuerza,
lanzándolo hacia el toro lado de la habitación dejándolo inconsciente, solo
quedo yo.
Los ogros empiezan a rodear a su hija, maldita sea si tan
solo tuviera mis poderes, siento una gruesa mano sujetar mi cuello,
levantándome del suelo, veo su grotesca y tarada sonrisa de superioridad
formarse.
Cierro los ojos, esperando el golpe que seguro pulverizara mi
cráneo, siento como si pasaran minutos, pero no llega, abro los ojos, su boca aún
se está anchando, veo las cenizas volar a través de la ventana.
El líquido aceitoso suspendido en el aire, sus brazos moviéndose
a milímetros, casi inmóviles, sonrió.
No lo pienso, acelero.
Quiebro todos los huesos del ogro ante que logre parpadear,
me escurro entra el grupo que rodea a la niña, veo sus brazos levantados listos
para machacarla, corto sus manos con mi espada, veo las gotas de sangre que
empiezan a suspenderse en el aire.
Tomo a la niña entre mis brazos y salto por encima de sus
grotescas cabezas, acelera pasando de todo el terror, viendo las expresiones
llenas de miedo de la gente, me obligo a seguir.
Vero a los ogros pisando los últimos troncos en pie, y luego
un mar de cuerpo verdes, chocando uno con otro, paco no se equivocaba hay más de
diez mil de ellos.
Recorro un par de kilómetros hasta llegar a terreno despejado,
reviso el perímetro no hay rastro de nada malo, dejo a la niña con suavidad en
el suelo, parece levitar, por la velocidad a la que me muevo, voy por su padre.
Cuando llegó le veo clavando su espada en el grueso torso de
la bestia, este esta bajando su maso para reventarle el cráneo, lo saco.
Par cuando llegó donde deje a su hija, sigue durmiendo.
—en verdad eres un enviado de los dioses—.me sonríe.—pero mi
pueblo está sufriendo—añade.
—Quédate con tu hija, traeré a tu pueblo—.llevo mis poderes
al límite sobrepasando la híper velocidad, para arrancar a la pobre gente de
las garras de esos brutos.
Me toma una hora, pero logro poner a todos los
sobrevivientes a salvo.
—Los ogros están viniendo— .le digo a la multitud con el hechicero
y su hija por delante. —tratare de frenarlo todo lo que puede, aprovechen para
ponerse a salvo.
Paco se acerca hacia mí. —nunca olvidaremos tu valentía—.saca
un puñado de la misma yerba que use para curar mi herida y me la pone en la
mano. —sé que es poco para tus actos, pero esta planta tiene la propiedad de
curar cualquier daño—.asiento y la meto en la funda de la espada.
—gracia, ahora ve con tu gente y cuida de tu hija—.me abrasa
y se dirije a su grupo que comienza a macharse en dirección opuesta a la que yo
corro.
Saco la espada y comienzo a cortar todo lo que pueda, pronto
los orcos se resbalan con su sangre, pero son demasiado incluso con mi
velocidad no podré frenarles lo suficiente.
Comienza a rodearme, sin darme espacio a escapar golpeo,
pero solo para encontrarme con otra gruesa capa de musculo, una tras otras, al
final lo único diferente es la negra noche que veo a través de una pequeña apertura
entres sus cuellos.
Pero esta se ilumina, mis ojos me engaña o no.
Veo un portal.
El suelo se estremece, veo sus cuerpos lanzarse hacia mí,
sigo golpeándoles.
Entonces sus cuerpos salen disparados hacia atrás, y le veo.
Es lilith.
—tío, en que lio te a veis metido—.dice reprochándome.
—cómo has llegado hasta aquí, no es que me queje.
—pues hemos seguido la señal de tu holograma, no ha tomado
un rato pero nuestro psíquicos han logrado dar con el lugar de donde emitía,
dice destrozándole el cráneo a un ogro que se acercaba, lanza su cuerpo con tal
fuerza que derrumba a un par en su camino.
—el resto de mi batallón, llega justamente—.el cielo se
llena de portales al menos mil. —ahora—.sonríe.
Las grandes figuras se precipitan a velocidad, como meteoros
dejando cráteres, que se llevan docenas de ogros a su paso.
Los encorvados hechiceros tratan de repelerle con magia,
pero parecen ser inmunes.
Las horas siguientes son una barbarie, solo decir que no
quedo ni un solo ogro vivo y lo que antes fue la ciudad se vuelve un cementerio
gigante.
Lilith se sienta sobre el suelo con fuerza a mi lado, hago
lo mismo, estoy agotado.
—explícame de nuevo paco, esos hipo de puta, venían a matar
a eso pobre humanos incapaces de detenerte y tu solito te le enfrentaste—.asiento
no tengo fuerza para dar una buena explicación.
—eso es tener un buen par—.empieza a reír.
Frente a nosotros los fornidos hombres y mujeres comienzan a
apilar los cuerpos verdes sin vida sobre la hoguera, para quemarlos.
Un olor a cidra de manzana inunda el ambiente, pensé que
olerían peor, rio para mí.
—como esta Silvia—.digo con la garganta seca.
—está bien, es un gran cocinera sabes, se ha desarrollado,
superando a su hermana gemela, tú me entiendes—.me da una palmada que me
estrella contra el suelo, toso mientras me vuelvo a sentar.
—los ciento se me ha ido la fuerza.
—estoy bien—.«creo que me quebré un par de costillas».
Cuando finalmente amanece mis huesos se han curado, gracias
a mis poderes, todo los superhéroes están charlando o riéndose, como si la amenaza
de los ogros jamás hubiese existido.
—esta gente de la que me has hablado, necesita alguien que
lo proteja, ya sabes por si vuelven estos engendros—.señala los cuerpos
calcinados.
—sabes ellos tienen una leyenda sobre un diosa, con un poder
descomunal y una belleza sin precedentes, que vendría a darles una era de paz—.la
miro cuando termino, creo que se ha sonrojado.
Tose. —si bueno, ya sabes, de todas formas necesito unas
vacaciones, será bueno para Silvia dirigir la tienda y este lugar se be agradable, quitando a esas bestias
claro—.se frota el mentón—oye, por cierto tú me debe una buena cena, acaso lo
olvidaste—.me lanza una mirada asesina y ríe.
Entonces como un resplandor llega una idea a mí. —se de alguien que cocina mejor que yo,
quieres conocerle.
—Bueno, si me llevas claro, estoy exhausta—se deja caer
haciendo un holló poco profundo
—no es que no quiere lilith, pero no viajarías cómoda—.realmente
no creo perder con su peso, sin ofender. —mejor le traigo aquí.
En unos segundos llegó donde paco que siguen andando con toda
su gente.
—se ha acabado—.digo sonriéndoles.
—tu solo lo venciste—.responde incrédulo.
—claro que no paco, digo hechicero máximo, me ayudaron los
“dioses”—.toda la gente empieza a murmurar.
—entonces es seguro volver al pueblo—.dice entusiasmado.
—lo siento tío, en el proceso no hemos cargado la ciudad—.pero
seguro te ayudaran a levantar otro.
—seguro, ello harían eso por nosotros—.dice tomando mi mano.
—claro que sí, es más voy a llevarte con ellos, claro si tú
lo deseas—.asiente, se despide de su hija, le encarga a los guardias
protegerles y llevarles a donde estaba el pueblo, nos vamos.
Cuando dejo a paco en el suelo, sus miradas se cruzan, creo
que ha sido amor a primera vista, si creyera en esas estupideces, pero no niego que casi ciento la electricidad en el aire.
Pasan las horas.
Toso con fuerza, para que dejen de besarse, lilith se pone
de pie y paco se echa hacia atrás, pero aún se sostienen de las manos, pero
luego paco se aleja para recibir a su pueblo.
—maestro acelerador, tienes un segundo—.me llama lilith, me
acerco a ella, que se agacha para que boca que a la altura de mi oído.
—Es igual a ti—.no sé si me está encarando.
—lo se lilith, talvez algún día pueda explicártelo, pero
creme es mejor así—.ella me sonríe y me besa suavemente la mejilla, se vuelve a
levantar.
Se lleva la mano la bolsillos,
y saca otro holograma extiende su mano hacia mí, acerco mi dedos.
Cuando empiezan a rosar el artefacto, escucho la puerta abrirse
acompañada de una carcajada, pero no la veo.
Me siento caer, estoy atravesando un portal, quien sabe a dónde.
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